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Según la Cepal

Cómo debe ser la política ambiental argentina en la “era Mieli”

Un informe del organismo que depende las Naciones Unidas propone diferentes acciones para que el país y la región adopten nuevas medidas que permitan cumplir con los objetivos del cambio climático.

En el proceso de revisión de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), que encarnan los esfuerzos de cada país para reducir las emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático, de Argentina y el resto de la región, los expertos ponen especial atención al tipo de metas establecidas en materia de planificación.

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El objetivo de esta estrategia se vincula con la necesidad de identificar de qué forma los distintos países están reflejando sus compromisos no existiendo una métrica común por la cual guiarse.

Cómo debe ser la política ambiental argentina en la “era Mieli”.

En este sentido, un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), muestra que la mayor parte de los países ha reflejado sus compromisos a través del establecimiento de planes de adaptación según los sectores prioritarios identificados en cada país y metas altamente cualitativas. Sin embargo y a diferencia de la Argentina, otros países de la región como México, Bolivia y Colombia han ido más allá y en el esfuerzo de establecer metas más concretas han utilizado métricas y data existente para establecer parte de sus compromisos.

Pero, en todos los casos se ha vuelto cada vez más relevante abordar la adaptación, lo que se ve reflejado en la creciente cantidad de fondos que se están invirtiendo y el establecimiento de una meta global de adaptación al cambio climático en el Acuerdo de París, así como sus disposiciones generales hacia la transparencia en las acciones de mitigación y adaptación.

El trabajo identifica tres grandes motivos por los cuales la definición de una métrica común ha tomado relevancia en las agendas políticas y académicas. De acuerdo al documento preparado por Patricio Bofill, consultor de la Unidad de Economía del Cambio Climático de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Cepal en el marco de las actividades del Programa EUROCLIMA+, se busca entregar antecedentes para posicionar el trabajo en torno al desarrollo de una métrica/métricas comunes para medir la adaptación al cambio climático dentro de la región.

Métricas comunes

El informe parte introduciendo los compromisos climáticos, como la adaptación que está representada en estos y la relevancia de abordar la adaptación en la crisis climática que actualmente enfrenta el mundo.

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La segunda parte busca identificar las principales vulnerabilidades e impactos del cambio climático en la región, profundizando en aquellos sectores de mayor relevancia. Luego se avanza en un análisis sobre cómo está representada la adaptación al cambio climático en los compromisos que han tomado los países de la región frente a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) a través de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs por sus siglas en inglés).

Una tercera parte aborda la necesidad de tener una métrica común para la adaptación al cambio climático, abordando las ventajas y desventajas de esto, los elementos que debiese tener una métrica común y mirando casos a nivel internacional y regional del trabajo desarrollado en este ámbito.

El documento advierte sobre la existencia de una diversidad muy grande de métricas e indicadores para la adaptación al cambio climático.

El paper termina proponiendo un listado de elementos considerados clave al momento de establecer un plan de trabajo para abordar el desarrollo de métricas comunes entre los países de la región, incluyendo la Argentina.

En este sentido, se parte de la base de que la región ha reconocido la necesidad de priorizar y dirigir los limitados recursos y financiamiento para la adaptación al cambio climático hacia los países y grupos más vulnerables de la forma más costo efectiva posible.

También, del creciente interés en medir de forma agregada y comparar resultados de las inversiones realizadas en materia de adaptación en distintas regiones, sectores y contextos locales específicos.

Del mismo modo, de aceptar la llamada Primera meta global en Adaptación al Cambio Climático establecida en el Acuerdo de París, bajo el Acuerdo todas la Partes han aceptado aumentar la capacidad de adaptación para lo cual “establecen el objetivo mundial relativo a la adaptación, que consiste en aumentar la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático con miras a contribuir al desarrollo sostenible” estableciendo una visión de largo plazo sobre la adaptación.

Hallazgos del estudio

El documento advierte sobre la existencia de una diversidad muy grande de métricas e indicadores para la adaptación al cambio climático, dentro del mundo y la región.
Detalla la importancia del contexto y de la especificidad para medir la adaptación y la necesidad de contar con una métrica común capaz de ser general sin perder la relevancia del contexto especificidad de la adaptación.

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“Este es uno de los puntos que genera más discusión entre los académicos, científicos y formuladores de política, ya que, si bien existe consenso respecto a los beneficios que traería el establecer una métrica común, las opiniones son bastante dispares entre los actores respecto a que tan dispuestos están en perder el perfeccionismo de un indicador específico por la practicidad de establecer una métrica común”, asegura el paper.

El documento advierte sobre la existencia de una diversidad muy grande de métricas e indicadores para la adaptación al cambio climático.

Se señala además una dependencia contextual, temporal y de perspectiva que es importante considerar al momento de desarrollar métricas de adaptación.
También se planea que las distintas métricas e índices evaluados están generalmente compuestos por más de un indicador, lo cual quiere decir que probablemente al definir una métrica común para medir la adaptación, deberá estar conformada por más de un indicador.

Se toman ejemplos son el uso de conceptos como la desertificación, deforestación, escases hídrica, áreas protegidas, entre otros, que hoy son “monitoreables” y
podrían ser adaptados para cumplir directamente como un fin para aumentar la ambición en materia de adaptación al cambio climático.

Abordar la vulnerabilidad

En otra parte del trabajo de la Cepal se mención la diversidad de la región como la que hace que los casos trabajados a nivel global sean un buen ejemplo para la región debido a la variedad geográfica, climática y productiva de los países dentro de América Latina.

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Se califica a la región como “especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático” y se identifican algunos de los elementos más críticos y que debiesen estar presentes en el trabajo hacia el establecimiento de una métrica común son los sectores de Agua, Producción Agrícola y Costas.

Se califica a la región como “especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático”.

“Queda claro en el análisis de impactos, la vulnerabilidad de la región y que esta deberá ser abordada desde todos los sectores vulnerables, en este sentido se refuerza el mirar no necesariamente hacia un indicador, sino a un grupo acotado de ellos (5-8) con el objetivo que exista una representación relevante para cada sector”, alerta el documento del organismo que depende la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Se advierte además que la falta de métricas consensuadas ha llevado al establecimiento de metas poco claras y concretas en los compromisos climáticos tomados a nivel mundial y dentro de la región.

Para los autores del informe, “esto se ve reflejada en la revisión de las NDC de la región y en la meta de adaptación establecida bajo el Acuerdo de París”.
En ese marco, se menciona la inexistencia de una falta de definiciones comunes en torno a la adaptación al cambio climático y como debe ser medida.

Por otra parte, se asegura que existe una confusión a nivel político y técnico respecto al entendimiento de indicadores y/o métricas para la adaptación, confundiéndose constantemente el concepto de indicadores para acciones específicas dentro de un plan e indicadores que permitan medir la reducción en la vulnerabilidad o adaptabilidad, como resultado de la aplicación de algún plan o política.

“En ausencia de marcos universales, países, agencias de cooperación y bancos multilaterales están desarrollando y aplicando sus propios sistemas; no está muy claro lo que se podrá reportar en el “Global Stocktake” 2023”, anticipa el paper.

Aumento de la ambición

En varios países, incluyendo a la Argentina, se advierte los distintos índices utilizados sufren de una falta de claridad respecto a los conceptos que se ocupan dentro de su propia definición, mezclándose los de cambio climático, con desastres naturales que ocurrirían sin ese cambio climático.

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En el caso de la Argentina, las metas y compromisos en adaptación y ampliación de las redes de monitoreo, el fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos para la salud, seguridad alimentaria, el agua, la energía y la reducción de riesgos de desastres, son temas prioritarios.

El impulso a proyectos de I+D y de tecnologías como así también de buenas prácticas productivas.

El impulso a proyectos de I+D y de tecnologías como así también de buenas prácticas productivas. Para la Cepal, el país utiliza el mapeo de vulnerabilidades y riesgos climáticos como herramienta de diagnóstico del estado de situación y apoyo a la gestión de la adaptación al cambio climático.

También, la cuantificación económica de los impactos del cambio climático y la implementación de medidas de adaptación, así como la creación de capacidades en recursos humanos y la mejora en la coordinación interinstitucional para la planificación y gestión, en temas de adaptación al cambio climático.
Del mismo modo, se destaca la creación de equipos multidisciplinarios de apoyo a las diversas iniciativas en marcha o planificadas, con el objetivo de fortalecer los procesos de ordenamiento territorial.

Además, la utilización de instrumentos financieros de transferencias de riesgos de mercado y de producción para el sector agropecuario, al igual que el desarrollo de obras estructurales y no estructurales de prevención frente a inundaciones, sequías y olas de calor; fortalecimiento de iniciativas que apoyen los procesos de recuperación y rehabilitación de tierras, incluyendo la adaptación basada en ecosistemas y la generación de conciencia ciudadana y el avance en la estrategia de comunicación, como son los canales de difusión, la calidad de los mensajes y la adaptación a nuevas tecnologías.

Por último, se menciona el desarrollo de programas de educación formal y no formal sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático.

Vulnerabilidad del cambio

En el caso de los cambios climáticos en la agricultura y la ganadería; de los eventos climáticos extremos repetidos y crecientes en el tiempo, las metas y la visión de la Argentina es la de continuar en camino del desarrollo con inclusión social que permita mejorar el bienestar de todos los sectores de la población, especialmente los más vulnerables.

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El camino para lograrlo, según la Cepal, es mediante la determinación de medidas de mitigación y adaptación con un plan de acción que permita introducir un sistema de alerta temprana y aplicar medidas de adaptación en las áreas de gestión forestal sostenible, gestión de los recursos hídricos, gestión de cultivos, salud, resiliencia a los fenómenos extremos y conservación de la biodiversidad.

Los gases de efecto invernadero pueden provocar extinción de la biodiversidad marina
Los gases de efecto invernadero pueden provocar extinción de la biodiversidad marina.

Se buscará mantener el apoyo recibido en forma de financiación internacional, desarrollo y transferencia de tecnología y creación de capacidad, “que podría ampliar y profundizar sus acciones de adaptación”.

Del mismo modo, la Cepal le aconseja a la Argentina que la protección contra el cambio climático no debe constituir una discriminación injustificable o una restricción encubierta del comercio internacional; tiene que atacar la reducción del riesgo de desastres; de seguridad alimentaria; del sector financiero y de seguros mediante una serie de distintas etapas propuestas para el establecimiento de métricas de adaptación. En este sentido, el trabajo reconoce dos niveles de tareas. Una, a nivel regional y la segunda a nivel país con definiciones que deberán ser tomadas por los grupos de trabajo internos de cada país.

“Es importante mencionar que el plan de trabajo debiese incorporar en su detalle distintas etapas como la de Definición de Conceptos Comunes asociados al trabajo para el establecimiento de métricas comunes de adaptación al cambio climático”. Este trabajo se debe desarrollar a nivel regional en donde se identifican al menos tres grandes grupos de elementos que deben ser acordados entre los países de la región para poder establecer una línea de trabajo común.

Se trata de definiciones que sentaran las bases del trabajo hacia el establecimiento de métricas comunes para cuantificar y medir la adaptación al cambio climático.

Los sectores para la adaptación

La mayor parte de los países de la región de América latina y el Caribe cuenta con una identificación y clasificación de aquellos sectores consideradores relevantes en materia de adaptación al cambio climático.

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A modo de ejemplo, el trabajo de la Cepal pone a Chile, país que identifica a Energía, Minería, Salud, Ciudades, Biodiversidad, Borde Costero, Infraestructura, Pesca y Acuicultura, Recursos Hídricos y Agricultura como aquellos sectores priorizados.

Sin embargo, el documento advierte sobre la falta de un mapeo completo que utilice una nomenclatura común respecto al nombre y alcance de los sectores priorizados en cada país.

“Un primer paso propuesto hacia la búsqueda de métricas comunes es el mapeo de todos los sectores priorizados a nivel regional y una estandarización de la nomenclatura asociada, que permitiría identificar claramente aquellos sectores de mayor relevancia a nivel regional en donde debiesen concentrarse los esfuerzos en el establecimiento de métricas de adaptación”, destaca la Cepal.

La mayor parte de los países de la región de América latina y el Caribe cuenta con una identificación y clasificación de aquellos sectores consideradores relevantes en materia de adaptación al cambio climático.

Del mismo modo, resalta que el desarrollo de las métricas de adaptación ha sido fuertemente motivado por los fondos climáticos, en la búsqueda de asegurar el buen uso de los recursos destinados a acciones de adaptación y permitir mostrar el valor de los recursos invertidos.

Parte del trabajo a nivel regional y de la Argentina, será definir en conjunto qué objetivos serán los que ordenarán la definición de las métricas comunes, y si estas buscaran ayudar en el cumplimiento de todos estos elementos o si tomarán uno o más como prioritarios en la guía del trabajo. Como objetivo transversal se busca la reducción de la vulnerabilidad al cambio climático de los países.

Sin embargo, el entendimiento de este, puede variar drásticamente entre los países, lo cual hace que se pase a la tercera etapa que es la identificación de sectores priorizados por país, estrategia que se debe realizar a nivel país.

La siguiente etapa definida por la Cepal se basa en la priorización de indicadores para la región con el objetivo de revisar y juntar la propuesta y priorización de indicadores generados por los distintos países, identificando las principales áreas de acción común y cuales métricas e indicadores tienen utilidad común entre los países, dadas las varias restricciones de acceso a información, transparencia y capacidad técnica con la que se pueda contar.

“A partir de este trabajo se debiese poder priorizar un subconjunto de métricas e indicadores de acuerdo común entre los países de la región, que permita avanzar hacia el establecimiento concreto de métricas de adaptación para el cambio climático”, anticipa el informe de la Cepal.

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Fecha de publicación: 15/12, 11:51 am