Qué tres escenarios analiza el gobierno de Milei para descarbonizar la economía
Un documento de la Secretaría de Energía contempla tres contextos, el base, el optimista y el ambicioso para el 2050.
El protagonismo de las energías renovables en la transición hacia una matriz energética limpia y neutra en emisiones es innegable tanto a nivel global como en Argentina.
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En los últimos años, se ha registrado un crecimiento significativo en la potencia instalada de energía renovable a nivel local, pasando de 497 MW en 2012 a aproximadamente 5.747 MW en 2023, representando alrededor del 13 % de la matriz energética nacional.
De hecho, el programa RenovAr incentivó la inversión y el desarrollo del sector al implementar rondas de licitaciones competitivas para proyectos de energía renovable a gran escala y, a su vez, al establecer un marco regulatorio sólido. Con el avance de las licitaciones, los precios de la energía renovable disminuyeron significativamente, haciendo que estas fuentes sean cada vez más competitivas.
Además, sentó las bases para el Mercado a Término de Energía Renovable (MATER) en Argentina, donde los generadores de energía renovable suscriben contratos de compraventa (PPA – Power Purchase Agreements) con grandes usuarios industriales.
Se trata de acuerdos que ofrecen estabilidad y predictibilidad, con precios más competitivos que el promedio de generación eléctrica del sistema y que pueden acompañar el crecimiento de la demanda de energía eléctrica que el año pasado alcanzó los 140.975 GWh17, registrando un aumento del 1,5 % con respecto al 2022.
Protagonismo renovable
Este incremento estuvo impulsado por el aumento del consumo residencial en un 3,4 % y el consumo de comerciales en 1,1 %, parcialmente compensado por los grandes usuarios industriales que disminuyeron un 1,1 %.
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En cuanto a la capacidad instalada, el 2023 cerró con 43.774 MW, mostrando un crecimiento del 2% en comparación con el año anterior, lo cual se debió, principalmente, a la expansión de la capacidad renovable (685 MW), seguida por un incremento en la capacidad instalada térmica (198 MW).
Como resultado, la participación de las energías renovables, en la cobertura de la demanda local, aumentó del 13,9 % en 2022 al 14,3 % en 2023.
Sin embargo y a pesar de ese crecimiento interanual, el país aún está lejos de alcanzar el objetivo establecido por la Ley Nacional n.° 27.191, que busca que, para 2025, al menos el 20% de la matriz energética nacional provenga de fuentes renovables.
De manera paralela a este escenario, el despacho de energía en el SADI observó un aumento interanual del 1,8 %, impulsado por una mayor generación hidráulica, renovable y nuclear.
De todos modos, esta generación adicional no fue suficiente para cubrir la demanda, lo que llevó a una importación de energía de 6.241 GWh, un 0.9 % menos que en 2022.
Ranking de renovables en Argentina
Dentro del panorama de las energías renovables en 2023, la generación hidráulica (menor a 50 MW) experimentó el mayor crecimiento, con un aumento del 11,6 %, impulsado por un mayor recurso hídrico, mientras la capacidad instalada se mantuvo estable, según datos oficiales de la Secretaría de Energía de la Nación.
Por otro lado, la generación de renovables estuvo dominada, principalmente, por la energía eólica, seguida de cerca por la solar, con la hidráulica ocupando el tercer lugar en términos de participación.
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A partir de la suma de estos datos y teniendo en cuenta los objetivos del Acuerdo de París que Argentina firmó en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con el objetivo de alcanzar las emisiones cero para el 2050, el Gobierno analiza varios escenarios para alcanzar esa meta.
Los datos fueron volcados en un documento de 109 páginas en las que se desarrollan las metas específicas a lograr hasta el 2030, entre los que se destacan: no exceder la emisión neta de 349 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) para toda la economía; reducir por eficiencia energética y uso responsable de la energía al menos un 8% de la demanda energética y superar el 50% de fuentes renovables en la generación eléctrica.
También se propone alcanzar una penetración de autos eléctricos del 2% del parque de vehículos; alcanzar los 1.000 megavatios (MW) de generación distribuida renovable y aumentar la red de transmisión eléctrica de alta tensión en 5.000 kilómetros de nuevas líneas.
En cuanto a las metas cualitativas, señala crear las condiciones propicias para el desarrollo local de la cadena de valor de tecnologías de energía limpia, incluyendo nuevas tecnologías no convencionales y emergentes; crear nuevos puestos de trabajo locales y sostenibles relacionados con el sector; reducir la pobreza energética según se establezcan las necesidades que conlleva este concepto y facilitar una transición energética justa.
Cómo llegar al 2050
En el caso de los lineamientos de cara al 2050 se plantean tres escenarios: uno de base, con una tasa de crecimiento de la demanda moderada y una baja electrificación de nuevos usos, con un impuesto a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de US$ 25 por tonelada de CO2 a partir de 2040.
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El escenario optimista, mantiene el mismo nivel de impuesto y sumará nuevas acciones y tecnologías relacionadas con la descarbonización del sector energético.
Por último, el escenario ambicioso agrega una incorporación acelerada de tecnologías de descarbonización y una mayor electrificación de nuevos usos, elevando el impuesto a las emisiones a US$ 56 por tonelada de CO2.
Para los expertos energéticos, dichos supuestos permiten dimensionar la importancia de la descarbonización en la economía y en la contribución a los esfuerzos de Argentina para mitigar el cambio climático.
Escenario base en Argentina
El primer escenario (Escenario Base E1), toma en cuenta las políticas y acciones actuales previstas a nivel nacional y local en el sector energético, incluyendo los objetivos de penetración de energías renovables, eficiencia energética, mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero o GEI, entre otros.
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En este caso, la tasa de crecimiento de demanda es moderada y la electrificación de nuevos usos es baja. Se consideran además medidas de eficiencia energética que actualmente se encuentran en implementación, así como futuras medidas que garanticen una menor tasa de crecimiento de la demanda.
Para el caso de este primer escenario, en Energía analizan una tasa de impuesto a las emisiones de GEI que alcanza los 25 u$s/tCO2e a partir del 2040 en adelante.
Pero se advierte que dicho contexto no debe ser catalogado como escenario “Business as Usual” (BaU), ya que posee un mayor compromiso relativo a medidas de eficiencia energética y penetración de tecnologías ligadas a la transición energética.
Escenario optimista en Argentina
El segundo escenario (Escenario Optimista E2), suma, a las políticas existentes, nuevas acciones y tecnologías relacionadas con la descarbonización del sector energético a nivel nacional, regional y local.
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Cuenta con un crecimiento de la demanda eléctrica, debido a una mayor electrificación de nuevos usos como la movilidad eléctrica y uso de combustibles sintéticos; residencial: calefacción, agua caliente y cocinas; industrial: tratamientos térmicos, secado, destilación, compresión y cocción.
Al igual que el escenario base, el organismo que depende del ministro Luis Caputo establece un impuesto a las emisiones de GEI que llega a los 25 u$s/tCO2e a partir del 2040 en adelante.
Escenario ambicioso en Argentina
Finalmente se encuentra el tercer escenario (Escenario Ambicioso E3), que sería el más cercano al de alcanzar emisiones netas cero (Net Zero), que es similar al Optimista, pero que considera la incorporación acelerada de las tecnologías relacionadas con la descarbonización del sector eléctrico. Por tal motivo, se cuenta con una mayor electrificación de nuevos usos y a la vez contempla un mayor impuesto a las emisiones de GEI, de 56u$s/tCO2e desde el 2040 en adelante.
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El documento oficial ya circula entre las principales empresas generadoras de energías limpias, la mayoría de las cuales entiende que los tres escenarios comparten una evolución similar hasta 2030, comenzando a divergir a partir de ese año.
En una de las principales firmas del sector destacan que el escenario E3 alcanza la mayor participación de energías renovables en 2050 con un 87%, seguido de E2 (84 %) y E1 (80 %).
Se asegura además que la eólica será la tecnología con mayor capacidad nueva instalada en los tres escenarios, superando ampliamente a la solar fotovoltaica.
En el caso del escenario E3, se asegura que la mayor demanda eléctrica y participación renovable requerirá una capacidad adicional de 69.936 MW para 2050, más 76.633 MW extras para la electrificación del gas natural y la producción de hidrógeno.
Los expertos entienden que, aunque los escenarios muestran una tendencia hacia la descarbonización, ninguno logra emisiones netas cero de GEI en 2050, enfocándose exclusivamente en el sector energético.
Esto porque consideran que la planificación hasta 2050 se basa en generación hidroeléctrica y nuclear centralizada, mientras que las energías solar y eólica añaden capacidad según el recurso disponible, la capacidad de transporte y los objetivos tecnológicos, con la generación térmica como remanente dependiendo de las necesidades de reserva.