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Economía circular

Cómo se elaboran los primeros anteojos con colillas de cigarrillos

Se trata de una tecnología elaborada por una empresa chilena para reciclar la parte más contaminante del cigarrillo en los océanos y convertirla en materia prima.

Las colillas de cigarrillos que flotan en el mar ahora serán utilizadas para fabricar marcos para anteojos a partir de una nueva tecnología bautizada Celion. La primera compañía en adoptar este mecanismo de reciclado es la chilena Karün Eyewear, que acaba de lanzar este producto hecho de acetato de celulosa recuperado de colillas de cigarrillos.

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No se trata de un dato menor si se tiene en cuenta el daño que las colillas generan al medio ambiente y, en especial, a los océanos, tanto como las bolsas de plástico o las pajitas.

lA Organización Mundial de la Salud estima que se desechan 18.000 millones de colillas por día en el mundo.

Lo preocupante es que dejar colillas en el mar es una práctica habitual que carece de regulación y que es muy perjudicial porque se trata de un elemento que daña los hábitats marinos al ser ingeridas por los peces, según un informe de la consultora especializada Ocean Conservancy.

El trabajo señala que, desde los años 80 se han limpiado cerca de más de 60 millones de colillas, que contaminan los océanos de todo el mundo con la acetosa de celulosa que poseen que, en esencia, es una forma de plástico, bastante contaminante.

El trabajo revela que los filtros tardan en descomponerse y, cuando lo hacen, liberan las sustancias contaminantes que han absorbido del humo como la nicotina, arsénico, plomo, además de descomponerse en pequeños trozos de plástico, llamados microplásticos.

Esas seis billones de colillas de cigarrillos se descartan en el medio ambiente cada año equivalen a llenar 80 piscinas olímpicas cada segundo y tienen un peso total de tres millones de toneladas, además de contaminar hasta 50 litros de agua por cada colilla.

Millones de colillas de cigarrillos terminan en el mar.

El informe asegura que de los más de 5,6 billones de cigarrillos que se fabrican con este tipo de filtros, hasta dos tercios son arrojados al mar de forma irresponsable y tardan una década en degradarse, pero en su proceso pueden ser ingeridos por los animales. Cada colilla puede llegar a contaminar entre 8 y 10 litros de agua marítima, y hasta 50 litros de agua dulce.

Hay países, como España, que en ciertas regiones desaconsejan fumar en las playas para evitar que las colillas sigan contaminando los mares y océanos y como forma de concientizar a los ciudadanos de los efectos devastadores de que las colillas acaben en el mar.

Las colillas de cigarrillo, un residuo que contamina

Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que se desechan 18.000 millones de colillas por día en el mundo, transformándose en el residuo más abundante en la vía pública.

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El último Censo Provincial de Basura Costero Marina (2021) arrojó que los residuos plásticos y las colillas de cigarrillos continúan siendo uno de los mayores problemas en la costa atlántica argentina. Las colillas de cigarrillos encabezan el tipo de contaminante plástico más encontrado (19,6%) en las playas bonaerenses.
En las zonas urbanas muchas de estas colillas son arrastradas a los desagües por el viento o las lluvias y así llegan hasta los arroyos, ríos y océanos. De esta manera, la generación de este residuo que contiene productos químicos y metales pesados representa una amenaza para las personas, los animales y las plantas.

El último Censo Provincial de Basura Costero Marina (2021) arrojó que los residuos plásticos y las colillas de cigarrillos continúan siendo uno de los mayores problemas en la costa atlántica argentina.

Cuando las colillas se degradan en un medio terrestre, pueden reducir la fertilidad del suelo y afectar la flora y fauna del lugar. Cuando esto sucede en un medio acuático, una sola colilla puede contaminar hasta 1000 litros de agua, perjudicando a todos los organismos que de ella dependen, según el informe de la OMS.
A su vez, las colillas pueden emitir al aire sustancias volátiles como la nicotina, la piridina y el benceno y la mala costumbre de arrojarlas en la vía pública provoca también la contaminación de espacios públicos y de recreación, y expone tanto a animales y seres humanos al riesgo de ingesta.

Una Empresa B que proteger el ecosistema

Según Thomas Kimber, fundador y CEO de Karün, que tiene fuerte presencia en el mercado argentino, “la innovación está profundamente arraigada en la búsqueda de la armonía entre la humanidad y la naturaleza por lo cual nuestro equipo explora incansablemente nuevas formas de crear productos que no solo protegen nuestros ecosistemas, sino que también satisfacen las necesidades de los usuarios”. De este modo, asegura que la empresa transforma desafíos medioambientales en oportunidades para la innovación centrada en el usuario.

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En su empresa sostienen que, desde la creación de los primeros anteojos con redes de pesca recicladas, hasta la implementación de trazabilidad completa con Blockchain y la huella de carbono etiquetada en cada uno de sus productos, vienen liderando el camino en innovación sostenible en la industria.
Ahora lo hacen con un producto que normalmente es desechado y raramente reciclado, como son las colillas de cigarrillos.

Karün explora nuevas formas de crear productos que no solo protegen nuestros ecosistemas.

Empleando tecnología avanzada de IMEKO, una empresa chilena de tecnología limpia que recolecta, procesa y recupera el acetato de celulosa encontrado en estos residuos, transforman este material en Celion, insumo esencial con el que producirá la próxima colección de anteojos Karün.

El proceso químico permite reutilizar una sustancia descartada; contribuye significativamente a la preservación de los ecosistemas cruciales de nuestro planeta.

La fórmula para reutilizar el acetato del cigarrillo

Desde la compañía también explican el mecanismo mediante el cual se reutiliza el acetato, el componente principal en las colillas de cigarrillos (plástico), mediante un nuevo proceso mecánico-químico eficiente, sostenible y escalable.

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Los autores del proceso pertenecen a la empresa IMEKO, y la fórmula es eliminar la toxicidad de los filtros y recuperar el acetato de celulosa puro bajo el nombre de Celion.

Así son los anteojos de la línea Celion, elaborados con colillas de cigarrillos.

De esta forma, se pueden producir los anteojos de alta calidad, transformando la moda como símbolo de cambio.

Es más, explican que por cada tonelada de Celion, se eliminan hasta 5.6 millones de colillas de cigarrillos a partir de las propiedades que tiene el nuevo insumo como:

  • 1) Reducción del 40% en la huella de carbono en comparación con el acetato virgen.
  • 2) Formulado sin aditivos tóxicos.
  • 3) Capacidad de ser moldeado en procesos industriales plásticos convencionales.
  • 4) Versatilidad en colores y alto nivel de transparencia.
  • 5) Fórmula ajustable para el desarrollo de varios productos (marcos de anteojos, joyería, herramientas, otros artículos plásticos de alta gama).

Economía circular, la solución

Desde la compañía agregan que el Celion es infinitamente reciclable, fomentando una economía circular donde los recursos se utilizan el mayor tiempo posible.
“Elaborado a partir de un material de desecho complejo y comúnmente ignorado, el uso de Celion es un símbolo de su dedicación a la resolución creativa de problemas y la custodia ambiental”, agrega el ejecutivo de Karün, empresa B que crea anteojos radicalmente sostenibles, diseñados para durar.

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Desde la Patagonia hasta más de 17 países de todo el mundo, esta compañía utiliza su modelo de Regeneración Karün para elaborar sus diseños con materiales descartados recolectados a través del trabajo mano a mano con comunidades rurales para restaurar ecosistemas naturales y regenerar economías locales.
En el caso de IMEKO, también es una Corporación B fundada en Valparaíso, Chile, comprometida a limpiar el mundo de colillas de cigarrillos y buscar soluciones creativas a problemas ambientales, trabajando en la lucha contra la contaminación.

La compañía recupera el plástico, el acetato de celulosa, el filtro de la colilla de cigarrillo, completamente libre de componentes tóxicos, y lo transforma en una nueva materia prima sostenible para su reincorporación en la economía circular de materiales plásticos.

La recolección de colillas de cigarrillos se lleva a cabo a través de una red de socios, incluidas empresas, organizaciones y fundaciones, movilizando un cambio completo de mentalidad a través de la educación ambiental.

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Fecha de publicación: 25/03, 3:13 pm