Etiquetado energético de viviendas: los resultados de la prueba piloto en la Argentina
Lo llevó a cabo la Secretaría de Energía de la Nación. Deudas en cuestiones de consumo de energía y construcciones sustentables, los principales desafíos.
Se dieron a conocer los resultados de la prueba piloto de etiquetado energético de viviendas realizadas por la Secretaría de Energía de la Nación en diferentes regiones y provincias del país.
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El objetivo de la iniciativa es “analizar el desempeño y el nivel de eficiencia energética de las viviendas, determinando valores promedio y los factores que influyen en dicho desempeño y así poder trabajar en la homogeneización del Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) en cada región del país”, detallaron en un comunicado de prensa.
Los resultados se dieron a conocer en el marco del Primer Congreso Argentino de Etiquetado Energético de Viviendas realizado el pasado mes de octubre, organizado por AGBC (Argentina Green Building Council), ANDIMA (Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes) y el INCOSE (Instituto de la Construcción en Seco).
Qué es el Índice de Prestaciones Energéticas
Desde la Secretaría explicaron que el IPE es un valor característico de la vivienda que “representa el requerimiento de energía primaria que tendría la normal utilización de la misma, durante un año y por metro cuadrado de superficie, para satisfacer las necesidades de calefacción en invierno, refrigeración en verano, producción de agua caliente sanitaria e iluminación”.
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Para llevar adelante esta prueba piloto implicó:
- Capacitar a 76 formadores para dar cursos de etiquetado energético de viviendas
- Realizar 16 cursos de certificadores
- Contar con 825 profesionales formados
- Etiquetar a 1357 viviendas, distribuidas entre las provincias de Salta, Tucumán, Mendoza, Santa Fe, las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Bariloche y las zonas de Alto Valle y la costa argentina
Los resultados de la prueba piloto
En cuanto a los resultados, la prueba piloto arrojó los valores de IPE de cada región, analizados en función a tres factores:
- 1) Consumo de calefacción y consumo de refrigeración, determinado en gran medida por la aislación térmica eficiente en techos y muros
- 2) Agua caliente sanitaria, de acuerdo al nivel de eficiencia de los equipos instalados
- 3) La iluminación, dependiendo si es natural o artificial. Igualmente hay otro factor que se tuvo en cuenta que fue el clima de cada región, que también tiene impacto sobre el consumo de energía, ya que no todas las zonas pertenecen a la misma región bioclimática
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“Los valores de IPE obtenidos de las viviendas analizadas en la prueba piloto, dejan de manifiesto que el parque edilicio no llega a los niveles requeridos de eficiencia energética y, además, consumen más energía de aquella que corresponde”, señalaron.
AA su vez, remarcaron que “este bajo nivel de eficiencia energética” en las viviendas se debe principalmente “a la falta o poca aislación térmica eficiente en muros y techos y por instalaciones y artefactos poco eficientes energéticamente”.
“Esto deja a las claras que aún existen deudas en cuestiones de consumo de energía y construcciones sustentables y que por delante como país se tiene un gran desafío y un camino a recorrer en lo que a eficiencia energética se refiere”, sentenciaron.
Para qué sirve la Etiqueta de Eficiencia Energética de Viviendas
Según la Secretaria, la Etiqueta de Eficiencia Energética de Viviendas es una “herramienta clave para establecer los estándares de edificación necesarios para determinar el nivel de eficiencia energética de una propiedad”.
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“La etiqueta es un documento en el cual figura la Clase de Eficiencia Energética, (escala de letras, desde la “A” hasta la “G”) asociada a un rango de valores del Índice de Prestaciones Energéticas (IPE). En un hogar de familia tipo el consumo de energía eléctrica promedio es de 150 a 300 Kw/h mensuales y el consumo promedio de gas es de 762 m3″, precisaron.
Sin embargo, estos números pueden variar de acuerdo a diferentes factores como:
- Características de la aislación térmica eficiente en muros y techos que permite abrigar las viviendas, impidiendo que entre el calor en verano y frío en invierno
- Estaciones del año: los picos más altos de consumo eléctrico en una casa se dan tanto en verano como en invierno por el uso de aire acondicionado.
- Metros cuadrados de la casa: hay mayor gasto de energía eléctrica en un hogar de grandes dimensiones.
- Cantidad y tipos de artefactos eléctricos y su eficiencia
- Número de habitantes en la vivienda.
- Cantidad de horas en casa; por ejemplo, a raíz de la pandemia, se trabajó más tiempo desde la casa e, inevitablemente, esto generó mayor consumo eléctrico y gas en el hogar.
Por eso, la Etiqueta de Eficiencia Energética de una vivienda cumple funciones clave como permitir cuantificar el IPE, ser una herramienta clave de decisión tanto para operaciones inmobiliarias, la evaluación de nuevos proyectos o realizar intervenciones en viviendas existentes, genera un valor agregado para la propiedad a la vez que promueve inversión, desarrollo y trabajo verde local.
“Desde el aspecto de políticas públicas, es importante que los gobiernos tengan en cuenta la importancia y los beneficios para la sociedad de las etiquetas de eficiencia energética, sobre todo cuando se construyen viviendas sociales. Estas deberían garantizar las mejores soluciones constructivas, orientadas a mejorar los estándares de sustentabilidad, optimizando las prestaciones del IPE por medio de estrategias”, concluyeron.