La mayor transportadora de gas del país pone en revisión su plan de sustentabilidad
El directorio de la empresa acaba de definir un conjunto de acciones clave para abordar la gestión de impactos, riesgos y oportunidades ESG. El plan.
El gas natural sigue ocupando un lugar de preponderancia en la matriz energética de la Argentina alcanzando el 52% del total de los combustibles consumidos.
En el 2024, ese nivel llegó a 137 MMm3/d, registrándose un aumento de 1,9% del año anterior (+2,5 MMm3/d), principalmente explicado por un aumento en el consumo de centrales térmicas a partir de mayor disponibilidad de gas natural para usinas y en menor medida por un leve aumento de la demanda prioritaria a partir del registro de menores temperaturas durante los meses de invierno (mayo, julio y agosto) y mayores volúmenes de exportaciones.
A este proceso se le suma el esquema de incentivos planteados por el Plan Gas.Ar y el aumento de la capacidad de transporte con la puesta en marcha del gasoducto Tratayén – Salliqueló en 2023, que permitieron incrementar los niveles de producción y sostener las exportaciones, principalmente a Chile a través de gasoducto Gas Andes,
Del mismo modo, la construcción del Gasoducto Perito Moreno (ex Presidente Néstor Kirchner), es considerado de vital importancia para el desarrollo energético del país e implica un ahorro de divisas para la Argentina.
El 19 de junio de 2024, Transportadora de Gas del Sur (TGS), presentó lo que se conoce como Propuesta de Iniciativa Privada ante el Ministerio de Economía para la ejecución del Proyecto denominado Incremento de la capacidad de Transporte Gas Natural, en la ruta Tratayén – Salliqueló.
Se trata de una empresa controlada por Pampa Energía y la familia Sielecki, que transporta aproximadamente el 60% del gas consumido en el país, a través de más de 9.173 km de gasoducto, con una capacidad contratada en firme de 83,1 MMm3/d.
Además, sus inversiones en infraestructura en la formación de Vaca Muerta la sitúan como una de los principales midstreamers locales.
TGS cotiza sus acciones en el NYSE (New York Stock Exchange) y BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos S.A.) y es controlada por Compañía de Inversiones de Energía (CIESA), que posee el 51% del capital accionario total compartido entre Pampa Energía y dos empresas de la familia Sielecki como son Grupo Investor Petroquímica y PCT L.L.C., con el capital restante.
El otro 49% se distribuye entre la ANSES, titular del 24%, y el público inversor.
A través de cinco líneas de negocios, la compañía brinda servicios integrados en toda la cadena de valor del gas natural mediante sus gasoductos que atraviesan siete provincias.
En los últimos años, ha evolucionado hacia ofrecer servicios integrados para la industria del gas natural, ya que afianzó nuevos negocios como el procesamiento y comercialización de líquidos del gas natural; midstream en Vaca Muerta; telecomunicaciones y servicios en activos de terceros.
Plan de negocios con impacto fiscal
Mediante su plan para hacerse cargo del proyecto Tratayén-Saliqueló, busca incrementar la capacidad de transporte de gas natural en esa ruta en 14 MMm3/d para contabilizar 35 MMm3/d de capacidad de transporte de gas natural en el Tramo I del GPM, optimizando el flujo desde las cuencas productoras hacia los principales centros de consumo.
En TGS esperan que la iniciativa tenga un impacto positivo en el mercado local al aumentar la capacidad de transporte de gas, mejorar la seguridad energética y reducir la dependencia de combustibles líquidos y Gas Natural Licuado (GNL) importado, más costosos y menos amigables con el ambiente.
Además, la mayor capacidad permitirá satisfacer la creciente demanda de manera más eficiente, beneficiando a todos los tipos de consumidores.
El proyecto también puede fomentar la competencia del lado de la oferta de gas natural, reduciendo la concentración del mercado y resultando posiblemente en precios más bajos para los consumidores.
Sus ejecutivos entienden que dicho impacto se traduce en ahorros fiscales estimados en alrededor de u$s500 millones considerando en particular la menor importación de GNL y combustibles líquidos, menor presión sobre los subsidios energéticos y una mejora sustancial en la balanza comercial del país en torno a los u$s700 millones.
En un informe de reciente publicación, desde TGS reconocen que durante el 2024 lograron emitir un bono internacional por u$s490 millones; pusieron en marcha un nuevo módulo que le permite acondicionar 21 MMm3/día en Planta Tratayén, ubicada en el corazón de Vaca Muerta, y se encuentran trabajando para alcanzar los 28 MMm3/día en el primer trimestre de este 2025.
Actualizar la matriz de riesgos
Pero, además de estos hitos operativos, el directorio de TGS puso en revisión la estrategia de sostenibilidad de la empresa para abordar la gestión de impactos, riesgos y oportunidades ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) que surgen de factores relacionados con el medio ambiente, la sociedad y la forma en que una empresa es administrada.
En ese sentido, el reporte explica el proceso encarado por la transportadora para completar un análisis de doble materialidad y actualizar la matriz de riesgos estratégicos, integrando una nueva categoría específica para riesgos ASG.
También finalizó estudios clave como la identificación y evaluación de riesgos climáticos, y avanzó en la implementación de las Normas ISO 14064-1:2018 y ISO 50001, para fortalecer su enfoque hacia la resiliencia climática y la eficiencia energética.
Al respecto, Oscar Sardi, director General de TGS sostuvo que “el desempeño ambiental continuó siendo un eje prioritario que nos permitió mejorar el inventario de emisiones de carbono e implementar medidas para gestionar la biodiversidad y la huella hídrica, incluyendo un programa de forestación que involucró a más de 700 árboles plantados y un innovador sistema de padrinazgo para líderes”.
Adicionalmente, la empresa desarrolló un tablero de indicadores ambientales que permite monitorear metas y desempeños en tiempo real, además de continuar impulsando la sostenibilidad a través del diálogo con grupos de interés y el uso de estándares internacionales como GRI y SASB para reafirmar su compromiso con el Pacto Global de Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para Sardi, el enfoque en la gestión de los factores ASG de la empresa que dirige “trasciende la implementación de programas específicos, integrándose de manera estructural en el ADN de la empresa, dirigiendo nuestros esfuerzos a una gestión rigurosa y proactiva de los Impactos, Riesgos y Oportunidades, con el propósito de maximizar la creación de valor para nuestros grupos de interés y fortalecer la resiliencia y competitividad de la organización”.
Analizar la doble materialidad
Dicho plan ASG fue creado por la transportadora en el 2022 y actualmente involucra a todas sus áreas para fortalecer la gestión sustentable; establece acciones prioritarias, definiendo compromisos concretos y métricas para monitorear el progreso con el objetivo de satisfacer las expectativas de sus grupos de interés y contribuir a la Agenda Global de Desarrollo Sostenible.
El año pasado, la empresa reforzó su enfoque mediante un análisis de doble materialidad dando lugar a la creación de la estrategia ASG que le permitió identificar impactos, riesgos y oportunidades (IROs) relevantes para la sostenibilidad y el desempeño financiero de la compañía, considerando tanto las tendencias del mercado como las demandas de sus grupos de interés.
Además, integró los conceptos ASG en la estrategia corporativa y en su gestión de riesgos, estableciendo bases para un enfoque sostenible de largo plazo en la identificación y evaluación de los impactos materiales que la compañía tiene en el ambiente, la sociedad y la economía y, al mismo tiempo, los riesgos y oportunidades más relevantes que los temas de sostenibilidad presentan para el desempeño financiero de la empresa y su cadena de valor.
En el informe, la empresa explica que el Comité de Dirección supervisa y valida la implementación de la Estrategia ASG, “asegurando su integración con el planeamiento estratégico corporativo y la toma de decisiones”.
Detalla que las cuatro categorías definidas como estratégicas son la preservación del ambiente; la promoción de la solidez institucional; el desarrollo de las comunidades y la gestión de riesgos.
Objetivos prioritarios
El reporte también hace mención al bautizado Plan Estratégico Ambiental, que involucra a diversas áreas de la compañía, define gastos, inversiones y lineamientos clave para optimizar la medición del impacto ambiental y mitigar los efectos de sus operaciones en el entorno.
A partir de ese proceso, la empresa ya identificó contribuciones a 50 metas específicas de los 17 ODS y estableció nueve objetivos prioritarios donde trabajar de manera más estratégica para profundizar el impacto de sus operaciones en el combate contra la contaminación.
Como parte de ese plan, TGS busca incorporar la sostenibilidad en todas las fases de su negocio, desde la toma de decisiones estratégicas hasta la ejecución de sus actividades.
Dicho plan se estructura en tres ejes principales:
- Mitigación y adaptación al cambio climático: con el eje central alineado con los esfuerzos globales para reducir gases de efecto invernadero mediante la implementación de un Sistema de Gestión de la Energía, gestión de riesgos climáticos y preservación de la biodiversidad mediante iniciativas de forestación.
- Liderazgo ambiental proactivo: para promover una gestión preventiva, prácticas ambientales responsables en sus instalaciones y la sensibilización ambiental dentro de la organización.
- Circularidad de procesos y consumos: para fomentar el uso eficiente de recursos y la adopción de prácticas enmarcadas en la economía circular.
El seguimiento de este plan está a cargo del área de Ambiente de la Gerencia de Seguridad, Ambiente y Calidad (GSAC) y del Comité de Dirección de TGS que, solamente el año pasado destinaron casi u$s3 millones en inversiones ambientales entre las cuales se destaca la realización de una evaluación integral de los riesgos físicos derivados del cambio climático, consolidando una metodología estructurada basada en la ciencia para identificar, clasificar y abordar las amenazas climáticas que podrían impactar nuestros activos, personas y la continuidad del negocio.
Gestionar los riesgos climáticos
El diagnóstico se enmarca en el desarrollo de una estrategia de resiliencia y sostenibilidad climática de mediano y largo plazo que será profundizada durante este año y que sigue las normas ISO 31000, ISO 14091 e ISO 22301, evaluando vulnerabilidades y riesgos climáticos utilizando modelos de proyección recomendados por la Dirección de Cambio Climático de Argentina.
De acuerdo al reporte, el enfoque es además consistente con los lineamientos de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y permite proyectar la exposición a eventos climáticos extremos y variaciones futuras, desarrollando una matriz de amenazas climáticas.
“De manera transversal, la gestión de riesgos climáticos involucró a múltiples áreas de la compañía, asegurando un enfoque integral y estratégico con resultados que guiarán la implementación de un plan de fortalecimiento de la resiliencia climática en TGS, con medidas preventivas como planes de respuesta y recuperación ante eventos extremos”, detalla el informe.
Como próximos pasos, el directorio de la transportadora acaba de definir un conjunto de acciones clave a trabajar durante los próximos años que abarcan el diseño de estrategias de resiliencia climática, priorizando instalaciones de mayor criticidad; la unificación y estandarización de sistemas de alerta temprana en todas las instalaciones; la revisión de los planes de contingencia, incluyendo simulacros y capacitaciones específicas.
También considera incluir los riesgos de transición asociados a cambios regulatorios y de mercado vinculados a los esfuerzos globales de descarbonización, tras reconocer sus ejecutivos que la generación de gases del efecto invernadero (GEI) “es uno de los principales aspectos ambientales asociados a nuestra operación, debido a la emisión de CO2 en compresores y motogeneradores, así como a las emisiones de CH4 provenientes de venteos operativos y pérdidas de gas natural”.
Además, desde la empresa admiten que sus actividades de comercialización; transporte de productos como propano, butano y gasolina mediante camiones y buques, también contribuyen a las emisiones.
Reducir las emisiones GEI
“Nuestro compromiso con la gestión de GEI incluye la protección del ambiente y la minimización de impactos derivados de nuestras actividades y se lleva a cabo a través del Plan Estratégico Ambiental 2022- 2023, que prioriza la mitigación del cambio climático y establece metas concretas, como la reducción del 50% de las emisiones de metano para 2030”, se detalla en el documento.
Para alcanzar estos objetivos, TGN ya desarrolla un plan de reducción de emisiones que le ha permitido elaborar un mapa de emisiones; establecer una meta de reducción de metano para 2030; implementar campañas de cuantificación de fugas en todas las plantas compresoras; consolidar un plan integral de inversiones para la reducción de emisiones e iniciar investigaciones sobre tecnologías disponibles, con experiencias piloto para evaluar su viabilidad y escalabilidad.
La empresa dice estar comprometida a reducir las emisiones de metano en un 50% para 2030, tomando como año base el 2021, un período que refleja condiciones operativas normalizadas tras la pandemia y la incorporación del gas no convencional al sistema de transporte.
A su vez, el año pasado aplicó ajustes en su inventario corporativo de emisiones con el objetivo de prepararse para los nuevos requerimientos normativos que comenzaron a desarrollarse en Argentina a nivel nacional y provincial.
Del mismo modo, lleva a cabo un programa de reducción de emisiones de metano como uno de los principales pilares de dicha estrategia de mitigación del cambio climático que se articula con un plan a cinco años elaborado por TGS para impulsar la sostenibilidad y la modernización tecnológica.