Qué es la trazabilidad, cómo se logra y para qué sirve
Gracias a la trazabilidad, se puede seguir el movimiento de un alimento a través de etapas específicas de la producción, transformación y distribución.
La trazabilidad es una herramienta que se aplica en distintas industrias para rastrear todos los procesos, desde la adquisición de materias primas hasta la producción, consumo y eliminación, con el fin de conocer el “cuándo, dónde y por quién fue producido”.
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Este mecanismo se utiliza para mejorar la calidad de los productos y el aumento de la conciencia sobre la seguridad en los últimos años. Debido a que los consumidores cada vez valoran más conocer el origen de los productos, esta ha tenido una creciente importancia, especialmente en la industria alimentaria.
El camino desde el origen hasta el consumidor final
La trazabilidad es un concepto fundamental en la industria alimentaria y busca asegurar la seguridad como también la calidad de los productos que consumimos. En el ámbito alimenticio es conocido como “del campo al plato”, e implica rastrear y documentar el recorrido completo de los alimentos a lo largo de todas las etapas de producción, transformación y distribución.
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El objetivo principal de la trazabilidad es poder identificar el origen de las materias primas utilizadas en la cadena de producción, como también seguir la trayectoria hasta que llegan al consumidor final. Esto permite localizar cualquier punto vulnerable que pueda comprometer la seguridad alimentaria y adoptar medidas correctivas en caso de problemas o incidencias.
La trazabilidad se logra a través de sistemas que permiten la identificación y seguimiento de los productos en cada etapa de la cadena alimentaria. Estos sistemas pueden incluir la utilización de etiquetas, códigos de barras, bases de datos y tecnologías de identificación por radiofrecuencia (RFID).
Además, se requiere una colaboración estrecha entre los diferentes actores involucrados, como productores, fabricantes, distribuidores y minoristas, para mantener la integridad de la información y asegurar la trazabilidad completa.
Por otra parte, existen tres áreas principales de trazabilidad: hacia atrás, interna y hacia adelante. La trazabilidad hacia atrás implica identificar los proveedores y las materias primas utilizadas en la empresa. La trazabilidad interna se refiere al seguimiento de los productos dentro de la empresa, incluyendo cambios, divisiones o mezclas. Por último, la trazabilidad hacia adelante se enfoca en el seguimiento de los productos preparados para la entrega y los clientes a los que se les entregan.
Es importante recalcar que la trazabilidad no solo se centra en la seguridad alimentaria, sino que también contribuye a mejorar la eficiencia y la calidad en la cadena de suministro. Esto sucede debido a que se puede identificar problemas de manera rápida y precisa, facilita la gestión de inventarios y ayuda a cumplir con las regulaciones y normativas establecidas por las autoridades sanitarias.
¿Cómo se logra la trazabilidad?
La trazabilidad se logra mediante la implementación de sistemas y prácticas que permiten el seguimiento y registro de los productos a lo largo de toda la cadena de producción, transformación y distribución. Entre los más conocidos se destacan:
- Identificación de productos: se utiliza etiquetado y codificación para asignar identificadores únicos a los productos, como números de serie, códigos de barras o códigos QR. Estos identificadores se utilizan para rastrear y registrar la información relevante sobre el producto
- Registro de información: se utilizan sistemas de gestión de inventario y bases de datos para almacenar información detallada sobre cada producto. En este sentido se incluyen datos como el origen de las materias primas, fechas de producción, proveedores, procesos de transformación y fechas de vencimiento.
- Trazabilidad hacia atrás: esta consiste en registrar y documentar el flujo de los productos desde el consumidor final hasta los proveedores de materias primas. Esto implica identificar y mantener registros de los proveedores y las materias primas utilizadas en la producción de los productos.
- Trazabilidad interna: como mencionamos anteriormente, se realiza un seguimiento de los productos dentro de la empresa, registrando cualquier cambio, división o mezcla que ocurra durante los procesos de producción y transformación. Esto les permite a las personas conocer el estado y la ubicación de los productos en todo momento
- Trazabilidad hacia adelante: se registra y documenta el movimiento de los productos preparados para la distribución y se identifican los clientes a los que se les entregan. Esto permite asegurar que los productos se entreguen a los destinatarios correctos y se cumplan las condiciones de conservación y fechas de vencimiento
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- Colaboración en la cadena de suministro: la trazabilidad requiere la cooperación y colaboración de todos los actores involucrados en la cadena de suministro, desde los proveedores de materias primas hasta los minoristas y consumidores finales. Esto implica compartir información relevante y mantener una comunicación fluida para garantizar la precisión y la integridad de los datos de trazabilidad
- Tecnologías y herramientas: se utilizan diferentes tecnologías para facilitar el proceso de trazabilidad, como el uso de sistemas informáticos, bases de datos, etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) y escáneres de código de barras. Estas herramientas permiten una captura precisa y eficiente de la información necesaria para el seguimiento de los productos
En pocas palabras, la trazabilidad se logra mediante la implementación de sistemas de registro y seguimiento de productos, el uso de tecnologías adecuadas y la colaboración entre los actores de la cadena de suministro. Esto permite un seguimiento confiable desde el origen de las materias primas hasta el consumidor final, garantizando la calidad, seguridad y transparencia de los productos a lo largo de toda la cadena de producción y distribución.