Encontraron huellas dactilares humanas que revelaron una práctica oscura milenaria
Un descubrimiento arqueológico en Siria desvela una práctica sorprendente de la antigua civilización de Ebla, que actualmente está prohibida.
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv y el Museo Nacional de Copenhague realizó un descubrimiento que ilumina un aspecto poco conocido de la vida en la antigua Siria. El análisis de 450 vasijas de cerámica halladas en Tel Hama reveló que dos tercios de estas piezas fueron elaboradas por niños.
Este hallazgo ofrece una perspectiva única sobre la vida cotidiana en uno de los reinos más antiguos del mundo, que floreció entre el 2400 y el 2000 a.C. Los investigadores identificaron que las ciudades vinculadas al reino de Ebla comenzaron a depender del trabajo infantil para la producción industrial de cerámica.
Las huellas dactilares conservadas en la cerámica permitieron a los científicos estimar la edad de quienes las crearon. Akiva Sanders, el líder de la investigación, comentó: «El tamaño de la palma se puede inferir al medir la densidad de los bordes de la huella dactilar, lo que a su vez permite estimar la edad y el sexo de la persona».
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Los hallazgos mostraron que en Tel Hama, un antiguo centro de producción de cerámica, se encontraban alfareros de aproximadamente 12 y 13 años, con la mitad de los artesanos menores de 18 años, distribuidos de manera equitativa entre niños y niñas. Sin embargo, esta proporción cambió con la formación del Reino de Ebla.
Con la instauración del reino, la demanda de copas para banquetes aumentó considerablemente. La celebración frecuente de fiestas con alcohol generó la necesidad de producir más copas debido a las roturas, lo que llevó al reino a depender cada vez más del trabajo infantil.
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Sanders señaló: «Los niños eran capacitados para hacer las copas lo más similares posible entre sí. Este fenómeno también se observa durante la revolución industrial en Europa y América: es más sencillo controlar a los niños y enseñarles movimientos específicos para lograr una estandarización en las artesanías».
A pesar de este aspecto negativo, los investigadores también encontraron un rayo de esperanza en la vida de estos niños. Descubrieron evidencia de creaciones independientes fuera del contexto industrial: pequeñas figurillas y vasijas en miniatura que los niños aprendían a hacer entre ellos, sin la intervención de adultos.