Invertirán u$s150 millones: cómo es el plan de Metrovías para desarrollar subtes “sustentables”
El consorcio de Benito Roggio buscará modernizar el servicio y encarar un proceso que permita transformarlo en un medio de transporte sustentable.
A partir del nuevo contrato de concesión por otros 12 años, Metrovías encarará un plan de obras para convertir al subte porteño y al Premetro en un sistema de transporte público amigable con el ambiente, reduciendo el consumo de energía y la contaminación ambiental; utilizando sensores de temperatura para activar/desactivar la ventilación e instalando paneles solares para garantizar el uso de energía sustentable.
Despejado el camino para operar el subte durante otros 12 años, el consorcio Benito Roggio destinará entre u$s120 millones y u$s150 millones para modernizar el servicio y encarar un proceso que permita transformarlo en un medio de transporte sustentable.
Lo hará en medio de algunas acusaciones sobre contaminación por asbesto de algunos de sus empleados de los talleres a los que les diagnosticaron placas pleurales, es decir, un engrosamiento de la pleural producido por la exposición al material contaminante, cuya presencia en los subtes porteños vienen denunciando hace casi dos años los metrodelegados.
De hecho, el año pasado la compañía llevó a cabo un plan de eliminación de amianto en la Línea B, y un plan de Vigilancia de la Salud para mejorar todo su sistema que permita reemplazar todas las partes comprometidos por el asbesto en las formaciones Mitsubishi.
Este martes 29 de diciembre, el holding de la familia Roggio logró que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le extendiera hasta el 2032 la concesión de todas las líneas de subterráneos que recorren la Capital Federal.
De esta forma, Metrovías, la empresa subsidiaria del grupo cordobés que ya viene operando el sistema, firmó un nuevo contrato con la empresa estatal Sbase (Subterráneos de Buenos Aires), para continuar con la operación y mantenimiento de la Red de Subte porteña.
El acuerdo obliga a la compañía a encarar un importante plan de inversiones destinado a mejorar la infraestructura del sistema y a la incorporación de nuevas tecnologías de vanguardia orientadas a brindar un mejor servicio a los usuarios de la red.
El plan empresario había sido presentado por Metrovías en el 2018, cuando la Argentina y el mundo todavía no habían comenzado a sufrir las consecuencias de la pandemia del Covid-19 y los efectos económicos colaterales que el combate contra este virus generaron.
Teniendo en cuenta que el escenario actual es diferente, que el servicio no se encuentra totalmente normalizado y que actualmente transporta menos del 20% de los pasajeros por día hábil que antes de la cuarentena, es más que probable que las cifras de inversión sean modificadas.
La estrategia
De todos modos, el plan mantendrá los principales aspectos vinculados a convertir al subte porteño y al Premetro en un sistema de transporte público amigable con el ambiente, respetuoso de las políticas de sustentabilidad, con un fuerte incremento de la disponibilidad de trenes y con la optimización del funcionamiento de las instalaciones.
Entre los aspectos principales se destacan la aplicación de mecanismos tecnológicos que permitirán reducir el consumo de energía y la contaminación ambiental; la activación de un sistema de sensores de temperatura para activar/desactivar la ventilación y la instalación de paneles solares para garantizar el uso de energía sustentable.
Metrovías sumará este proceso a las medidas que ya viene tomando para reducir el impacto que su actividad tiene en el medio ambiente a partir del uso racional del agua, eficiencia energética, consumo responsable del papel y separación de residuos.
Por caso, lleva realizado el tratamiento de tres millones de líquidos con hidrocarburos evitando la contaminación de 114.000 millones de litros de agua (equivalentes a 30.000 piletas olímpicas).
También recolectó 150 toneladas de pilas y baterías evitando la contaminación de 438.000 litros de agua (equiparable al consumo de 7.500.000 personas en toda su vida). Y otras 400 toneladas de sólidos contaminados con hidrocarburos (igual a dos formaciones completas del subte).
En el caso de las mejoras planteadas para esta nueva etapa del subte, la empresa deberá avanzar en dos grandes proyectos. Por un lado, la inversión en infraestructura, con intervenciones en todos los talleres de la red, para mejorar y agilizar el mantenimiento de la flota, que derivará en un incremento de las formaciones disponibles para la operación.
Por otro y de la mano de la digitalización, se planteará una revolución estratégica y operativa para pasar de un mantenimiento 2.0 a uno 4.0.
Esto significa empezar a utilizar un esquema de mantenimiento predictivo, que implicará una reorganización de toda la estructura.
Desde Metrovías aseguran que, de este modo, se podrán adelantar al desgaste natural de escaleras, ascensores, trenes, vías e instalaciones, y a efectuar el mantenimiento a un menor costo y tiempo.
“El objetivo es mejorar de forma continua la seguridad y disponibilidad de la flota, asegurar la confiabilidad del servicio, aumentar la eficiencia, reducir costos, mejorar la experiencia de los usuarios y cuidar el medio ambiente”, detallan voceros de la compañía ante las consultas de EconoSus.
Habrá además un nuevo sistema de información que permitirá brindar a los usuarios detalles del servicio en tiempo real ante alteraciones del cronograma, mediante la digitalización de la operación a nivel tráfico y la automatización de algunos de los mensajes que debe dirigir el conductor o guarda al público.
Metrovías desarrollará una app que además de contener información básica como los horarios del próximo tren, estado de los medios de elevación y frecuencias, incorporará otras funcionalidades como libro de quejas online, información general de la red y atención en línea, entre otras.
Paradas “inteligentes”
Como parte de estos avances tecnológicos orientados a mejorar la sustentabilidad del servicio, se encuentra la incorporación de “Estaciones Inteligentes” que no sólo cambiarán la experiencia de viaje sino que también supondrán un menor consumo de energía y menos contaminación.
Según el plan, se actualizarán las pantallas LED de acceso a las estaciones inteligentes, que permitirán el monitoreo remoto y el envío de mensajes ilimitados desde el área de Información al Usuario.
Se sumarán Tótems digitales interactivos (TDI) con información de la red, del estado del servicio y conectividad con colectivos, la incorporación del sistema “Cómo llego” y encuestas de satisfacción.
Se buscará también modernizar las máquinas de recarga de tarjeta SUBE y validadores unificados; se reemplazarán los molinetes actuales por puertas de vidrio doble hoja en estaciones con gran flujo de usuarios para reducir la evasión.
Se incorporará señalética inteligente sobre líneas de molinetes con indicación del estado de servicio; señalética estática en andenes y señalética bilingüe; se mejorará la señalética en estaciones de combinación, además de una guía para personas con movilidad reducida.
A todo esto se espera sumar nuevas pantallas de Próximo tren con información de los siguientes dos arribos; botones de ayuda en accesos y andenes; sistema luminiscente en el piso de andenes y vestíbulos para una circulación más fluida y segura y tablets para el personal de contacto.
Otra novedad serán los equipos POS (Point of Sale) en boleterías que, según los voceros de Metrovías, permitirán mayor rapidez y seguridad en las operaciones, entrega de ticket, retrocarga, mensajería desde y hacia el supervisor, y botón antipánico.
Si la empresa no cumple con este programa, el contrato establece que no recibirá el pago del canon correspondiente que, a partir de ahora se aplicará en base al indicador coche/kilómetro comercial (CKC), esto es, el servicio efectivamente prestado.
En Sbase explicaron a este medio que el nuevo cálculo para la erogación mensual significa un estímulo para Metrovías que deberá contar con la flota necesaria para cumplir el programa operativo y aumentar la eficiencia de los talleres para agilizar y optimizar las tareas de mantenimiento del material rodante.
Además, el operador pasará a hacerse cargo de los gastos resultantes de las revisiones generales del material rodante, y se prevé un incentivo por incremento de la demanda de pasajeros producto de su gestión.
Metrovías logró adjudicarse nuevamente la explotación del subte porteño en el marco de un proceso que la Ciudad comenzó en el 2018 y a partir del cual se recibieron tres ofertas.
Sin embargo, y como consecuencia de la crisis económica que atravesó el país en la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri, el consorcio formado por RATP (subsidiaria del Metro de París) junto con Alstom, y Keolis; y la sociedad entre Transport for London y la Corporación América de Eduardo Eurnekian anunciaron su retiro como oferentes.
De esta manera, la empresa que siguió en juego fue el grupo local Benito Roggio Transporte, asociado con Metrovías al cual se le había otorgado una extensión de la concesión por un año que finaliza este 31 de diciembre.