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Alerta

Hallaron un continente escondido debajo de la Antártida y no es una buena señal

Un paisaje pluvial se mantiene latente bajo el gélido manto de la Antártida. Sin calor, la vida funciona en secreto.

Bajo el continente helado late un mundo inesperado: cordilleras sumergidas, lagos milenarios, ríos que desafían la lógica de la gravedad y microorganismos que prosperan sin luz ni calor solar. Este territorio secreto, resguardado bajo kilómetros de hielo, no es solo un descubrimiento fascinante, sino también una señal de alarma.

Hallaron un continente escondido debajo de la Antártida y no es una buena señal

Durante dos décadas, un equipo de la Universidad de Waterloo (Canadá) investigó el subsuelo antártico con radares de penetración y mediciones de gravedad. Gracias a esas herramientas, los científicos lograron dibujar un mapa inédito que reveló cadenas montañosas, cañones ocultos y, sobre todo, una vasta red de ríos invisibles que se deslizan bajo glaciares como Totten, Thwaites y Pine Island.

El calor interno de la Tierra y la fricción del hielo mantienen en movimiento diminutos flujos de agua que, acumulados durante siglos, forman espejos líquidos bajo la superficie congelada. Estas corrientes no siempre obedecen a la pendiente: la presión del hielo puede empujar el agua cuesta arriba, como si la naturaleza hubiera diseñado un sistema invertido. Pero lejos de ser un simple fenómeno geológico, esos ríos lubrican la base de los glaciares, acelerando su deslizamiento hacia el mar y multiplicando el riesgo de deshielo.

Un paisaje pluvial se mantiene latente bajo el gélido manto de la Antártida

La combinación de mapas subglaciales y cálculos de espesor permitió comprobar que los glaciares más veloces de la Antártida tienen grandes reservas de agua en su base. Esa lubricación explica la rapidez con la que se desplazan y la amenaza que representan cuando alcanzan el océano, impulsando un derretimiento cada vez más rápido.

Una advertencia del futuro

Los modelos estiman que hacia 2100 el caudal de estos ríos podría multiplicarse por cinco, lo que implicaría una presión directa sobre el nivel del mar y la estabilidad de los glaciares costeros, que funcionan como barreras naturales.

Lo que en apariencia es un hallazgo geológico asombroso, en realidad constituye una advertencia: el “mundo oculto” bajo la Antártida revela pistas claras de un futuro climático incierto y de un proceso de transformación ambiental que definirá el rumbo del siglo XXI.

Fecha de publicación: 17/09, 7:03 am