“Vacunar” a las plantas, el desarrollo argentino que promete «revolucionar» la agricultura
Científicos argentinos buscan crear cultivos más amigables con la salud humana y el medio ambiente. Cómo funciona esta tecnología.
Un desarrollo científico argentino promete revolucionar la agricultura al “vacunar” a las plantas a través de la tecnología ARN para evitar el uso de agroquímicos, activando mecanismos para que se defiendan solas de los patógenos. De esta manera, se apunta a crear cultivos más amigables con la salud humana y el medio ambiente.
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Este innovador avance fue idea de Federico Ariel, investigador del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, UBA-CONICET) y líder de la startup argentina Apolo Biotech.
Cómo surgió la alternativa a los agroquímicos
Ariel trabajó varios años en Francia con biología bioquímica de las plantas pero fue en su retorno a la Argentina que dio con la idea de cruzar la tecnología del ARN con la agricultura gracias al gran desarrollo argentino en nanotecnología.
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“Vi que las plantas podían absorber el ARN, que es la molécula intermediaria entre el ADN y las proteínas. Es el idioma universal de la vida, pero para poder comunicarte con las plantas hace falta nano vehículos y encontré que en nuestro país hay mucha nanotecnología dedicada al agro”, explicó a Economía Sustentable.
Para su novedoso desarrollo necesitaba “un subsidio de investigación muy grande” –reconoció- y allí fue que en 2020 aplicó a una convocatoria del ex Ministerio de Ciencia que financiaba grandes proyectos y empezó a experimentar con cultivos de tomate, lechuga, frutillas y vid.
Cómo se puede “vacunar” a las plantas
El mecanismo funciona rociando a las plantas con el genoma de los patógenos, lo absorben, lo procesan y generan sus propias defensas.
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Esta tecnología funciona similar a cuando una persona se vacuna, ya que es el mismo organismo el que genera las defensas contra el atacante. Las innovaciones en ARN adquirieron notoriedad en la pandemia del Covid-19 con las vacunas de varios laboratorios.
“Cuando te vacunas ni te enteras que pudiste estar en contacto con el patógeno porque tu cuerpo tiene los anticuerpos, acá la idea también es que las plantas se defiendan solas, les proveemos la información sobre los patógenos y ellas generan las moléculas de defensa”, explicó el científico.
Ariel contó que el primer objetivo es reemplazar los fungicidas por razones científicas y de costos y apuntar hacia una transición que vaya sustituyendo los agroquímicos en la producción de alimentos.
Una creciente demanda social por alimentos sustentables
Ante el dilema que se presenta en el mundo que separa la preservación de la salud humana y el ambiente con el rédito económico, Ariel sostiene que “la única manera de conservar la productividad de modo sustentable es con innovación científica”.
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“Hay una demanda social creciente y una conciencia de que tenemos que reemplazar los agroquímicos. Vamos a ir en los próximos años hacia un sistema de alimentos más sostenible, los productores están buscando alternativas más respetuosas con el ambiente”, aclaró.
Los últimos pasos necesarios
Este avance científico aún no se encuentra regularizado en Argentina ya que falta la aprobación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
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“La palabra ARN existe en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) por las vacunas, pero no existe en Senasa, que es el organismo que tiene que regular todos los insumos de la agricultura”, afirmó Ariel.
“Si se aprobaba antes podríamos haber tenido el primer producto de ARN en el mundo, que fue finalmente un insecticida de Estados Unidos, pero todavía tenemos la posibilidad de tener el primer fungicida basado en ARN del planeta”, comentó.
Y sumó: “Esto salió de los laboratorios públicos argentinos, ojalá podamos lograr el hito de que un desarrollo de nuestro país llegue a ser el primero del mundo”.