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Diseño urbano

Una argentina que vive en Estados Unidos utiliza la naturaleza para combatir el cambio climático

Sofia Charró describe cómo la infraestructura de vida regenerativa puede ayudar a mitigar los impactos devastadores del cambio climático. 

Una arquitecta argentina que vive en Estados Unidos presenta las nuevas propuestas en diseño urbano y paisajista que proponen combatir el cambio climático, pero imitando los movimientos de la naturaleza.

Egresada de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, Sofía Charró comenzó su carrera en su ciudad natal, junto al arquitecto Emiliano Espandin, para luego emigrar a la prestigiosa West 8, en New York.

Enfocada en liderar el compromiso de visibilizar voces y perspectivas latinas, Charró fue becada por la Landscape Architecture Foundation (LAF) y, además, también encabeza equipos interdisciplinarios en Nueva York, Silicon Valley, España y Sudamérica. 

Sofía Charró, arquitecta argentina viviendo en Estados Unidos

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Sobre el camino que tuvo que recorrer para llegar a ser arquitecta paisajista en Estados Unidos, cuenta, “en Buenos Aires participé de proyectos destinados a repensar el rol de la ciudad y la movilidad urbana, buscando soluciones innovadoras para vivir en un entorno más sustentable”.

“Ese proceso me ayudó a profundizar en conceptos globales de diseño urbano, empujándome a tener más exposición internacional. En este sentido, Nueva York es uno de los epicentros mundiales en la materia y el salto se dio como un paso natural en mi carrera. Si bien soy arquitecta, el diseño urbano y de paisaje me habilitó una nueva escala más tangible de impacto positivo en distintas comunidades”, agrega.

Cambio climático, diseño y arquitectura

“Los diseñadores somos partes de equipos multidisciplinarios y trabajamos en conjunto con ingenieros, equipos expertos en resiliencia y científicos, entre otros campos de especialidad. Nosotros como arquitectos articulamos la visión para responder a distintas problemáticas específicas de cada sitio”, explica sobre el trabajo que lleva a cabo.

Por ejemplo, añade, “en California, estamos trabajando en un plan a gran escala situado sobre la Bahía de San Francisco. En estrecha colaboración con ingenieros y expertos en aumento del nivel del mar, estamos elevando la recolección de agua pluvial como uno de los principales conductores del diseño”.

Y amplía: “El plan se enfoca en crear una red de infraestructura verde con el fin de mitigar el calentamiento urbano, protegiendo el nuevo parque y adyacencias de futuras inundaciones y tempestades”.

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Desafíos de la arquitectura

“Como diseñadores urbanos estamos expuestos a ver cómo comunidades son devastadas por los efectos del cambio climático, ya sea por inundaciones y sequías, otros fenómenos meteorológicos más violentos, y la subida del nivel del mar. Creo que como profesionales debemos bifurcar la respuesta, por un lado, ayudando a que aquellos afectados sanen, y por el otro, creando respuestas resilientes que ayuden a proteger a las comunidades locales. Debemos también promover proyectos que maximicen los recursos locales, promuevan la biodiversidad, y pongan los criterios de sostenibilidad al servicio del diseño, y no al revés”, subraya.

Colaborar con Argentina

A pesar de vivir a miles de kilómetros, Charró no se olvida de sus orígenes y remarca que, “mi legado y mi ‘upbringing’ van conmigo a todos lados. Tengo la suerte de trabajar en equipos diversos y en proyectos, no solo en Estados Unidos sino también en España y en la región latinoamericana”.

En esta línea, comenta que, por ejemplo, “en Uruguay trabajamos con la intendencia de Paysandú para elaborar el masterplan del borde costero. En Paysandú, los efectos de las crecidas del río e inundaciones se potencian con el crecimiento de la ciudad y con una comunidad dominada por el uso del auto”.

“Nuestra respuesta y estrategia general es conformar un borde que active, proteja y conecte el frente con la comunidad local. Pensar una pieza de borde ‘viva’, dinámica, que permita adaptarse a los distintos niveles del río”, argumenta.

“La pieza de borde o cinta, abraza y enlaza los diferentes paisajes de la costa y se materializa en una combinación estratégica de bermas, muros de contención y senderos peatonales a elevaciones variables. Uno de los objetivos principales es reparar la relación de la comunidad con el Río Uruguay, activando distintas áreas recreativas que puedan funcionar aún durante las crecidas del río”, añade.

Por último, recuerda que, “hace dos años conecté con un grupo de profesionales latinos por medio de una conferencia online y nos unimos para formar un espacio de encuentro e intercambio, con el objetivo de visibilizar voces latinas y perspectivas que hoy no tienen tanta representación en la comunidad de arquitectos, arquitectos de paisajes y diseñadores urbanos”.

“Hoy nos encontramos desarrollando proyectos y buscando fondos en distintas instituciones que ofrecen becas para este tipo de iniciativas. El año pasado ganamos la beca de LAF Landscape Architecture Foundation que nos permitió materializar el espacio con una serie de workshops y forums para generar estos espacios de reflexión”, concluye.

Fecha de publicación: 26/12, 11:24 am