Según un estudio, solo el 0,001% de la población mundial respira aire puro
Una investigación de partículas finas (PM2.5) publicada en la revista The Lancet Planetary Health detectó niveles perjudiciales para la salud en todo el planeta.
Según un reciente estudio, cada vez es más complicado encontrar un lugar en el mundo que no esté contaminado. Las partículas finas de contaminación (PM 2,5) están compuestas por un material particular respirable presente en la atmósfera de las ciudades.
Estas sustancias son uno de los principales factores de riesgo de mortalidad y morbilidad prematuras en todo el mundo. Se estima que la contaminación del aire exterior (incluidas las partículas ambientales) causó 6,67 millones de muertes prematuras en 2019.
Una gran cantidad de evidencia ha respaldado los efectos adversos de la exposición ambiental a PM 2,5 a corto y largo plazo en la salud humana, incluso en concentraciones bajas.
Por ello, las últimas recomendaciones globales de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicadas en 2021 han ajustado el límite recomendado de exposición a PM 2,5 en exteriores de 10 μg/m 3 a 5 μg/m 3 para la exposición media anual y de 25 μg/m 3 a 15 μg/m 3 para una exposición media de 24 horas.
Ahora, por primera vez, un equipo de científicos liderado por Yuming Guo, de la Universidad Monash de Melbourne (Australia), ha elaborado un mapa de la evolución de las PM2,5 en las últimas dos décadas.
El estudio descubrió que solo el 0,18 % de la superficie terrestre y el 0,001 % de la población mundial están expuestos a niveles de PM 2,5: el principal factor de riesgo para la salud ambiental en el mundo por debajo de los niveles de seguridad recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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“En este estudio -explicó Guo-, utilizamos un enfoque innovador de aprendizaje automático para integrar múltiples datos meteorológicos y geológicos a fin de estimar las concentraciones diarias de PM 2,5 a nivel de la superficie global con una alta resolución espacial de aproximadamente 10km × 10km para las celdas de la cuadrícula global en 2000-2019, centrándonos en áreas por encima de 15 μg/m³, que la OMS considera el límite seguro (aunque el umbral aún es discutible)”.
Según Guo, “las concentraciones inseguras de PM 2,5 también muestran diferentes patrones estacionales, incluido el noreste de China y el norte de la India durante los meses de invierno (diciembre, enero y febrero), mientras que las áreas del este del norte de América tenían niveles elevados de PM 2,5 en los meses de verano (junio, julio y agosto)”.
Al mismo tiempo señaló: “También registramos una contaminación del aire relativamente alta de PM 2,5 en agosto y septiembre en América del Sur y de junio a septiembre en el África subsahariana”.
El especialista concluye que el estudio es trascendente porque “brinda una comprensión profunda del estado actual de la contaminación del aire exterior y sus impactos en la salud humana. Con esta información, los formuladores de políticas, los funcionarios de salud pública y los investigadores pueden evaluar mejor los efectos de la contaminación del aire en la salud a corto y largo plazo y desarrollar estrategias de mitigación de la contaminación del aire”.