Lava en el volcán Etna: la NASA compartió la imagen de este fenómeno desde el espacio
La foto, tomada por el satélite Landsat 8, revela la magnitud del fenómeno y ofrece una perspectiva única del evento natural.
El 12 de febrero, el Monte Etna, uno de los volcanes más activos del planeta, desató una nueva erupción. Los primeros signos de alarma habían aparecido días antes, cuando el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia reportó que el volcán mostraba “signos de inquietud superiores a su nivel normal”. Este evento atrajo a turistas y esquiadores a la zona, generando un fenómeno turístico inesperado.
Aunque la actividad volcánica fue disminuyendo, las autoridades locales intervinieron para asegurar la protección de los visitantes y evitar posibles accidentes, ya que el flujo de lava avanzaba rápidamente por las laderas del monte. Las consecuencias inmediatas incluyeron la alteración de los vuelos locales y la emisión de ceniza, lo que dejó claro que la amenaza del volcán seguía latente.
El “río de lava” en el Monte Etna
La NASA dio este nombre al impresionante fenómeno captado por imágenes satelitales, que revelan la magnitud del evento natural. Las fotografías, tomadas por el satélite Landsat 8, muestran cómo la lava descendía por las laderas del monte, deslizándose sobre la nieve.
Este contraste visual, entre el calor del magma y el blanco inmaculado de la montaña, resulta realmente impresionante.
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El fenómeno atrajo a un número creciente de turistas, tanto a pie como en equipo de esquí, ansiosos por presenciar este espectáculo natural único. Los excursionistas se acercan en masa, atraídos no solo por la belleza del paisaje, sino por la singularidad de este tipo de erupciones, que permite ver el flujo de lava en tiempo real. Sin embargo, las autoridades emitieron advertencias sobre los peligros que esto implica.
La imagen captada por el satélite
El satélite Landsat 8, a través de su sensor OLI (Operational Land Imager), captó una impactante imagen del flujo de lava en curso el 13 de febrero, un día después de la erupción. Esta fotografía, que fue difundida, se convirtió en un referente visual de la actividad volcánica en el Etna.
La imagen revela detalles asombrosos del evento. Mediante una superposición de colores naturales y una señal infrarroja, se puede distinguir la firma térmica de la lava sobre las laderas nevadas del volcán. El contraste entre el blanco de la nieve y el rojo brillante de la lava es especialmente llamativo. Esta técnica de superposición, que permite identificar las variaciones de temperatura del terreno, fue clave para monitorear el avance de la lava, proporcionando datos cruciales sobre su desplazamiento y expansión.
Además, la imagen muestra cómo la lava recorrió aproximadamente tres kilómetros desde el cráter Bocca Nuova, uno de los cinco cráteres principales del Etna, hasta el flanco suroeste del volcán. También se puede ver una columna de ceniza que asciende desde la cumbre y se desplaza hacia el noreste, lo que indica que la actividad eruptiva sigue en curso.
Las consecuencias de la erupción volcánica
La combinación del flujo de lava y la emisión de ceniza, que se dispersó por el aire, generó condiciones peligrosas para la aviación. Como resultado, las autoridades se vieron obligadas a aumentar el nivel de alerta aérea debido a la constante liberación de cenizas.
El aeropuerto de Catania, situado a 30 kilómetros al sur del Etna, tuvo que desviar varios vuelos, mientras que la comunidad local se preparaba para enfrentar las consecuencias de este fenómeno natural.
Aunque la erupción inicial fue de gran intensidad explosiva, su actividad comenzó a disminuir con el paso de los días. Sin embargo, las advertencias de las autoridades se mantuvieron vigentes, ya que la actividad no se detuvo por completo y continuaban registrándose flujos de lava y emisiones de ceniza.