Investigación revela que organismos de las profundidades oceánicas son capaces de sobrevivir en condiciones extremas

El océano es un vasto e inexplorado entorno, donde la mayoría de los peces, algas, mamíferos y otros organismos marinos habitan cerca de la superficie, mientras que un número más reducido se encuentra en las zonas más profundas. En este contexto, un estudio llevado a cabo por un equipo de científicos japoneses identificó un ecosistema que prospera en condiciones extremas.

Publicado en la revista Nature Communications, el estudio resalta la presencia de organismos capaces no solo de sobrevivir en este ambiente tan hostil, sino también de desempeñar un papel fundamental en la transformación de su hábitat y del océano en general.

Un estudio confirma que seres del océano que soportan condiciones extremas

Este descubrimiento tuvo lugar en la Fosa de Japón, una de las zonas más profundas del océano Pacífico. Los investigadores analizaron muestras de sedimentos y emplearon escaneos avanzados para estudiar la estructura del lecho marino. Sus hallazgos revelaron que la bioturbación, un proceso en el que los organismos excavan y mueven el sedimento, desempeña un papel fundamental en la oxigenación y renovación del ecosistema.

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La zona hadal, la parte más profunda del océano, se extiende entre 6 y 11 km de profundidad, y se encuentra principalmente en las fosas generadas por la subducción a lo largo de márgenes convergentes activos. A más de 7.500 metros bajo la superficie, los organismos bentónicos desarrollaron adaptaciones asombrosas para sobrevivir a la falta de luz, el frío extremo y la alta presión. Entre las especies identificadas en la Fosa de Japón se encuentran bivalvos, poliquetos, isópodos, anfípodos y gasterópodos, muchas de las cuales son nuevas para la ciencia.

Cómo influyen estas «madrigueras»

Estos organismos que habitan en las profundidades oceánicas juegan un papel crucial en la bioturbación, un proceso que implica la alteración de suelos y sedimentos por parte de animales o plantas. Esto incluye actividades como excavar, ingerir y defecar granos de sedimento. Las acciones de bioturbación tienen un impacto significativo en el entorno, y se considera que son un factor clave en la promoción de la biodiversidad.

De acuerdo con el estudio, cuando los sedimentos se depositan en el fondo marino y se compactan, pueden asfixiar a algunas especies, pero con el tiempo, la recolonización del área por nuevas formas de vida revitaliza el ecosistema. Esto sugiere que la dinámica del lecho marino es mucho más compleja de lo que se había entendido previamente.