Solo el 5% de los hogares urbanos tiene una huerta o cría animales para el consumo familiar
El dato es de un informe de la UCA y la Fundación Alimentaris. Por qué la autoproducción podría ser una herramienta eficaz para combatir la inseguridad alimentaria.
Un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) y el Programa Sistemas Alimentarios Sostenibles (SAS) de Fundación Alimentaris reveló que la autoproducción de alimentos fue una práctica poco común en las áreas urbanas de Argentina. Según los datos presentados, solo el 5% de los hogares urbanos contaba con una huerta o criaba animales para el consumo familiar.
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El documento, titulado “Inseguridad alimentaria y autoproducción”, indicó que únicamente un 2,8% de los hogares urbanos había desarrollado una huerta, mientras que un 0,6% criaba animales. Además, solo un 1,2% de los hogares realizaba ambas actividades. Estas cifras ponen de manifiesto la escasa adopción de prácticas que podrían haber contribuido a mejorar la seguridad alimentaria en un contexto de creciente vulnerabilidad.
En este sentido, el informe destacó que la inseguridad alimentaria afectaba a un tercio de los niños y adolescentes en Argentina, con un 32,2% de los hogares urbanos experimentando dificultades para acceder a alimentos. De estos, un 13,9% padecía privaciones graves, lo que resalta la importancia de explorar alternativas que fortalezcan la autosuficiencia alimentaria, especialmente entre las poblaciones más vulnerables.
La autoproducción de alimentos, herramienta para combatir la inseguridad alimentaria
Históricamente, la autoproducción de alimentos había sido más común en las zonas rurales y periurbanas del país, donde las familias cultivaban frutas y verduras o criaban pequeños animales como gallinas. Sin embargo, en las áreas urbanas, esta práctica se mostró marginal, a pesar de que la agricultura urbana había comenzado a ganar terreno entre las generaciones más jóvenes, especialmente a través de huertos comunitarios y jardines verticales.
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“Es importante destacar que en nuestro país un tercio de los niños/as y adolescentes viven en hogares que experimentan la inseguridad alimentaria total (32,2%) por no tener dinero suficiente para comprar los alimentos. Dentro de esta población se estima que 13,9% alcanza privaciones graves”, informaron.
El informe también subrayó que no se registraron diferencias significativas en la autoproducción de alimentos entre distintos estratos sociales, aunque su práctica era ligeramente mayor en los hogares más pobres y en el interior del país, comparado con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta realidad plantea interrogantes sobre las políticas públicas necesarias para incentivar la autoproducción en contextos urbanos y mejorar así la seguridad alimentaria.
A pesar de la limitada adopción en áreas urbanas, el informe sugirió que la autoproducción de alimentos podría ser una herramienta eficaz para combatir la inseguridad alimentaria y generar ingresos adicionales en los hogares que logran vender sus excedentes en mercados locales.
Ante este escenario, la promoción de la agricultura urbana se presenta como una oportunidad para avanzar hacia una mayor autosuficiencia y sostenibilidad alimentaria en las ciudades argentinas.