“Unir energía solar y blockchain”, es la propuesta de esta startup: así funciona esta nueva tecnología
SolarMente es una startup española que quiere solucionar los problemas de generación de energías con paneles solares y el uso de blockchain.
SolarMente es una startup española que quiere solucionar los problemas de generación de energía con paneles solares y el uso de tecnología blockchain.
Cuando Wouter Draijer llegó a España para realizar un máster, este ingeniero de origen holandés se sorprendió por los pocos tejados que veía con placas solares. Sobre todo, explica, “teniendo en cuenta que España es el país con más horas de exposición solar de Europa”.
Draijer llegó a Barcelona en los momentos más oscuros del autoconsumo: aquellos en los que se hablaba aún de peajes al sol pero, sobre todo, en los que la extensa burocracia hacía que fueran solo algunos idealistas los que se plantearan la opción de poner placas solares en su tejado con una motivación, aunque fuera a largo plazo, de obtener electricidad rentable con ellas.
“Puedes llamarlo casualidad, pero mientras daba vueltas a estos problemas y a la diferenciación de España, la regulación cambió”, recuerda el ahora CEO de SolarMente, startup que ha entrado en el mercado de la instalación de paneles solares en España y que ha llamado la atención de aceleradoras norteamericanas.
Cuando Wouter habla de cambios se refiere a los que llegaron con el Real Decreto 244/2019, el cual abría la mano al autoconsumo, reducía trámites, y sobre todo ampliaba su visión para la creación de comunidades energéticas, una figura que podía ser aprovechada por comunidades de vecinos o polígonos industriales para compartir instalaciones.
//Mirá también: NuARS, la nueva criptomoneda argentina que promete “libertad financiera”: objetivos y beneficios
En aquel cambio, Wouter y su socio, el canadiense Victor Gardrinier, programador, vieron el acicate suficiente para plantearse la idea de una empresa que entrara en este mercado. SolarMente se fundaría en mayo de 2020, primero juntando ahorros “y viviendo muchos meses con apenas 700 euros al mes”, rememora. Ahora, SolarMente acaba de recibir una ronda de financiación de 1,8 millones de euros tras pasar por Y Combinator, la conocida aceleradora que impulsó en su momento negocios como Airbnb, Stripe o Coinbase.
Sumar más tecnología
Cuando preguntamos a Wouter sobre qué diferencia a SolarMente de otros instaladores nos dice que es ponérselo fácil al que tiene la intención de dar el paso. Se ocupan de la asesoría, los trámites burocráticos, la instalación, la puesta en marcha de la misma, el mantenimiento, y añaden a eso una capa de software extra que permite a sus clientes controlar mejor su consumo.
Para su futuro inmediato, la idea quizá más llamativa, es que quieren que, con un sistema basado en blockchain, se pueda hacer que los siempre problemáticos excedentes -la energía sobrante que generan los paneles, pero que no se llega a consumir, y no se puede almacenar si no se cuentan con baterías- puedan ser transferidos entre consumidores que cuenten con una interconexión entre ellos. Esto deja fuera a las residencias aisladas, pero podría aplicarse, explican, en comunidades de vecinos, donde un vecino podría traspasar a otro que lo necesite sus excedentes que no consume y ver eso descontado en su factura.
Cuando empezaron, “La energía solar daba miedo a todo el mundo que vivía en España. Estábamos más bien educando a la gente, en lugar de vender nuestro producto. El arranque fue diez veces más lento de lo que yo esperaba”, cuenta el holandés, que explica que su propuesta también ha recibido más atención gracias a boca a oreja tras la subida del precio de la luz de los últimos meses y las inestabilidades que han generado el conflicto de Ucrania.
Historia: cómo llegaron hasta acá
Tanto Draijer como Gardrinier se conocieron en un evento en Barcelona. El segundo venía de investigar cómo la cadena de bloques podía ayudar a descentralizar la generación de energía gracias a un sistema similar al peer-to-peer, tras haber empezado a rascar lo que podría permitir esta tecnología pasando por varias empresas de Canadá y Estados Unidos.
Ahora, tienen bastante claro qué quieren conseguir uniendo blockchain y paneles solares. Aunque no parece un objetivo menor: “En 2030, cada cliente de SolarMente debería ser capaz de producir, almacenar y vender su propia energía verde sin tener que levantarse del sofá, y ahorrar miles de euros al poder operar de una forma que ahora no se puede con los excedentes generados. Para entonces, es de esperar que el uso de la electricidad tradicional parezca tan arcaico como los reproductores de mp3 actuales”, Wouter Draijer, CEO de SolarMente.
La idea, o así lo ofrecen, es que sus clientes “puedan vender su excedente de energía desde el sofá”. “Los usuarios de energía solar no suelen saber cómo utilizar correctamente su energía generada. Y es porque sigue siendo realmente complicado. Pero como sus instaladores, tenemos acceso a sus datos de generación de energía y podemos ayudarles a optimizar sus ahorros. Con el tiempo, nuestro sistema con blockchain podría entrar en juego para ayudar a los usuarios de energía solar a vender su excedente de energía a su comunidad local sin tener que pasar por el sistema de precios de una compañía eléctrica”, explica Gardrinier.
Es precisamente esa capa de software extra lo que también marcan como una diferenciación a su favor. “La tecnología de los paneles solares ha mejorado mucho en los últimos años, el precio también ha bajado, pero el software para controlarlos no”, comentan. Tan diferencial lo ven, que al preguntarles sobre si se consideran una empresa energética o una tecnológica optan por la segunda opción. “Utilizamos la tecnología para implantar la energía solar en cualquier casa de cualquier lugar de España (y en el futuro; en todo el mundo)”, remarca Draijer.
Empezaron en la casa de una amiga y ahora pasaron a Y Combinator
En noviembre, SolarMente recibióuna inversión de 1,8 millones de euros a través de una ronda seed impulsada por Y Combinator, una de las aceleradas de referencia en el ecosistema startup norteamericano que ha invertido e compañías como Airbnb, Stripe, Dropbox o Coinbase.
Pero hasta llegar hasta aquí hay una historia que empieza por el tejado de la casa de una amiga.
“La madre de una compañera de clase alemana se enteró de que estaba escribiendo mi tesis sobre energía solar; y resultó ser nuestra primera clienta. Le encantó nuestro servicio y nos recomendó a todos los vecinos en una urbanización, lo que dio lugar a 7 instalaciones posteriores”, recuerda el CEO, que empezó con su socio alquilando una furgoneta para proceder con las primeras instalaciones. Draijer recuerda ahora esa época como una en la que sobrevivieron “con 700 euros al mes y reinvirtiendo todo en la empresa”.
Su propuesta a partir de ahí ha crecido, y, según dicen, se diferencia por ofrecer desde el contacto inicial hasta un posible kit completo de autoconsumo. Con todo, una instalación media puede ir de los 4.500 euros a los 11.000, en función de si cuenta con batería y la capacidad. “Nos encargamos de la electrificación completa del hogar, y utilizamos la energía solar como entrada. Dejamos que el cliente genere su propia energía, la almacene y la utilice ofreciendo Baterías, EV-Chargers, AC’s, y calefacción”, comenta el holandés.
Pese a esta propuesta final, a día de hoy siguen recomendando a los clientes que se quieran desconectar completamente de la red disponer de un generador de apoyo con combustible fósil. Su objetivo es llegar 50.000 hogares en España en los próximos cinco años. El plan es ambicioso. A finales de 2021 habían realizado 85 instalaciones y estaban trabajando en su primera instalación industrial. Suficiente no obstante para llamar la atención de Y Combinator.
Preguntado sobre cómo llegaron hasta la aceleradora, Wouter cuenta que cree que fue “una mezcla de producto, equipo, oportunidad de mercado e impulso. De hecho, no lo conseguimos la primera vez. Hicimos grandes mejoras de producto, cerramos algunos buenos acuerdos, conseguimos diferenciarnos con nuestros planes de futuro y YC nos aceptó bastante rápido”.
//Mirá también: AySA adoptó la tecnología blockchain para reducir el impacto ambiental y brindará beneficios a los usuarios
Para presentarse ante YC con una propuesta de valor, se pusieron como espejo en España y Europa de Sunrun, empresa norteamericana cotizada en bolsa que también entró en su momento en el mercado de los particulares gracias a ofrecer cierta sencillez y modelos de suscripción, algo que SolarMente también tiene en su hoja de ruta.
Clave del éxito
Su captación hasta ahora también se ha basado en el marketing. SolarMente ofrece una bonificación por recomendar a futuros clientes y una calculadora de ahorro de consumo online. “Creemos que la simplicidad es la clave del éxito en este caso. Después de evaluar miles de ofertas, sabemos que podemos simplificar cada instalación, o al menos la oferta inicial. Empezamos con una oferta básica, basada en las necesidades energéticas de un cliente. Si al cliente le gusta el ahorro y el precio, podemos entrar en detalles”, explican.
En un recorrido a medio plazo, su propuesta para alguien que quiera desconectarse de la red pasa por varias fases. “Primero instalamos los paneles, vemos cómo se adapta el cliente a la energía solar, añadimos batería, valoramos el comportamiento de estas, e instalamos el sistema que le permita desconectarse de la red”, detallan.
Por ahora, la regulación en España, si bien ha avanzado, no acaba de amoldarse sobre todo en burocracia a lo que su modelo acaba de proponer. “El principal cuello de botella sigue siendo el tiempo que hay que esperar para obtener el permiso de los ayuntamientos para instalar. Luego, incluso las tarifas de alimentación del exceso de energía son sorprendentemente bajas. No obstante, me anima el hecho de que la UE haya anunciado una subvención de 1.320 millones de euros para promover la sostenibilidad”, dice Wouter.
Con respecto a su propuesta ligada a la blockchain, esperan lanzar una prueba piloto este año de la cual no ofrecen demasiada información al ser preguntados por este medio. “Tenemos bastante claro lo que queremos hacer y cómo hacerlo”, señala Gardrinier, responsable tecnológico. Su horizonte tiene una fecha clara. Desean y esperan que en 2030 el consumo de electricidad habitual sea tan arcaico “como un reproductor de mp3”.