Con cámaras en streaming: así estudian a la fauna marina en paisajes remotos de Chubut
Un grupo de científicos usa cámaras de alta resolución que transmiten en vivo desde las islas durante las 24 horas del día. Para qué sirve.
En el Parque Patagonia Azul, un equipo de científicos está revolucionando la investigación de la fauna marina a través de cámaras de alta resolución que transmiten en vivo.
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Este proyecto, desarrollado en colaboración con el Laboratorio de Ecología de Predadores Tope Marinos (LEPTOMAR) del IBIOMAR-CONICET, tiene como objetivo monitorear el comportamiento y desempeño reproductivo de especies sensibles en sus colonias de nidificación, como el Cormorán Imperial, el Petrel Gigante del Sur y el Pingüino de Magallanes.
Conservación a través de la tecnología
Las islas Tovita, Gran Robredo y Tova, enclaves clave para estas especies dentro del Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, son de difícil acceso y albergan fauna altamente vulnerable al disturbio humano. Las cámaras, operativas las 24 horas, permiten recolectar datos esenciales sin afectar el entorno, un logro destacado por Ignacio Gutiérrez, técnico de campo involucrado en el proyecto.
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“Con esta tecnología, podemos analizar aspectos críticos como el éxito reproductivo, las causas de mortalidad y los efectos de eventos climáticos extremos sin interferir en el hábitat,” explicó Gutiérrez.
La llegada de los pingüinos, un espectáculo natural en vivo
Una de las cámaras está estratégicamente ubicada para observar la playa de la isla Tova, donde los pingüinos de Magallanes regresan cada año tras sus migraciones. Los científicos documentan desde el momento en que los machos arriban hasta la llegada de las hembras, un proceso vital para evaluar la salud del ecosistema marino.
“La información obtenida sobre los picos de arribos es un indicador de las condiciones que enfrentaron en el océano antes de la temporada reproductiva,” agregó Gutiérrez.
Retos de lo remoto y el impacto educativo
El aislamiento de las islas representa un desafío logístico importante, desde el transporte hasta la instalación de equipos tecnológicos. Sin embargo, el esfuerzo rinde frutos no solo en términos de conservación, sino también en la posibilidad de acercar estos ecosistemas únicos al público general mediante transmisiones en vivo.
“Ver a un pingüino alimentando a sus pichones o a un petrel en su colonia desde la comodidad del hogar genera una conexión emocional y promueve la valoración de nuestra biodiversidad,” señaló Gutiérrez.
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Para los investigadores, trabajar en estos espacios prístinos implica una experiencia transformadora. “Estar en un lugar donde los animales no están condicionados por la presencia humana es una forma de reconectar con lo esencial,” concluyó Gutiérrez.