En el mundo solo hay 4 albuferas y Argentina cuenta con una de ellas: en qué lugar está
Es el reservorio de 32 especies de peces, distintos mamíferos, anfibios y reptiles. Se pueden realizar paseos en lancha, pesca y deportes acuáticos.
En el mundo solo hay 4 albuferas y Argentina tiene una de ellas. A la altura del kilómetro 483 camino a la Costa Atlántica -más específicamente a Mar Chiquita- se encuentra la laguna que se une con el mar y genera un espectáculo visual único.
Una albufera es una laguna de agua salobre paralela al mar, separada por una cadena de altas dunas, aunque con un punto de conexión. Visualmente impacta.
Se trata de la albufera argentina declarada Reserva Mundial de Biosfera por Unesco, en 1996. Hay solo otras tres más en todo el mundo, ubicadas en España, Brasil y Perú.
Este espacio es un lugar con un alto valor ambiental. Es el hogar de 32 especies de peces, 28 mamíferos, 10 especies de anfibios, 17 de reptiles, por lo que genera un pulmón verde.
//Mirá también: La magnitud del derrame de petróleo en Perú es el doble de lo que calculó Repsol
La superficie total de la reserva es de 26 mil hectáreas y solo la laguna tiene un largo de 27 kilómetros. Este se ensancha entre canales y desembocaduras y en un punto toca el Atlántico.
“Lo que la hace tan particular es que tiene agua mixta (salada, y dulce). A la laguna entran animales marinos que vienen a alimentarse, a reproducirse como los pejerreyes”, cuenta Micaela Roma, guía ambientalista del Municipio de Mar Chiquita, en diálogo con Infobae.
Gerónimo, nacido en Mar Chiquita, es pescador y se encarga de hacer los cruces y paseos por la laguna en su lancha Papachando a un costo de mil pesos. Conocedor de la zona, Gerónimo también es guía.
Mientras avanza por el agua, el oriundo sabe esquivar los bancos de arena y encontrar garzas, gaviotas de capucho gris o café, choclos playeros, ostreros. El escenario natural se completa con el salto de las lisas, mientras levantan vuelo una bandada de rayadores.
“He recorrido estos canales durante años, y no hay día que no deje de sorprenderme porque la naturaleza es alucinante”, remarca.
“Los rayos del sol tiñe las aguas de naranja, los animales están más activos y se da un espectáculo mágico que atrae a los visitantes, y también locales”, subraya Gerónimo, sobre el mejor momento del día que es a primera hora de la mañana y durante el atardecer.
“En temporada alta con la gran presencia de los veraneantes los animales se esconden del ruido y del movimiento”, explica.
//Mirá también: Residuos industriales: Argentina produce 12 millones de toneladas por año pero el tratamiento no es suficiente
A raíz de las características climáticos, el viento constante es común en la zona y esto atrae la presencia de deportistas de KiteSurf o Wingfoil.
En este sentido, Valentín, uno de los tantos instructores que brinda clases. “Siempre estamos buscando viento. El contexto paisajístico invita a lanzarse a practicar esta disciplina que año tras año se hace más popular”, comenta.
También está la opción de la pesca, en estas aguas hay corvina negra y rubia, lenguado, pejerrey de mar, anchoa de banco, pescadilla, cazón y tiburón gatuzo.