El increíble material que usa Nike para fabricar sus nuevas zapatillas
El compromiso por un mundo con menos residuos y carbono se basa en “la creencia de que proteger el planeta significa proteger el futuro".
La multinacional estadounidense de moda deportiva Nike pondrá a la venta una zapatillas fabricadas a partir de “basura espacial” y desechos de fábrica que se enmarca en su iniciativa Move to Zero, que busca disminuir el impacto ambiental de la marca, según informa la empresa en un comunicado.
La firma Nike sacará al mercado el próximo 11 de junio las zapatillas deportivas Space Hippie, que han sido elaboradas en más de un 85 % por poliéster procedente de lo que han denominado como Space Waste Yarn, material reciclado originado a partir de botellas de plástico, camisetas y desechos de fábrica y de posconsumo de la propia marca.
“Las cuatro siluetas del modelo Space Hippie se insertan en el proyecto Move to Zero de la multinacional norteamericana, que promueve ‘la sosteniblidad’ por medio del reciclaje y la reutilización de materiales para crear diseños ‘con una baja huella de carbono’”, explicaron desde la empresa.
Nike añade que su compromiso por un mundo con menos residuos y carbono se basa en “la creencia de que proteger el planeta significa proteger el futuro del deporte contra el cambio climático” ya que recuerda que fenómenos extremos asociados a la crisis climáticas como las olas de calor o la subida de las temperaturas hace que “se limite el tiempo y el espacio para practicar ejercicio”.
Asimismo, John Hoke, director de diseño de la empresa, aseguró que este diseño busca ser un “barómetro del progreso” que permita presentar nuevas ideas para tratar la basura y convertirla en productos reales.
«Yo diría que Space Hippie ataca al concepto de la basura», dice Hoke. «Ha cambiado la forma en que miramos los materiales, ha cambiado la forma en que vemos la estética de nuestro producto. Ha cambiado la forma en que abordamos la creación del producto».
Por último, Seana Hannah, vicepresidenta de innovación sostenible, explicó: «Creemos que el futuro del producto será circular. Debemos pensar en todo el proceso: cómo lo diseñamos, cómo lo hacemos, cómo lo usamos, cómo lo reutilizamos y cómo eliminamos el desperdicio en cada paso. Estos son los fundamentos de una mentalidad circular que informa las mejores prácticas».
Inversión sostenible
También para Nike, que en 2019 destinó 81 millones de dólares a este tipo de acciones, equivalente al 1,9% de su facturación. Desde la igualdad de género a la lucha contra la desigualdad, pasando por la transformación de parte de sus procesos para que el Swoosh sea más sostenible.
En total, la multinacional estadounidense ha destinado 417 millones de dólares desde 2013 a proyectos que impacten en la ciudadanía. “Nuestro foco particular está en aumentar el número de entrenadoras, porque sabemos que son el catalizador para inspirar a más chicas a llevar una vida activa”, explica John Donahoe, consejero delegado de Nike, en su memoria de impacto.
Uno de los cambios más destacados se deriva de la transformación de toda su red de producción y distribución. Se trata de un proceso especialmente complejo para una multinacional que cerró 2019 con una facturación de 39.100 millones de dólares y emplea de forma directa a más de un millón de personas en 41 países. Estos cambios se están realizando sobre dos vértices: los materiales y la energía utilizada en sus centros.
“Nos marcamos como objetivo que para 2025 todas nuestras sedes utilizaran energía 100% renovable, algo que ya hemos conseguido en Norteamérica”, afirma Nike al sitio palco23.com, que contrató a la española Iberdrola parra este plan. A nivel global ese porcentaje se sitúa en el 75% de todo su consumo.
Calzado verde
Por otro lado, Nike sostiene que el 76% de su calzado deportivo incluye una parte de materiales reciclados en su fabricación. Eso sí, la mayoría no procede de materiales ya usados como tal, sino de productos que presentan taras y no pueden salir al mercado.
En lugar de incinerarlos o apilarlos en un vertedero, tal y como asegura Nike que sucedía años atrás, ahora se les da una segunda vida como prendas textiles. Lo mismo sucedió con más de 30 millones de zapatillas, que se reutilizaron para construir pistas de atletismo y parques infantiles, entre otros.
En total, Nike tiene firmados contratos con 525 fábricas, aunque no especifica las principales localizaciones, ni tampoco el volumen total de producción de zapatillas y otros artículos.
Según uno de los informes de la compañía, de algunos de sus modelos más populares, como Flyknit, que ya ha sido reemplazado por la gama React, se produjeron más de 23 millones de unidades aprovechando el reciclaje de plástico equivalente a 31 millones de botellas.
La compañía ahonda en este concepto del reciclaje, con 7.500 millones de botellas de plástico procedentes de vertederos y vías fluviales que se han transformado en poliéster para calzado y ropa desde 2010. En este periodo, también ahorraron 53.500 millones de litros de agua y dejaron de usarse 200.000 kilos de pesticidas al cambiar a algodón sostenible.
Lo que sí se indica es la huella de carbono que tiene producir cada sneaker, que emite 7,33 kilos de CO2 por unidad. Si bien es un registro ligeramente mejor que el del año anterior, es treinta décimas peor que hace tres años y ha regresado a niveles de 2015.
Según las últimas estimaciones, Nike vendió más de 800 millones de pares de calzado en todo el mundo el año pasado, lo que elevaría la huella de carbono de esta categoría de producto a casi seis toneladas. Es el impacto derivado de calzar a cuatro de cada diez personas en el mundo.