Por qué hay incendios forestales en la Argentina: origen, responsables y posibles soluciones
En este mismo momento, hay focos activos en Santa Fe, Córdoba y más provincias. Te contamos cuál es la raíz de esta problemática ambiental.
Argentina es uno de los países con más diversidad y fisonomía de paisajes en su territorio: montañas, yungas, desierto, bosques, humedales y la lista podría continuar. Sin embargo, en las últimas décadas, con el desarrollo cada vez más abrupto del capitalismo, que promueve actividades como la mega minería a cielo abierto y empresas que expulsan dióxido de carbono a niveles exponenciales, la naturaleza ha comenzado a sufrir sus consecuencias. Y una de las más notorias y que más preocupan a nuestra región es la de los incendios forestales.
Pero, ¿qué son, cuáles son sus causas y cómo afectan al ecosistema? A continuación, detallaremos el significado y la raíz de uno de los desastres naturales más frecuentes y que en este momento se encuentra azotando a las provincias de Jujuy, Córdoba, Corrientes, Santa Fe y Salta.
¿Qué son los incendios forestales y cuáles son sus efectos?
Es la propagación del fuego de manera incontrolable en zonas de montañas, selvas, llanuras o pastizales. Su efecto en la flora y la fauna de ese lugar es inmediato, afectando además a zonas urbanizadas relativamente cercanas a ese espacio. Es decir que el efecto se puede sentir tanto en la naturaleza como en la propia población. Los incendios forestales no solo provocan la destrucción casi total de un espacio natural, la liberación de dióxido de carbono también trae aparejado un incremento negativo del efecto invernadero.
Aquí, es preciso hacer una aclaración: el fenómeno del efecto invernadero es necesario para que se pueda desarrollar la vida en la Tierra, pues contribuye a equilibrar la temperatura del planeta. Pero, como se decía anteriormente, la industrialización en conjunto con la tala de árboles y este tipo de incendios muchas veces intencionales, hacen que los gases dañinos (además del dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, entre otros) queden en la atmósfera aumentando la temperatura de manera desequilibrada y perjudicial para la vida terrestre.
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El primer efecto de los gases del efecto invernadero en forma desproporcionada y contaminante es el cambio climático. En Argentina, por ejemplo, ya se han podido observar consecuencias como el retroceso de glaciares y el aumento o la disminución de lluvias de manera preocupante. Según informa argentina.gob.ar, en nuestro país, el 53% de esos gases emitidos provienen del sector energético y el 37% de la agricultura, ganadería y silvicultura. Ahora bien, en el caso de los incendios forestales ¿cómo se originan?
Causas de los incendios forestales
Existen dos causas principales que provocan los incendios forestales:
- De forma natural: un incendio forestal se puede producir de manera natural a raíz de tormentas eléctricas sin o con poca caída de agua. También por una erupción volcánica.
- Causa humana: de acuerdo a lo que sostiene la página argentina.gob.ar más del 90% de los incendios de nuestro país se produce por la presencia de personas que provocan el incendio de manera intencional o por negligencia. Esto último normalmente ocurre en parques nacionales en donde se permite la actividad turística. Hay que recordar que la Ley de Parques Nacionales 22.351 avala la visita a este tipo de lugares así como también actividades deportivas y comerciales en Reservas Naturales. “Con arreglo a las reglamentaciones y con la autorización que para cada caso otorgue la autoridad de aplicación, podrán realizarse actividades deportivas, comerciales e industriales, como también explotaciones agropecuarias y de canteras, quedando prohibida cualquier otra explotación minera”, dice el artículo 10 de la Ley.
Entonces, vale decir que el cuidado y la protección por parte de los visitantes a estos lugares es esencial porque, de lo contrario, se contribuiría a un desastre natural que incluso con el tiempo podría acabar con toda actividad turística.
La importancia de la Ley de Humedales como prevención de los incendios forestales y del cambio climático
En este sentido, resulta importante hablar de la propuesta que realiza el proyecto de Ley de Humedales del gobierno actual. Un humedal es un tipo de ecosistema cuyo suelo está permanentemente inundado o la mayoría de veces, y se lo considera de transición entre el ecosistema terrestre y acuático. Posee una biodiversidad muy rica y, de hecho, es una de las características que lo hace tan importante para nuestra naturaleza. Pero no solo eso, también funciona como un paliativo a los efectos del cambio climático. No obstante, los humedales de este planeta se enfrentan a un dato preocupante: en 300 años se han perdido más del 87% debido a la sobreexplotación, el mal tratamiento de los residuos, el uso de agrotóxicos, solo por nombrar algunas de las causas.
En la Argentina, uno de los humedales más conocidos es de los Esteros del Iberá, ubicado en la provincia de Corrientes, pero en el país hay unos 23 sitios más, lo que implica que el 20% del territorio nacional está formado por este tipo de ecosistema.
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Entonces, la conservación de los humedales es primordial, en principio, por su naturaleza única, y, a su vez, porque contrarresta los efectos de la emisión de dióxido de carbono y funciona como motor necesario de la actividad turística.
Asimismo, según sostiene la organización Ley de Humedales Ya!, los humedales son vitales para nuestro planeta porque son “grandes filtros depuradores y reservorios de agua dulce”, pero además porque son un valor preciado para diferentes culturas y tradiciones. Tampoco hay que olvidar que es el hábitat de cientos de especies, que a raíz de estos desastres ven vulnerados sus lugares para vivir y alimentarse, algo que lógicamente con el tiempo pone en riesgo su propio desarrollo.
Durante la pandemia de 2020, tuvieron lugar una serie de incendios forestales en 22 provincias argentinas que provocaron la quema de 900.000 hectáreas aproximadamente. Como consecuencia de esta pérdida irreparable del ecosistema y debido a la gran movilización ciudadana, el Poder Ejecutivo impulsó una propuesta para proteger los humedales de este tipo de desastres. Vale mencionar que ya se habían enviado al Congreso otras iniciativas desde el 2013, pero ninguna de ellas surtió efecto positivo.
En este nuevo proyecto, los objetivos generales se alistan en “Promover el desarrollo de mecanismos o procedimientos específicos para proteger y preservar la biodiversidad de los humedales; Implementar las medidas necesarias para desalentar las actividades inadecuadas y las malas prácticas que afecten significativamente la integridad ecológica de los humedales; Identificar y promover el conocimiento y valoración de los humedales del territorio nacional, entre otros”, según detalla el artículo 4 del proyecto de ley.
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¿Qué pasa con el último proyecto de Ley de Humedales?
El nuevo proyecto de Ley de Humedades se presentó en 2020 luego de los incendios forestales y obtuvo dictamen de mayoría en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente de la Cámara de Diputados, pero hacia finales de ese mismo año los legisladores no lograron convertirla en ley. En este 2022, hace tan solo unas semanas y con la aparición de nuevos focos de incendios en Córdoba, San Luis, Jujuy y Entre Ríos, se realizaron otras movilizaciones para pedir que el proyecto se convierta de una vez por todas en Ley. Con algunas modificaciones, la ley necesita el dictamen de las Comisiones de Ambiente, Presupuesto y Agricultura.
La buena noticia, en esta ocasión, es que el diputado del Frente de Todos, Leonardo Grosso convocó para este martes 27 de septiembre una reunión para debatir el alcance y reflexionar sobre los puntos claves de la ley con profesionales especialistas en cuestiones ambientales.
Las provincias más afectadas por los últimos incendios forestales
Entre las provincias más afectadas por los incendios forestales se encuentran Córdoba, Corrientes, La Pampa, Entre Ríos y Santa Fe, con una preocupante situación en el Delta del Paraná, que incluso llega a afectar la vida diaria de los habitantes de la ciudad de Rosario, debido a la emisión de humo que provocan dichos incendios. Sobre lo que está ocurriendo en Delta del Paraná, la exdiputada de la UCR Córdoba, Brenda Austin, habló en exclusiva con Economía Sustentable y expresó su preocupación por la situación actual. Además, responsabilizó al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, por lo sucedido.
“Es una tragedia ambiental que, además, agrava la afectación al derecho de la salud de los habitantes cada vez más. Por ende, esto es un claro ejemplo que cuando se dañan los ecosistemas se produce no solamente los deterioros en la naturaleza sino también para las comunidades que viven cerca”, sostiene.
Asimismo, recordó que, en este contexto, Cabandié solicitó recortar el presupuesto del fuego. “Es el gran responsable de lo que está pasando en Delta del Paraná. En cualquier situación, se le hubiera pedido la renuncia”, apunta.
Responsables de los incendios forestales
Está claro que el origen de los incendios forestales puede darse de manera natural, pero en la mayoría, el humano tiene una incidencia fundamental. El concepto de la deforestación, en este último caso, cobra una importancia inusitada. Es que este proceso tiene el objetivo de utilizar el suelo en otras actividades, que en su mayoría son económicas, tales como la agricultura, la ganadería y el desarrollo negocios inmobiliarios.
Un claro ejemplo del impacto ambiental de este último puede ser Nordelta y dicho de manera errónea la “invasión” de los carpinchos. La usurpación o la invasión, en todo caso, se dio al revés, puesto que hace más de dos décadas cuando Nordelta no existía en los planes de ninguna constructora, era nada más y nada menos que un humedal con una flora y fauna riquísima que iba desde lirios acuáticos, árboles de arce, cipreses y entre las especies: reptiles, aves, anfibios y roedores como los carpinchos.
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Estos animales, solo por nombrar el caso más popular y de gran alcance, fueron casi desterrados de su hábitat natural y eso alteró por completo su vida y alimentación en diferentes aspectos. Entonces, ¿qué hacer para frenar los incendios forestales y otros fenómenos que atentan contra el bienestar del medioambiente y de la sociedad misma?
Control y prevención
La única manera de frenar esta avanzada de desastres ambientales es legislar. A través de disposiciones parlamentarias y proyectos se debe poner un alto al negocio inmobiliario en zonas biodiversas ricas y en ecosistemas donde la urbanización contribuye en perjudicar la naturaleza autóctona y a extinguir con el tiempo a sus especies. Las autoridades gubernamentales deben tomar especial conciencia de las consecuencias de este tipo de construcciones y emporios empresariales, que solo benefician a unos pocos de las clases más altas de nuestro país y que vulnera la calidad de vida de otros millones de habitantes que apenas pueden llegar a fin de mes.
Las imágenes del humo en Rosario hablan por sí solas, de hecho, un reciente estudio confirma que la contaminación “es extremadamente alta”. En este sentido, la figura del ministro Juan Cabandié pasó a estar en el centro de las críticas por no accionar a tiempo.
Por eso, la presencia de equipos especializados en estas temáticas en el gobierno es vital porque son los que podrán crear planes y políticas que permitan la difusión de medidas preventivas. Sin dudas, esta es otra de las claves para frenar los incendios forestales. Es preciso que la sociedad en su conjunto comprenda que debe ser responsable con la manipulación del fuego en lugares naturales en donde está permitido.
Las fogatas no deben hacerse cerca de pastizales ni bosques. Es imprescindible, además, controlar la dirección del viento y siempre se debe contar con agua o tierra para evitar que el fuego, en todo caso, se propague. Tampoco hay que encender fuego cerca de ramas o de pasto y se recomienda delimitar la zona en la que se va a utilizar. Esto tiene que hacerse como un compromiso civil obligatorio, pues es nuestro hábitat y el de diversas especies el que está en peligro.
En conclusión, el control gubernamental y la prevención deben articularse en simultáneo, es lo que nos ayudará a cuidar nuestro ambiente como se merece y así no seguir perdiendo la biodiversidad que nos brinda el planeta en el que habitamos.