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Impacto ambiental

Así es la “aspiradora de contaminación” más grande del mundo que acaba de ser inaugurada

La compañía planea lograr la captura de un millón de toneladas de CO2 al año para el 2030.

La inauguración de la planta de captura directa de carbono ‘Mammoth’ en Islandia, proclamada como la más grande del mundo, representó un hito importante en la lucha contra el cambio climático. Operada por la empresa suiza Climeworks, esta instalación pretende reducir la contaminación climática extrayendo dióxido de carbono directamente de la atmósfera mediante un proceso innovador.

La captura de carbono es una tecnología destinada a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera para combatir el cambio climático. Este proceso consiste en capturar el CO2 producido por diversas fuentes, como plantas industriales y centrales eléctricas, antes de que sea liberado al aire.

Una vez capturado, el CO2 se transporta y se almacena en formaciones geológicas subterráneas, depósitos oceánicos o se utiliza en diferentes procesos industriales, como la producción de materiales de construcción.

Mammoth, la segunda planta de este tipo que Climeworks abre en Islandia, tiene la capacidad de eliminar alrededor de 36 mil toneladas de carbono al año, lo que equivale a retirar aproximadamente 7800 coches de gasolina de circulación durante un año. Este avance llega en un momento crítico, ya que las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron niveles récord en 2023.

La tecnología de captura directa de aire (DAC) que utiliza Mammoth consiste en absorber aire y separar el carbono mediante un proceso químico. Posteriormente, este carbono puede ser inyectado bajo tierra, reutilizado o transformado en productos sólidos.

Climeworks planea transportar el carbono a las profundidades de la tierra, donde, gracias a una colaboración con la empresa islandesa Carbfix, se transformará naturalmente en piedra, logrando así una captura permanente del carbono. Es importante destacar que toda la operación se alimenta de la abundante energía geotérmica limpia de Islandia, según confirmó CNN.

Aunque representa una innovación significativa, la tecnología DAC no está exenta de controversias. Los críticos argumentan que es costosa, requiere una gran cantidad de energía y aún no ha demostrado su eficacia a gran escala. Además, existe la preocupación de que pueda desviar la atención de la necesidad de reducir directamente el uso de combustibles fósiles.

Lili Fuhr, directora del programa de economía fósil en el Centro de Derecho Ambiental Internacional, señaló a CNN que esta tecnología está “llena de incertidumbres y riesgos ecológicos”, reflejando el escepticismo existente hacia estas soluciones emergentes.

A pesar de los retos, Climeworks es ambiciosa respecto al futuro de Mammoth y la captura directa del aire en general. La planta tiene un diseño modular con espacio para 72 “contenedores colectores” que pueden apilarse y moverse fácilmente, lo que sugiere una capacidad de ampliación significativa.

Jan Wurzbacher, cofundador y co-CEO de Climeworks, manifestó la intención de la empresa de escalar hasta la captura de un millón de toneladas de carbono al año para el 2030, y alcanzar la meta de mil millones de toneladas para el 2050, de acuerdo con Futurism.com.

El costo de la captura de carbono sigue siendo un tema central, con precios actuales cercanos a los 1000 dólares por tonelada. Sin embargo, Climeworks proyecta reducir este costo a 300o 350 dólares por tonelada para 2030, y finalmente a 100 dólares por tonelada alrededor de 2050, objetivo que se espera haga la tecnología más accesible y viable a nivel global.

La reducción de costos es crítica para ampliar la implementación de DAC a un nivel que pueda tener un impacto sustancial en la reducción de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Es importante señalar que, mientras Climeworks avanza con su tecnología DAC, otras empresas también están desarrollando proyectos a gran escala. Por ejemplo, la planta Stratos, actualmente en construcción en Texas por la compañía petrolera Occidental, apunta a remover 500 mil toneladas de carbono al año.

Aunque representa una capacidad significativamente mayor, la controversia surge dado que Occidental plantea utilizar el carbono capturado en la recuperación mejorada de petróleo, lo que algunos críticos argumentan podría prolongar la dependencia de los combustibles fósiles.

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Fecha de publicación: 14/05, 7:45 am