El “nuevo” plan de YPF para descarbonizar sus operaciones
Teniendo en cuenta que el 51% de la huella de carbono a nivel nacional proviene del sector energético, la petrolera estatal prioriza la descarbonización del negocio de los hidrocarburos. Cómo lo hará.
Durante el año pasado, YPF registró un salto de producción interanual de 47,1% en crudo y de 33,2% en gas. En tanto, entre el primer trimestre de 2021 y diciembre de 2022, su producción en gas no convencional creció 100%, lo que representó un importante crecimiento para la petrolera estatal.
De hecho, sus resultados financieros alcanzaron niveles históricos en 2022 el con un EBITDA ajustado de casi u$s5.000 millones y una relación EBITDA-deuda de 1,2 veces, generando una ganancia que superó los u$s2.200 millones.
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La petrolera también evidenció un aumento en 155 puntos de su en la Bolsa de Valores de Nueva York que le brinda una señal importante de recuperación de la confianza de los inversores, lo cual le permite seguir adelante con nuevo financiamiento en su hoja de ruta energética.
En ese marco, YPF, cuyo capital accionario se reparte en un 51% para el Estado a través del Ministerio de Economía y el otro 49% flotal en las bolsas de Buenos Aires (BCBA) y Nueva York (NYSE), sigue liderando el sector energético en la Argentina.
Sus ejecutivos suelen decir que la compañía continúa asumiendo el desafío de impulsar la transición energética en el país y la región, en un modelo de compañía más diverso, con foco en la integridad y la ética profesional, teniendo en cuenta que sus actividades abarcan toda la cadena de valor del petróleo y gas en el país, incluyendo la exploración, producción, refinación, transporte y venta de sus derivados como combustibles, insumos petroquímicos, lubricantes y productos para el agro, entre otros.
Además de ser líder en recursos de petróleo y gas no convencionales en Latinoamérica, cuenta con un negocio creciente en generación de electricidad, incluido el desarrollo de energías renovables, a través de YPF LUZ.
Estrategia renovada
Con este contexto de orden comercial y de negocios, YPF viene renovando su hoja de ruta para la transición energética con objetivos a corto y mediano plazo relacionados tanto con la descarbonización del negocio del petróleo y el gas como con el fomento de las energías renovables y otras soluciones energéticas.
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También plantea una nueva estrategia energética en línea con el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) para lograr la carboneutralidad al 2050, así como su rol de impulsor de la economía argentina y regional.
Estas metas se desglosan en objetivos intermedios anuales que forman parte del plan de negocios 2023-2027, monitoreados periódicamente, que se suman a las evaluaciones de desempeño de los empleados, incluidas las vicepresidencias ejecutivas y el CEO, e impactan en el bono variable de compensación.
En un documento enviado por YPF a la Comisión Nacional de Valores (CNV) para informar sobre su reporte de sustentabilidad se destaca su compromiso en invertir en la descarbonización de la energía actual, así como en el sistema energético futuro.
Para lograrlo, desarrolló un conjunto de aspiraciones a corto y mediano plazo como adaptación y gestión de riesgos de cambio climático; instalaciones vulnerables con plan de adaptación en ejecución; evaluación de proyectos de abatimiento con precio del carbono de u$s50 /tCO2 y subiendo a u$s70 en 2026.
En el caso de sus operaciones, las metas son Oil & Gas bajas en carbono; reducción del 30% de intensidad de emisiones GEI vs. 2017; un 50% de energía eléctrica comprada de fuentes renovables; disminución del 50% en la quema rutinaria versus el 2027.
Además, proyecta una reducción de emisiones de metano: 10% para el 2027 respecto del 2021; 30% de reducción de emisiones de metano a 2030 (línea de base 2021); cero flaring rutinario a 2030.
La compañía también tiene como objetivos encarar soluciones bajas en carbono y compensación; participación en el mercado del hidrógeno y del litio; utilización y almacenamiento de Carbono (CCUS); el 70% de sus combustibles más bajos en azufre en 2025 y la inclusión de un porcentaje de biocombustibles en productos sin regulación.
Energía eléctrica y renovables
En estos negocios las metas de la petrolera estatal es tener una capacidad instalada de energía eléctrica de 4.485 MW y de renovables de hasta 1.210 MW.
De hecho, el 2022 fue el quinto año consecutivo que logra disminuir de manera intensa las emisiones directas. Ese año la baja fue de 16%, según el informe y aclara que con este logro “superamos nuestro objetivo de reducir este indicador en un 30% a 2027, con base en 2017, logrando una reducción de 34%”.
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Además, el año pasado las emisiones directas de GEI bajaron 19% respecto de 2021 en Upstream, incluyendo una reducción en la quema en antorcha de hidrocarburo de un 12,5% (490.401 t).
Sin embargo, en el área de Downstream, hubo un aumento de 5% de sus emisiones directas por un mayor procesamiento de crudo en las refinerías.
En ese sentido, invirtió más de u$s90 millones en proyectos con impacto en la descarbonización en los distintos negocios de la compañía, con un incremento de 350% respecto del 2021.
Para este año el presupuesto es de más de u$s120 millones que serán distribuidos en alrededor de 100 iniciativas en las distintas áreas de operación, con un impacto anualizado en emisiones superior a las 450.000 tCO2 e/año.
Dentro de los principales proyectos a destacar se encuentran:
- 1) El Plan integral de mitigación de venteos en NOC: ante la identificación de un aumento de venteos en antorchas en la zona de La Amarga Chica (LACH) por falta de capacidad y la emisión en tanques en Loma La Lata (LLL), se construyeron nuevas redes de evacuación, se optimizaron sistemas para aprovechar capacidad remanente en otros activos y se instalaron etapas de estabilización del líquido antes de su almacenamiento en tanques. El proyecto utilizó una inversión aproximada de u$s17 millones. El principal impacto se obtuvo en una reducción de la quema en antorchas de más de 150.000 m3 estándar por día y una captura de 16.000 SCMD de emisiones crudas, implicando una reducción de emisiones de unas 260.000 tCO2 e/año.
- 2) En la misma línea, con impacto en la capacidad de procesamiento y despacho de gas, se continuaron con las obras para la nueva puesta en marcha de la planta TEX de LL con una inversión en 2022 de u$s36 millones.
- 3) En el Upstream Convencional, en las operaciones de Santa Cruz, se continúa con el proyecto de electrificación de pozos, proyecto plurianual que espera migrar más de 1.000 pozos que utilizan motores individuales a combustión a motores eléctricos de alta eficiencia con variadores de velocidad.
En 2022 implicó una inversión de u$s7,2 millones entre instalaciones de transporte eléctrico y conversión de pozos, migrando un total de 103 en 2022, llegando a los 470.
- 4) En las operaciones NOC, de petróleo liviano y continuo crecimiento, se realizaron acciones de adecuación de unidades de recuperación de vapor e instalación en equipos nuevos, con una inversión de u$s2,7 millones y un impacto superior a las 41.000 tCO2 e/año.
- 5) Hubo una reducción de emisiones de metano que fueron de 70.359 t (-44% vs. 2021), representando el 18% de las emisiones de CO2 de alcance 1 de YPF, con un 99% producido en actividades de Upstream a través de venteos o fugas.
- 6) Desde el 2020 la petrolera gestiona la evaluación, detección y medición de emisiones de metano y venteos con diferentes tipos de tecnologías, como imágenes satelitales y aéreas para fortalecer las actividades que se realizan en terreno con cámaras portátiles de detección.
Eficiencia energética
Con el fin de disminuir las emisiones vinculadas al consumo y compra de energía, el documento de YPF asegura que la empresa se enfoca “en la búsqueda de mayores niveles de eficiencia energética en todos los negocios y en la utilización progresiva de energías con una menor huella de carbono, incluyendo fuentes renovables a través de YPF LUZ”.
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En los resultados de 2022, se observa un aumento en el consumo energético neto, debido en parte al aumento de la producción y la actividad, lo cual se corresponde a un aumento marginal en la intensidad energética.
Además, se menciona que a diferencia de lo que pasó con el inventario de emisiones, en la migración a Sphera del inventario se mejoró la información y se aumentó el
valor reportado sobre la base 2021.
Respecto de las acciones de mejora de eficiencia, se observa que la mayor parte tienen un impacto en el uso de la energía. Adicionalmente, en Upstream, siguió adelante con el despliegue del sistema de gestión de la energía y en 2022 unificó su gestión con las acciones de impacto directo en la descarbonización, con el fin de alinear ambos frentes y optimizar el uso de los recursos, incluyendo el foco en la cero quema de rutina y la reducción específica de emisiones de metano.
En Upstream Convencional, se trabajó en células con equipos dedicados de las operaciones y en No Convencional se generó el puesto de líder de transición energética, con dependencia directa del vicepresidente.
En Downstream, con una inversión de u$s30 millones, la refinería del Complejo Industrial La Plata completó la puesta en marcha de la planta Catalítico A, que permite convertir corrientes de hidrocarburos de bajo valor, provenientes de otras unidades de la refinería, en productos de mayor utilidad, como naftas, materias primas industriales, gas licuado de petróleo y gasoil.
“Mapear” el riesgo
Para evaluar la exposición de sus operaciones e instalaciones a riesgos físicos, YPF desarrolla mapas de riesgo climático, con variables proyectadas en el corto, mediano y largo plazo disponibles para toda la compañía a través del llamado Sistema de Información Geográfica (GIS), plataforma basada en la web.
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“En paralelo, avanzamos en la implementación de Business Areas Climate Impact Assessment Tool (BACLIAT), herramienta que nos permite evaluar los impactos climáticos de las áreas de negocio a través de la observación de tendencias climáticas, detección de riesgos e identificación de acciones de mitigación para reducir la vulnerabilidad y fomentar la acción temprana”, destaca el informe.
Con respecto a la resiliencia de su modelo de negocio frente a la transición energética, la compañía analiza escenarios de cómo las regulaciones, tecnologías y sistema energético pueden cambiar a largo plazo, incluyendo los escenarios de la Agencia Internacional de Energía (AIE, por ejemplo, “IEA 450”).
Pilares estratégicos
“Somos conscientes del impacto de la industria en el cambio climático. Hemos establecido nuestra hoja de ruta con tres pilares fundamentales: la monetización de nuestros recursos de petróleo de baja huella de carbono; la monetización de nuestros recursos de gas, que conducirán a la eliminación de combustibles fósiles más emisores y contaminantes en la región, y el desarrollo de un nuevo escenario con energías renovables para la Argentina”, se lee en el documento de la compañía.
En ese sentido, el directorio de YPF estableció una serie de pilares que llama “estratégicos” como disciplina en la asignación de capital, centrándolo en el desarrollo de recursos de hidrocarburos no convencionales, en los que goza de ventajas competitivas que le permiten generar valor con sustentabilidad.
También sigue de cerca la eficiencia en costos y procesos en todos los segmentos de negocios, particularmente en el yacimiento de Vaca Muerta, con el fin de asegurar su resiliencia incluso en escenarios de precios bajos.
Busca además la racionalización de la cartera de activos convencionales, priorizando la rentabilidad con uso de tecnología e innovación para ganar eficiencia.
Lleva a cabo un plan de adaptación de las refinerías para incrementar la capacidad de procesamiento de shale y lograr que la calidad de los combustibles evolucione de acuerdo con las expectativas de los clientes.
Pretende una reducción de las emisiones de CO2 de alcance 1 y 2 y el desarrollo de energías renovables a través de YPF LUZ, como parte de su compromiso con la sustentabilidad.
En este sentido, la Gerencia de Departamento de Sustentabilidad y Transiciones Energéticas es responsable de formular, proponer y liderar la estrategia de sustentabilidad transversal de la compañía, que se materializa en planes de acción implementados con el apoyo de los diferentes sectores.
La Gerencia reporta a la Vicepresidencia de Sustentabilidad y Excelencia Operacional y ésta al CEO de la compañía, e informa sus avances en forma periódica, como mínimo cuatro veces al año o toda vez que sea necesario por iniciativa de sus miembros, al Comité de Riesgos y Sustentabilidad, integrado por seis miembros titulares del Directorio.
“Entre febrero y marzo de 2023, realizamos un proceso de consulta para actualizar nuestra priorización de los temas materiales definidos y evaluados en 2022 sobre la base del contexto y plan estratégico de YPF del que participaron miembros del Directorio y vicepresidentes, así como también representantes de seis grupos de interés externos asociados a nuestros principales centros operativos”, destalla el reporte.
En paralelo, la compañía está invirtiendo en el desarrollo de alternativas energéticas más sostenibles, con el fin de garantizar un modelo comercial competitivo y resistente en la transición energética a largo plazo.
De hecho, su portafolio energético centrado en petróleo y gas ha cambiado en forma significativa durante los últimos 25 años, al pasar de un 100% de extracción convencional a tener hoy un 40% de no convencional shale1.
En los próximos cinco años, cerca del 70% de su portafolio provendrá de yacimientos no convencionales, que tienen menor intensidad de emisiones de GEI. De la mano de YPF LUZ, que es la segunda compañía de generación de energía renovable en la Argentina y de energía basada en gas natural, tiene alta relevancia por la disminución de las emisiones respecto de los combustibles líquidos.
Monetización de recursos
“En YPF tenemos la oportunidad de producir barriles de petróleo con una huella de carbono mucho menor al promedio mundial, lo que se va a convertir en un factor distintivo en la industria de energía”, se señala en otra parte del reporte de la compañía estatal.
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De hecho, se explica que YPF se posicionó en 2022 en un punto de eficiencia relativa muy competitiva para la producción de hidrocarburos y se asegura que, “debido a que estimamos que la demanda de petróleo se va a mantener en la próxima década, nos enfocamos en acelerar la monetización de esos recursos en el período 2023-2035”.
También se detalla que Vaca Muerta emerge como la segunda reserva de shale del mundo y representa casi el 50% de ella. Por eso el paper agrega que “el petróleo no convencional que allí se produce ha demostrado ser muy competitivo en términos de toneladas de CO2 por barril, por lo que nos enfocamos en disminuir aún más su huella de carbono, esfuerzo que replicamos en el segmento convencional”.
YPF entiende que con el desarrollo de este yacimiento se podría cubrir el déficit energético de la Argentina, mejorando la calidad de vida de la población, agregando valor ambiental y social y generando recursos valiosos para destrabar el crecimiento económico en general, con un importante impacto positivo de efecto cascada en el sector energético.
Otra oportunidad para YPF está en Palermo Aike, en Santa Cruz, que tiene reservas de gas natural y de crudo por más de un tercio de lo estimado para Vaca Muerta, y donde YPF comienza la etapa de exploración.
En paralelo, se trabaja en la búsqueda de hidrocarburos offshore, a 300 kilómetros de la costa argentina, como alternativas que apoyadas en la experiencia de Vaca Muerta, aportarán producción de baja intensidad de carbono.
En el caso del gas, a mediano plazo, la empresa prioriza también su monetización que, si bien tiene una menor oportunidad de crecimiento significativo en el corto plazo, por estar restringido al mercado local y exportación a países vecinos, puede convertir a YPF en un jugador relevante en el mercado de gas natural licuado a nivel global.
“Vaca Muerta posee un cuantioso potencial en gas natural, que se considera una energía de transición, pues emite 50% menos de
dióxido de carbono durante la generación de energía comparado con el carbón y es un buen complemento por la intermitencia de la energía renovable. Debido a la eficiencia de capital y al costo de desarrollo de gas de shale en dicho yacimiento, hoy YPF se proyecta como un actor competitivo en esta área”, según el informe.
Hidrógeno verde, litio y energías limpias
Para la compañía se trata de los tres vectores de la transición energética en el largo plazo. El litio es el metal con mayor capacidad de almacenamiento de energía por unidad de peso. En este sentido, es un mineral estratégico para lograr una mayor penetración de energías renovables, y fundamentalmente para promover un desarrollo masivo de la electromovilidad.
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En las transiciones energéticas el litio juega un papel fundamental, y la Argentina, con el segundo reservorio más grande del mundo, tiene un papel clave.
“En 2022, firmamos una concesión en la provincia de Catamarca, en un área cercana a las 20.000 hectáreas, para explorar un proyecto de minería de litio, lo que refuerza nuestra ventaja competitiva en el ámbito de la geología y explotación de recursos naturales mejor vector de transporte. La Argentina tiene una oportunidad única, dada la capacidad que ofrece tanto en energía solar como eólica”, agrega el documento.
En cuanto al hidrógeno y debido a que necesita estar cerca del océano o de puertos de aguas profundas, la Patagonia y su capacidad de generar plantas de energía eólica poseen un gran potencial para el país y para YPF en particular.
Según el reporte, la empresa identificó que la proyección de los parques eólicos, si se concentran en un único punto de transmisión, puede llegar a unos 100 GW, que es dos veces y media la capacidad instalada de toda la energía eléctrica del país, lo que se traduce en 8,5 millones de toneladas al año de hidrógeno verde.
Para ello es clave avanzar en el desarrollo de una capacidad eficiente de instalación de plantas renovables y generar 100-150 megas por año.