Entre animales muertos, basura y mal olor, así entrenan los remeros olímpicos argentinos
El estado deplorable de la Pista Nacional de Remo, ubicada en el río Reconquista, afecta no solo el rendimiento de los atletas, sino también su salud.
En la Pista Nacional de Remo, ubicada en el río Reconquista, los remeros olímpicos entrenan de cara a las competencias, sin embargo, muchas veces se torna imposible hacerlo debido a la contaminación del agua, al olor y a las infecciones provocadas por la misma.
En diálogo con Clarín, Ariel Suárez, de 41 años, contó que se retiró del remo hace poco más de un año y mostró un fiel reflejo de cómo los remeros nacionales entrenan en el país.
Durante años, el remero Suárez entrenó en la Pista Nacional de Remo, inaugurada en 1972 en el contaminado río Reconquista. Allí, a lo largo de 20 años, el deportista vio toda clase de objetos flotando en el agua.
El remero no solo apartó botellas y plásticos en más de una ocasión para poder remar, sino también heladeras, restos de vehículos y hasta animales muertos. “La primera vez que me di vuelta tuve que correr un perro muerto para poder subirme de nuevo al bote”, recuerda Suárez.
Los remeros que sufrieron episodios de diarrea o infecciones en la piel producto del contacto con el agua contaminada fueron muchos, sin embargo, en el caso de Suárez el hecho fue más grave aún.
En 2013, una bacteria que estaba presente en el agua le causó una infección en el pecho que lo tuvo dos meses fuera de entrenamiento: uno lo pasó internado en el hospital y el otro en su casa haciendo rehabilitación.
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“Me daba mucho miedo volver a la Pista, pero competir es más fuerte”, afirma, sobre las sensaciones que tuvo por aquellos tiempos. Algunos meses después de la enfermedad, y con ayuda de un equipo de infectólogos del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), logró recuperarse y volver a entrenar.
Otro deportista: Peter Dickson, de 21 años, entrena en la Pista Nacional de Remo desde sus 13 años, y hace cuatro que integra el seleccionado nacional de remo. Recuerda que cuando era más chico la Pista estaba tapada de basura. “Cualquier tipo de residuos que se puedan imaginar”, revela.
Ambos deportistas coinciden en que esta situación supone un riesgo para la salud de los remeros a causa de las condiciones del agua, como así también para el rendimiento deportivo.
Ser remero y entrenar en el río Reconquista supone una auténtica carrera con obstáculos ya que al ir de espalda, los deportistas no ven lo que tienen por delante y sus remos chocan continuamente con residuos sólidos.
Por el otro, la Pista tiene un problema constante de bajo nivel de caudal de agua. De hecho, según el secretario de la Asociación Argentina de Remeros Aficionados (AARA), Gustavo Pérez, muchas veces cuando van a competir tienen que esperar durante horas hasta que haya un mínimo suficiente de agua para poder navegar.
Contaminación y desidia estatal
En los sedimentos del Río se hayan los mayores índices de contaminación, debido a que se concentran los desechos orgánicos e industriales que se vierten en las aguas.
La remoción de estos contaminantes significaría un dragado que no está previsto en obras de infraestructura de la Dirección de Hidráulica de la Provincia de Buenos Aires, el área del Gobierno nacional con competencia para realizarlo.
“Desde hace por lo menos 10 años que el espejo de agua de la Pista no tiene mantenimiento”, lamenta Patricio Louzao, comisionado de la AARA y presidente del Club de Regatas La Marina de Tigre.
El último dragado de la pista de entrenamiento se realizó en 2012, cuando el municipio de Tigre fue elegido como sede para los Preolímpicos sudamericanos previos a los Juegos Olímpicos de Londres.
Louzao comenta que a fines de 2021 compartieron una mesa de trabajo con el área de Hidráulica de la provincia y con representantes de AySA, y allí los funcionarios se comprometieron a llevar adelante un dragado de la Pista. Sin embargo, Louzao no es optimista al respecto: “Son reuniones que terminan a los abrazos, con compromisos de los funcionarios, pero al final solo son compromisos de palabra. Pasaron 40 años y todo sigue igual”, afirma.
Más contaminación
La Pista Nacional de Remo no es el único lugar en el que entrenan los deportistas argentinos. También utilizan un canal de Villa La Ñata y un tramo del río Luján que pasa por detrás del shopping Remeros Plaza, sin embargo, en ninguno de estos casos las condiciones sanitarias son adecuadas para la preparación de competencias.
Para los remeros, cerrar y mudar la Pista no es una opción. “Cancelarla sería matar un deporte -opina Dickson-. Si hoy se cerrara la Pista, alrededor de 500 chicos perderíamos el deporte”. Por lo tanto, exigen una respuesta por parte del Estado para poder tener una pista de entrenamiento acorde a las exigencias.
