Japón prueba un novedoso método para generar electricidad ilimitada
El objetivo es transformar el flujo de las corrientes de Kuroshio en electricidad -prácticamente- ilimitada. La primera prueba duró 3 años y finalizó con éxito.
Japón es un país dependiente de la importación de combustibles fósiles para generar una buena parte de la energía que utiliza a diario. Ante este panorama, y luego del desastre nuclear en Fukushima de 2011, se muestra reacio a la energía nuclear. Por este motivo avanza sobre novedosos métodos para aprovechar sus recursos naturales.
Instalar turbinas eólicas o campos de paneles solares está descartado, pues el montañoso archipiélago no ofrece suficiente espacio para ello. Al estar alejado de los países vecinos, también hay menos oportunidades de equilibrar las fluctuaciones de las energías renovables mediante el comercio energético.
De lo que sí dispone Japón es de extensas hectáreas de agua costera. Por ejemplo, al este, el océano se arremolina bajo el poder del giro del Pacífico Norte y allí se canaliza en un flujo relativamente fuerte llamado corriente de Kuroshio.
Precisamente las corrientes de Kuroshio son las que un equipo de ingenieros quiere aprovechar para generar electricidad prácticamente ilimitada.
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Kairyu, que se traduce como “corriente oceánica”, es un prototipo de turbina de 330 toneladas. Su estructura consiste en un fuselaje de 20 metros de largo flanqueado por un par de cilindros de tamaño similar, cada uno de los cuales alberga un sistema de generación de energía unido a una pala de turbina de 11 metros de largo.
Cuando está atado al fondo del océano por una línea de anclaje y cables de alimentación, el dispositivo puede orientarse para encontrar la posición más eficiente para generar energía a partir del empuje de una corriente de aguas profundas y canalizarla hacia una red.
Quien está detrás del proyecto es IHI Corporation, quien se asoció en 2017 con la Organización para el Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnologías Industriales (NEDO) para poner a prueba sus diseños. Este año acabó con éxito un período de prueba del prototipo de la turbina, que duró tres, y logró generar 100 kilovatios de potencia estable.
IHI calcula que si se pudiera aprovechar la energía presente en la corriente, se podrían generar unos 205 gigavatios de energía, lo que equivale a la actual generación de energética del país. Sin embargo, una de las dificultades es el valor que esto tiene.
Otro importante obstáculo es el lugar en el que mejor funciona, es decir, donde más rápido fluyen las aguas y es cerca de la superficie, que es justo donde los tifones pueden destruir fácilmente las centrales eléctricas.
Más allá de estos contratiempos, IHI propone poder comercializar este novedosos invento a partir de 2030. Además, la compañía informó que realizó un estudio del impacto medioambiental de la turbina para ver cómo afecta a la fauna marina y a la pesca.