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Plan 2030

Con París como inspiración, una ciudad histórica de Europa busca recuperar su principal río para uso turístico

Cómo será este espacio construido para la convivencia y el encuentro comunitario, tras décadas de contaminación y abandono.

La ciudad de Roma presentó un ambicioso plan para transformar al Tíber en un río donde se pueda volver a nadar. El anuncio fue realizado por la alcaldía, el Ministerio de Medio Ambiente y la Región del Lacio durante la Expo 2025 de Osaka. El proyecto apunta a recuperar las condiciones ambientales del río y habilitar un tramo recreativo hacia 2030, tras décadas de contaminación y abandono.

Roma busca recuperar su principal río para uso turístico

La iniciativa busca devolver al Tíber su valor ecológico y social, convirtiéndolo en patrimonio natural y espacio de disfrute ciudadano. Para ello, se pondrá en marcha una estrategia ambiental y urbana que prioriza la limpieza del cauce, la mejora de la calidad del agua y la restauración del ecosistema.

A diferencia del Sena en París, cuya recuperación exigió una fuerte inversión debido a su alto nivel de polución, las autoridades italianas estiman que el saneamiento del Tíber será menos costoso, aunque aún enfrenta serios desafíos. El punto más crítico es la desembocadura del río Aniene, una de las principales fuentes de contaminación por aguas residuales sin tratar. Allí, la Policía Metropolitana realiza operativos para controlar vertidos ilegales y reducir la carga tóxica que llega al Tíber.

Cuáles son las causas del mal estado del río en Roma

Hoy, los tramos altos del río muestran niveles aceptables de calidad de agua, pero las zonas cercanas al Aniene exceden los parámetros que permitirían declarar el río apto para el baño. Las causas principales: descargas industriales y domésticas sin tratamiento, bacterias, químicos, plásticos y residuos sólidos que dañan la fauna y degradan el paisaje.

Al igual que hizo París con el río Sena, Roma buscará replicar el modelo en vísperas de lo que será 2030

El plan contempla reforzar las plantas de tratamiento, eliminar conexiones clandestinas de desagües y rehabilitar áreas ribereñas, junto con un monitoreo constante que garantice resultados sostenibles.

La experiencia parisina sirve de inspiración. Tras un siglo sin habilitación, el Sena logró recuperar su aptitud para el baño gracias a un plan integral de saneamiento y fuerte inversión pública. Roma pretende adaptar ese modelo a su realidad, con un cronograma que incluirá a la comunidad científica, actores sociales y organismos estatales.

Más allá de lo ambiental, el objetivo es simbólico: reconectar a la ciudadanía con su río histórico y ofrecer un modelo replicable para otras ciudades que enfrentan problemas similares. El Tíber limpio y accesible representaría no solo un logro ecológico, sino también un cambio cultural en la forma de relacionarse con el entorno natural.

Fecha de publicación: 18/09, 12:45 pm