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Entrevista

Álvarez, de Trivento: “La elección del consumidor sigue siendo necesaria para que la sustentabilidad avance”

La subgerente de Sustentabilidad de la bodega explicó cuáles son los pilares de la estrategia para ser la “marca argentina de vino N°1 del mundo, en valor”. Por qué es clave la eficiencia para que el negocio sea sostenible.

Para la bodega Trivento la eficiencia es central para que el negocio sea realmente sustentable. Con inversiones en viñedos y tecnologías verdes “de vanguardia” el holding Viña Concha y Toro adelantó 10 años su meta de cero emisiones, ahora al 2040, y estableció cuatro ejes centrales en su estrategia.

Así, Trivento fue distinguida por cuarto año consecutivo, como la “marca argentina de vino N°1 del mundo, en valor”, según el reporte 2023 de IWSR Drinks Market Analysis. “La elección del consumidor sigue siendo necesaria para que la sustentabilidad avance”, afirmó María Mercedes Álvarez, subgerente de Sustentabilidad de la empresa mendocina.

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¿Qué hace que una marca sea la N°1 del mundo presente en más de 60 mercados y por qué la elección del consumidor es clave? En diálogo con Economía Sustentable, Álvarez explicó cómo lo lograron y adelantó que están trabajando en conjunto con otras bodegas para impulsar un tema “sensible” para la industria: reducir el peso de la botella.

Por cuarto año consecutivo, Trivento distinguida como el vino argentino más vendido en el mundo.

-Durante la presentación del Trivento Reserve White Malbec estaban por sacar el Reporte de Sustentabilidad, ¿lo lograron? ¿Cuáles son los principales ejes?
-Sí, finalmente lo sacamos, abarca el período 2021-2022 y ya está disponible en la web. Fue mi primer reporte. Nosotros tenemos cuatro focos. En el pilar Social, nuestro foco es la Educación. En el pilar Ambiental, el cuidado de suelo y agua; el otro pilar es Cambio Climático, y después todo un pilar de Integridad, que para nosotros es la base.

En lo que es inversión social, trabajamos mucho en el bienestar de nuestros colaboradores pero entendiendo también, y por el contexto en el que estamos, que la educación es una herramienta transformadora. Todavía hay gente que no puede llegar a la educación de calidad. Entonces tenemos que acompañar cada vez más para que eso sea posible. Tenemos el aula de terminalidad escolar que también la abrimos a la comunidad. Seguimos con las becas para los colaboradores y para sus hijos, el objetivo es aumentarlas un 20% anual, siempre que las ventas del acompañen.

En lo que es cuidados de agua y suelo, seguimos trabajando con el tema de riego de precisión, estamos invirtiendo en recursos tecnológicos y humanos, probando distintas tecnologías y seguimos utilizando nuestras centrales meteorológicas. De hecho, ahora estamos trabajando para poder compartir los datos de nuestras centrales con la comunidad. Fue una inversión importante y consideramos que es una picardía no poder compartirlo con el resto de los agricultores para que ellos, en mayor o menor medida y con la recursos que tengan, puedan tomar esta información para planificar.

-¿Tienen un equipo trabajando específico en cada central?
-Las centrales están puestas en todos nuestros viñedos. Hemos contratado un servicio que va viendo estos datos y, dentro del equipo agrícola, hay una persona que se encarga de traducir también esos datos y los comunica a los jefes de los viñedos de los distintos sitios. Además, interpreta los datos de suelo y hace distintos análisis.

María Mercedes Álvarez, de Trivento: “La elección del consumidor sigue siendo necesaria para que la sustentabilidad avance”.

-¿Utilizaron Inteligencia Artificial en ese proceso?
-Por ahora, no. Sí, se está alimentando un montón de bases de datos que después van a ser como modelo más predictivos, pero por ahora es bastante ‘manual’, pero con tecnología. Tenemos un programa de nutrición de la vid, a cargo del equipo de investigación y desarrollo, que tiene un laboratorio donde analizan todo lo que va saliendo del viñedo. Estamos también con ensayos de diferentes posturas y volviendo al concepto de cubrir los suelos. Durante mucho tiempo se entendía que el viñedo era que estaba bien manejado era el que estaba pelado, y bueno, ahora estamos todos volviendo a entender que es importante que el suelo esté cubierto, que mejoran la biodiversidad, tenés menos erosión. Con el tema del consumo de agua, tenemos distintos ensayos para entender cuáles son las especies que mejor se adaptan, que menos agua consumen, entre otras cosas.

-Es decir que la parte de análisis de datos y de relevamiento de información es crucial también en el negocio.
-Totalmente. La eficiencia es lo que te hace ser más sustentable y se logra conociendo bien tu proceso. O sea, necesitás gente que conozca el proceso, que entienda los impactos y que pueda actuar en consecuencia y hay que darles herramientas para que lo haga. La investigación para la sustentabilidad es fundamental. En esto, por ejemplo del riego de precisión, por un lado, ahorramos mucha agua, por el otro, vamos más preciso a qué queremos nosotros obtener del viñedo, qué queremos nosotros para el vino a futuro, y también te ir entrenando a las plantas, porque vamos controlando el estrés hídrico. Si bien no tenemos no hemos sufrido demasiado esto de no tener agua, en algún momento puede suceder.

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-Entienden que el tema de la escasez, que se ve a nivel mundial, en algún momento va a repercutir en la empresa
-Claro, esto nos permite ir entrenando a nuestras plantas de la escasez, ir teniendo más conocimiento de hasta dónde sí y hasta dónde no. Hoy día un productor que tiene riego superficial y que nunca tal vez estuvo viendo si podía hacer el estrés hídrico o no, de repente no tiene agua y no tiene de dónde sacar. Este sistema de riego por goteo nos da seguridad, en cuanto al negocio e ir como viendo hasta dónde las plantas se pueden adaptar y hasta dónde no.

La eficiencia es lo que te hace ser más sustentable, afirman desde Trivento.

-¿Y hay una reutilización del agua en eso también?
-El agua que va al riego que es el 97% del agua que consumimos y por eso es donde ponemos tantos recursos. En teoría si vos aplicás la cantidad de agua que necesita la planta, no tenés excesos. Por otro lado, tenemos sí toda el agua que usamos en el proceso productivo, que es el 3% que queda, y tenemos objetivos claros de reducción. Hablando de agua productiva, en el 2018 estábamos consumiendo alrededor de 8% de agua en las bodegas por cada botella que producíamos. Hoy estamos alrededor de 3,5 y nuestro objetivo al 2030 es estar en 1,5. ¿Cómo hacemos para ir bajándolo? Hay una cuota de todo esto que tiene que ver con muchísima concientización hacia los colaboradores. Después, tenés cambios en los procesos, para eso hay que también entender dónde están tus principales consumos. Después, en lo que es cambio climático, nosotros tenemos un gran objetivo a nivel holding, que es ser carbono neutral para el 2040, que era para el 2050, y en noviembre del año pasado, la adelantamos 10 años. La principal fuente de emisión que nosotros tenemos está en el Alcance 3, puntualmente las botellas, en reducir el peso de las botellas y lo venimos haciendo.

-Es un tema medio “delicado” para el sector el tema del peso de la botella, ¿no?
-Sí, pero el consumidor te lo tiene que validar porque si de repente bajás todo el peso de la botella y no te lo compras nada y también deja de ser sustentable. Ahí lo que se está haciendo bastante bien es que estamos trabajando en conjunto, no es una sola bodega la que sale a bajar el peso. Hay una asociación que se llama Sustainable Wine Round Table (de la cual Concha y Toro es miembro fundacional) , donde también hay bodegas, distribuidores y proveedores. Entonces, todos los que somos parte de esa organización nos hemos comprometido para 2026 a que el promedio del peso de la botella sea 420 gr., en vez de 480 gr. La elección del consumidor sigue siendo necesaria para que la sustentabilidad avance claro, entonces ahí hay que poner énfasis en cómo concientizamos, cómo comunicamos, y bueno, si lo hacemos todos juntos es más fácil. Hay países como los nórdicos o en Canadá, que hoy ya no podés entrar con una botella pesada y el consumidor lo entendió. Hay estados en Estados Unidos que aún no les importa y siguen queriendo la botella pesada.

Trivento se comprometió para el 2026 a que el promedio del peso de la botella sea de 420 gramos.

También en este tema tenemos que trabajar en la logística, porque la logística argentina comparada con la de otros países o continentes es de mayor emisión. No tenemos trenes, no tenemos una matriz energética que nos ayude. Después tenemos, a nivel energético, desde el 2019 tenemos paneles solares que abastece el 10% de lo que consumimos acá en Maipú. El resto lo neutralizamos. Nuestra idea de todas maneras es ir sumando paneles solares para generación propia. Estamos en eso, no puedo decir nada más…

-Mencionaste justo el Alcance 3 que como un desafío, que apunta a la cadena de valor, ¿es un desafío también para ustedes como lo es para otras empresas?
-Gran parte de la uva es de viñedos propios donde podemos controlar más de manera directa. El 50% es de productores, con los que venimos trabajando hace mucho tiempo y hacemos un seguimiento con ellos. Tratamos de que vayan sumándose. Acá no hablamos solo de lo ambiental sino también de lo social. Es complejo y un desafío muy grande, no te voy a decir que lo hemos resuelto, ni mucho menos, pero sí sabemos que tenemos que trabajar más de manera más mancomunada.

Desde el 2019 Trivento tiene paneles solares que abastecen el 10% de lo que consumen en Maipú.

-Hablamos del tema del agua, ¿hay algún otro desafío ambiental en Mendoza?
-Bueno, el cuidado del suelo siempre es un desafío.

-¿Están trabajando en agricultura regenerativa en este sentido?
-Estamos sí reduciendo los fitosanitarios que aplicamos, viendo no solo esto de aplicarlos en el momento preciso, solo cuando se necesita, sino que también en tener bien calibradas las máquinas, bien capacitada la gente. Si volvemos al eje de cambio climático, hoy en día, estamos reciclando, compostando o reutilizando el 97% de nuestros residuos. También, con las centrales meteorológicas, estamos viendo esto de condiciones preponderantes de ciertas pestes para solo curar cuando las condiciones están y no por calendario.

Nosotros no somos orgánicos. Tenemos un viñedo orgánico que nos sirve para tener buenas prácticas y para ver y para extrapolar después, pero la mayoría de nuestros viñedos son convencionales, sí bajo este concepto: aplico solo cuando necesito hacerlo, estar al día con los nuevos productos, y en ese sentido la industria la tecnología viene ayudando mucho. Por ejemplo, la aplicación con drones te hace ser muchísimo más eficiente porque podés tener exactamente mapeado y estar seguro en esto de la calibración. Por suerte van surgiendo herramientas.

-¿Hay alguna posibilidad de que en algún momento una parte del negocio vire para lo orgánico?
-Por ahora, no. Porque el consumidor tampoco hoy nos lo está pidiendo y porque nosotros consideramos que tiene ciertos riesgos que nos hacen no estar tan convencidos de que sea la vía sustentable. Sí creemos que tenemos que reducir la cantidad de fitosanitarios que usamos, pero por ahora no vemos que realmente sea la salida. Hay un tema, que hay que explicar. La certificación de regenerativo te implica ser orgánico. Después el concepto de regeneración es más amplio entonces si usamos el concepto de regeneración podemos hablar nosotros de que estamos yendo a un manejo regenerativo independientemente de que no vayamos a ser orgánicos, pero para lograr una certificación sí o sí tenés que ser orgánico.

-¿Qué significó haber sido reconocida como “marca argentina de vino N°1 del mundo por cuarto año consecutivo”?
-Fue algo muy positivo en un contexto además donde la industria vitivinícola argentina y mundial está en jaque. Las nuevas generaciones eligen otras bebidas, entonces bueno, siempre es muy bien recibido. También implica una responsabilidad porque hay mucha gente que conoce el vino argentino a través nuestro entonces es también reforzar qué conceptos de calidad y demás, tenemos que seguir manteniendo el tiempo para poder ser transparentes y éticos con este consumidor y nuestra misión, es el ser el vino argentino más valorado en el mundo. No sólo queremos que nos elijan solo porque consideran que tenemos una relación precio y calidad es buena, sino que también lo hagan por todo lo que viene detrás.

-El tema del impacto de la baja de consumo a nivel local, ¿los afectó?
-Hay dos situaciones que se dan. Por un lado, la baja de consumo también mundial porque las nuevas generaciones eligen otros productos, y por otro, la crisis del país. Estamos por debajo de lo que deberíamos estar. Trivento nació con un espíritu exportador y hará unos cinco años empezó a ponerle más foco al mercado local. En los últimos tres años realmente no fue muy bien, tuvimos crecimiento por encima de los esperados del mercado local. El año pasado fue un muy buen año para el mercado local terminamos en un 80% (exportación) y 20% (venta local) y este año, sí, lamentablemente lo hemos sentido.

-Otro tema “sensible” de la industria es el reciclado de las botellas. ¿Están trabajando en algún tipo de acción al respecto?
-Es un tema super sensible, sí. Somos parte de Bodegas Argentinas que es la cámara empresaria que nuclea a varias bodegas nacionales y dentro de esa cámara tenemos una comisión de sustentabilidad, donde buscamos soluciones comunes a problemas comunes, y allí ciertas bodegas que somos las que tenemos más desarrollo, somos tres las que el año pasado decidimos financiar un proyecto que es la evaluación ambiental del recupero de botellas. Primero tenemos que ver si ambientalmente realmente da, para luego salir a presentarlo al resto de los actores.

-Para este año y el que viene, ¿cuáles serían los principales objetivos a cumplir?
-En agua tenemos dos objetivos grandes, el que es productivo, de reducción de agua y en lo que es huella de carbono, estamos trabajando con una consultora para poder enviar el SBTi , con todo nuestro cálculo de huella para validar las rutas digamos. Acabamos de recertificar como Empresa B y a partir de eso también lo que se hace es en función de cómo nos fue, volvemos a trazar como un plan de acción. En cuanto residuos, queremos ser cero residuo vertederos al 2030, enfocándonos sobre todo en el liner de la etiqueta. Y también estamos con un convenio con el CONICET, con una investigación que están llevando a cabo de con el orujo para ver si tienen propiedades anticancerígenas. Estamos financiando parte de esa investigación y además estamos brindándoles el material, con distintas características para ver si es distinto el de la uva tinta que el de la blanca, o la que cosechás en el Valle de Uco o en Maipú.

Fecha de publicación: 05/08, 7:01 pm