Estos jóvenes argentinos crearon un mate sustentable con el polvo de la yerba, ¿cómo lo hicieron?

En plena pandemia, mientras tomaba mate, Joaquín de Tomaso se preguntó qué desperdicios se podrían usar para poder fomentar el desarrollo de la economía circular a partir de una de las bebidas más elegidas por la mayoría de los argentinos.

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En un país donde el volumen de yerba mate elaborada para el mercado interno alcanzó un total de 238.785.130 kilos entre enero y octubre del corriente año, según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) había claramente una oportunidad.

Y Joaquín, tras experimentar en el diseño de unas cafeteras de filtro en base a los desperdicios del café, tomó ese aprendizaje y cultivó una nueva idea: crear mates sustentables a partir del polvo de la yerba.

“En principio se me había ocurrido usar la yerba que queda del mate cuando lo tomamos, el tema es que eso está húmedo y tenés que gastar mucha energía en secarlo”, explica Joaquín en diálogo con Economía Sustentable desde la ciudad de Mar del Plata, Buenos Aires.

Entonces, como diseñador industrial, hizo “ingeniería inversa”. “Se me ocurrió preguntar en las fábricas de yerba si tenían algún desperdicio y es ahí donde me enteré que está el excedente de polvo de yerba. Por las reglamentaciones alimentarias no pueden tener más de un 35% de polvo por kilo de yerba”, agrega el joven de 28 años.

Con ese material, luego de recurrir a varios productores yerbateros para que le vendieran el polvo, Joaquín junto a su actual socio Tomás Zaragoza pusieron en marcha hace 5 meses Changüi, un mate argentino y artesanal que se produce con materiales circulares, reutilizables y compostables.

“Lo que buscamos al comprar el polvo es darle una plusvalía en lo que sería un excedente más y de esa manera ya comenzar el proyecto desde el minuto uno generando valor desde el desperdicio, que es lo más interesante en esto de la circularidad”, destaca Joaquín que se encarga de la parte de desarrollo y Tomás de la producción.

“También mi hermana y su novio son parte de la startup. Ellos tienen una agencia de producción audiovisual en Buenos Aires y nos hacen las fotos, videos y así entre los cuatro vamos haciendo el proyecto”.

El mate sustentable, con producción artesanal

Desde la startup cuentan que la producción de los mates sustentables es 100% artesanal. Comenzaron en un departamento donde vivía la abuela de Joaquín, con maquinarias de escala muy chica y hoy Changüi ya vende tanto a nivel nacional como al exterior.

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“Por ahora tenemos un solo producto a la venta, el mate con el polvo de yerba y con respecto al packaging, no queríamos una caja que la gente la tirara, entonces lo que hicimos fue comprar unos tubos que tranquilamente pueden tener un segundo uso, como yerbatero, por ejemplo”, explican desde la startup.

En tanto, aclaran que algunas partes de la producción las tercerizan, como las maderas. “Lo que siempre apuntamos es que tanto en nuestro trabajo como el que tercerizamos, logre una cadena de valor con trabajo justo”, detalla Joaquín.

Y agrega: “No buscamos que la gente nos compre de forma compulsiva, el fin del proyecto es que sean productos conscientes, que si vos vas a hacer una compra realmente lo hagas porque apoyás el proyecto, la cadena de valor que tiene el producto por detrás y el producto en sí. Queremos fomentar lo nacional y generar una cadena de valor en este sentido”.

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En cuanto a qué esperan en los próximos meses, el socio fundador de Changüi dice que la startup “por ahora está tomando vuelo”.

“De a poco nos empiezan a contactar para hacer compras al por mayor que eso está buenísimo la verdad, y a lo que estamos apuntando ahora más que nada es a tratar de ganar premios, certificaciones. Ya ganamos en la Feria Puro Diseño y en el Fondo Nacional de las Artes».

Y concluye: “Estas cosas siempre sirven de incentivo, tanto moral como económico, para poder seguir con el proyecto, que por ahora lo hacemos en paralelo a nuestros trabajos”.