Logística “verde”, una asignatura pendiente para las empresas de transporte
En un contexto donde la distribución de mercadería se convirtió en esencial, las empresas buscan profundizar estrategias para reducir la huella de carbono sin dañar el sistema de abastecimiento.
A nivel global, las estadísticas sostienen que alrededor de 50.000 embarcaciones y cerca de tres millones de camiones se encargan de transportar todo tipo de productos y mercaderías a los clientes finales distribuidos en todos los países incluyendo la Argentina.
Se advierte que, a pesar de cumplir con el traslado y la entrega de los pedidos, esta semejante red de distribución y de operación logística genera un grave problema al medio ambiente debido que se trata de un sector con alto nivel de contaminación y con una huella de carbono en permanente crecimiento.
Y se acusa a la industria de transporte de ser responsable de casi un cuarto del total de C02 que se produce en el mundo siendo en algunos países, como Estados Unidos, el contribuyente número uno de esas emisiones contaminantes.
En más, el Foro Económico Mundial anticipa un aumento del 36% en el número de vehículos de reparto en las 100 principales ciudades del mundo para 2030 y estima que las emisiones aumentaran en casi un tercio y que las congestiones crezcan hasta un 21%.
En el caso de Argentina, representan el 17% de las emisiones netas de carbono y más del 90% provienen de actividades de transporte por carretera, en tanto que la mitad de todas las emisiones generadas por esta vía son producidas por camiones de carga.
Se trata de porcentajes elevados, que en gran parte se deben al poder que tiene el transporte de carga y al peso de la actividad logística que actúa en distancias muy largas y terrenos difíciles.
De hecho, el transporte por ruta o carretera es responsable de la mayoría de la distribución de carga en el país utilizando camiones con una intensidad de emisión de carbono particularmente alta.
Por lo menos así surge de un informe elaborado por el Foro Internacional del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés) para estudiar propuestas que permitan la descarbonización del transporte en economías emergentes a partir de medidas alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible, la cohesión regional y una mayor eficiencia del sistema.
El documento, publicado por esta organización intergubernamental compuesta por 60 países miembros, hace referencia a posibles soluciones que aborden estos requisitos, y advierte que serán cada vez más importantes dada la crisis sanitaria y económica debido a la propagación de Covid-19.
“La multimodalidad, particularmente entre ferrocarriles y puertos en todo el país, es un posible camino a seguir, así como una mayor eficiencia en el transporte por carretera o un mayor uso de las vías navegables”, detalla el trabajo que también presenta una revisión de las herramientas actuales utilizadas por el Gobierno para modernizar el sistema.
La descarbonización del transporte es uno de los principales objetivos que se establecen en el Plan Nacional de Transporte y Cambio Climático (PNAyCC). Y plantea que más del 60% del ahorro en emisiones del sector debe provenir de la mitigación de las emisiones de los camiones pero manteniendo la competitividad de la producción y las exportaciones, en un contexto de alta incertidumbre como el actual.
Pero el gran tamaño y la geografía del país necesita de otro desafío a partir de la falta de coordinación institucional para las políticas de transporte de carga entre el gobierno nacional y las provincias, lo cual también puede ser un obstáculo para hacer planes efectivos de descarbonización.
El paper señala la necesidad de una mayor coordinación entre los sectores relevantes teniendo en cuenta toda la cadena de producción de emisiones “a fin de lograr acciones de descarbonización exitosas y efectivas y que como ejemplo sería prestar atención a las emisiones vinculadas a la producción de combustibles alternativos”.
Recuerda también la existencia de otras alternativas como aquellos modos menos intensivos en carbono (ferrocarriles y vías navegables interiores) y formas de transporte por carretera más eficientes (camiones escalables, telemetría o mejores prácticas promovidas por programas voluntarios).
Transporte sustentable
En este contexto, desde el sector se admite que la actividad logística y de transporte constituye una fuente de emisiones de gases efecto invernadero sobre las que se debe actuar para reducirla y contribuir a la eficiencia energética.
Los empresarios saben que la forma de orientar sus inversiones hacia ese objetivo la “logística verde”, que hace posible que se reduzcan las emisiones de gases contaminantes y permite a las compañías posicionarse de cara a consumidores con mayor conciencia ecológica al punto que eligen el producto que menos afecte el medio ambiente.
Por eso, aseguran, están enfocando sus esfuerzos en desarrollar operaciones logísticas más sustentables, al punto que reducir la huella de carbono se transformó en una prioridad.
El consenso es abordar el desafío de la contaminación ambiental y generar acuerdos para crear soluciones que permitan disminuir las emisiones de carbono al transportar bienes.
Más que nada en un contexto como el actual, donde los envíos son protagonistas y en los cuales la industria debe analizar esquemas que contemplen tanto la flota de vehículos como la automatización de la medición de la huella de carbono.
Al respecto, Fernando Pereyra, gerente de Calidad Seguridad y Ambiente en Celsur Logística, propone encontrar un equilibrio que permita mantener los actuales niveles de abastecimiento con productos y servicios cuyos precios sean adecuados y con emisiones que no sean perjudiciales para el entorno. “Medir esos gases constituye el primer paso para actuar en la reducción de las emisiones contaminantes asociadas a la cadena de suministros”, agrega.
También destaca que Celsur Logística inició el proceso de análisis de huella de carbono a mediados de 2016. “Como acción inicial, debíamos saber las tn CO2eq (toneladas equivalentes de dióxido de carbono) en ese momento para calcular nuestra huella, posteriores objetivos, planes asociados y seguimiento.”, explica Pereyra.
A partir de ese análisis iniciaron medidas de sistematización de recolección de datos como herramienta de gestión estandarizada para el cálculo de la huella de carbono que le permita desagregar los porcentajes a nivel de operación y clientes para trabajar con ellos en medidas de reducción y mitigación.
Adoptaron decisiones orientadas a reducir el consumo eléctrico en sus parques logísticos incorporando tecnología LED en los depósitos para iluminación interior y exterior para controlar y minimizar el impacto de la actividad sobre el medio ambiente.
“El cuidado del medio ambiente dejó de ser un complemento para las empresas y se convirtió en una protagonista central a la hora de planificar acciones y de contar con la intervención de los colaboradores”, enfatiza el ejecutivo para quien el circuito virtuoso de la iniciativa “tiene en la responsabilidad empresaria un horizonte común para obtener beneficios reales y medibles para el bien común”.
Por su parte, desde el Grupo Logístico Andreani (GLA), que emplea a 4.700 trabajadores, posee 1.900 vehículos, 41 plantas de operaciones logísticas, y seis centros de transferencia, hicieron referencia a su propuesta para consolidarse como un holding sustentable.
Se trata de cuatro pilares para su estrategia de sustentabilidad: valor humano; compromiso social con las comunidades donde opera; innovación estratégica y eficiencia ambiental.
En su reporte de sustentabilidad, da cuenta de su compromiso con los 10 principios del Pacto Global de Naciones Unidas y el aporte a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De la misma manera, realiza su rendición de cuentas en el Carbon Disclosure Project.
Destaca que sus recursos “están orientados a eficientizar los procesos y construir soluciones que, con el uso de la tecnología y la implementación de soluciones innovadoras, se consoliden como una cadena de valor sustentable que contribuya con el desarrollo sostenible”, agrega el documento.
En este contexto, su programa implica inversiones y desarrollo de innovaciones que permiten gestionar emisiones de vehículos de su flota tanto de corta y larga distancia (traslado de mercaderías desde un almacén a otro, con importante generación de emisiones por la distancia y porte de los vehículos), como a la distribución urbana y última milla (entrega a destinatarios finales -clientes de clientes-, con unidades de mediano y pequeño porte en ciudades y centros de consumo).
La gestión de emisiones y huella de carbono del Grupo Andreani está centrada y originada principalmente en las emisiones asociadas al consumo de combustible de su flota de vehículos, y en una menor proporción, al consumo de energía eléctrica en sucursales y plantas de almacenamiento. En el 2019, el Inventario Corporativo de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la empresa fue calculado en 41,7 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Energías limpias
Por su parte, desde la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL), reconocen que medio ambiente y sustentabilidad representan dos áreas de actualización permanente para las empresas y, por supuesto, la logística también se da lugar para debatir al respecto.
En marzo pasado, la entidad empresaria inició una serie de conferencias para debatir el escenario como la llevada a cabo a comienzos de marzo, donde se presentó Diego Ezcurra, especialista en cambio climático, energías y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En ese encuentro, el especialista abordó el calentamiento global, junto al rol de algunas actividades como el transporte carretero, fuente de emisión de dióxido de carbono.
Ezcurra agregó que si bien en los últimos años bajaron las emisiones del transporte, el descenso se explica más por crisis y vaivenes económicos que por otras medidas. Su propuesta para los empresarios de este sector se basó en que comiencen a medir sus propias emisiones.
En cuanto a las proyecciones a largo plazo anticipó un escenario de altas emisiones y advirtió que “si bien hay muchos proyectos que apuntan a emisiones 0 para el 2050, muy pocos países llegarán por lo cual el desafío implica un cambio de paradigma que abandone prácticas muy arraigadas, como el autotransporte carretero”.
Como datos aportó que el país no superará los 359 millones de toneladas en emisiones de dióxido de carbono y como no existe demasiado control o sanción al respecto, recomendó encarar algún tipo de control para respetar la ley sobre cambio climático.
Para Ezcurra, medidas como la optimización de la logística o ruteos tienen costo cero y un impacto muy grande a la hora de reducir las emisiones de carbono del sector.
Propuso además pensar en el uso de biocombustibles como una opción de transición hasta llegar al hidrógeno verde, proveniente de energías limpias y renovables.
Según el consultor, “muchas alternativas del transporte de cargas no se concretan por falta de costumbre o desconocimiento como conducción eficiente, mejoras aerodinámicas en los tráilers, neumáticos de bajo coeficiente de rodadura, limitador de velocidad, lubricantes de baja viscosidad, telemetría o equipos de mayor porte”.
A esto le agregó la capacitación a los choferes para mejorar sus hábitos de manejo, con incentivos, lo cual puede generar un 20% de mejora en el consumo de combustibles.
Desde CEDOL se hace referencia también a los “bonos de carbono”, mediante los cuales las empresas de transporte que no logren reducir su huella de carbono apoyen estrategias de otras organizaciones con el objetivo de proteger el ambiente.
Un ejemplo es el que ofrece localmente DHL a través de GoGreen, un servicio climáticamente neutro que permite a otras empresas compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones de logística mediante inversiones en proyectos de protección ambiental.
Se trata de proyectos que deben generar bonos que sean, como mínimo, de tipo “VER Gold Standard” y cuyos cálculos y la compensación de las emisiones están verificados por Société Générale de Surveillance SA (SGS), una compañía suiza de auditoría. Además, las empresas que usan el servicio GoGreen reciben una certificación anual, que se puede utilizar en conjunto con el logotipo de DHL GoGreen para demostrar el compromiso ambiental.
Otro caso es el de Plaza Logística, que obtuvo $1.800 millones con la emisión de Obligaciones Negociables (ON) en UVAs para proyectos de bajo impacto ambiental y que generen empleo en sectores vulnerables.
Fue la primera compañía privada de Argentina en emitir una ON Sostenible (Verde y Social) cuya recaudación aplicó a inversiones con bajo impacto ambiental y que generan beneficios sociales mediante la creación de empleo con foco en poblaciones vulnerables a través del desarrollo del nuevo sector de logística de e-commerce.
“Es una satisfacción poder hacerlo desde la logística, un sector que tanto tiene para aportar en la mitigación de los impactos medioambientales y en la mejora de la situación social”, explicó Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística.
A estas iniciativas, los expertos le suman otros indicadores “útiles” para encarar un diagnóstico como estudiar promedio de paradas por ruta; el total de embarques a la semana; número de destinos de entrega; esquema de transporte utilizado y cantidad de proveedores de transporte.
Destacan la planificación de la ruta como otro dato importante debido a que se trata de un factor fundamental para optimizar el transporte de la carga ya que, según la eficiencia con la que se lleve a cabo es posible reducir el kilometraje entre un 10% y un 30%, generando así una reducción de las emisiones de carbono al medio ambiente.
Sin embargo, el problema estaría en el desconocimiento existente en el sector sobre el grado de emisiones contaminantes que desprenden sus cadenas de logística al medio ambiente.
En este sentido, un informe de Accenture asegura que sólo el 10% de las industrias del mundo lograron cambiar sus huellas de carbono de sus cadenas y adoptaron estrategias puntuales de sustentabilidad.
A pesar de ese escaso éxito, el trabajo, que abarca también a la Argentina, estima que el 86% de las 245 compañías encuestadas adoptó al menos una iniciativa como el uso de luz natural y el reciclaje y que otro 38% implementó estrategias para el transporte como la compra de camiones de motor híbrido y uso de combustibles ecológicos.
La consulta sirvió como base del documento redactado por Accenture y el Foro Económico Mundial bautizado como “Descarbonización de la Cadena de Abastecimiento”, en donde se evalúa el papel de la logística en la reducción de las emisiones de carbono en sus operaciones.