Cómo funciona Mayma Bio, el programa que busca fortalecer a productores en iniciativas sustentables
Con el apoyo de la Fundación Pepsico, ayudan a los pequeños productores en la transición hacia la agroecología y la economía regenerativa. Cómo lo hacen.
A diferencia del modelo convencional de producción de alimentos, concentrado y basado en el uso intensivo de agroquímicos, la agroecología y la agricultura regenerativa proponen una alternativa sustentable, que cuida el suelo, el ambiente y a las personas.
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El programa Transición Bio, lanzado por Mayma y Fundación Pepsico, brinda a pequeños productores capacitación y acompañamiento para la adopción de un modelo agropecuario sostenible, con impacto económico, social y ambiental positivo.
Kiwis artesanales
Esteban Bösenberg es ingeniero agrónomo, oriundo del Alto Valle de Río Negro. En 2012 se instaló junto a su familia en Ecoterra del Sud, un campo de 40 hectáreas cercano al balneario bonaerense de Miramar, para dedicarse al cultivo de kiwis. Tanto la polinización como la cosecha de estas frutas se hacen artesanalmente, y se requiere mano de obra calificada.
“Para polinizar artificialmente tenemos que llegar a toda la plantación cada dos días con máquinas aspiradoras que extraen el polen de las flores”, explica Bösenberg. Luego se hace un enfriado y tamizado, y se coloca el polen en las flores receptoras. La idea es incorporar abejas para que se encarguen de la polinización, mediante acuerdos con apicultores.
“No utilizamos fertilizantes ni productos químicos de síntesis. Buscamos insecticidas específicos porque los generales provocan desequilibrios ya que matan todos los bichos”, comenta el productor.
Actualmente trabajan 11 personas en el establecimiento. El bienestar de los trabajadores es una característica central en Ecoterra del Sud: “respeto por el horario de trabajo, capacitación constante y vivienda digna son los ejes”, destaca Bösenberg, cuyos empleados provienen en su mayoría de Santiago del Estero, y viajan a su provincia varias veces al año, regresando para el momento de polinización y cosecha.
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Participar del programa Transición Bio “nos ayudó a planificar la producción y alinear nuestra actividad con los ODS (Ojetivos de Desarrollo Sostenible)”, comenta el productor. El primero de ellos es erradicar la pobreza y el segundo poner fin al hambre, mejorar la alimentación y promover la agricultura sostenible.
En esta línea, una de las iniciativas del emprendedor es la donación de kiwis a comedores infantiles y hogares de ancianos, para que más personas puedan incorporar a su dieta esta deliciosa fruta con alto contenido de vitaminas.
Desde el año pasado, la firma conforma un consorcio de exportación junto a otros siete productores, que también funciona bajo modalidad de cooperativa (CoopeKiwi) para comercializar fruta en el mercado interno. “La idea es ganar volumen, comprar insumos en grupo y tener nuestros propios containers y cámaras de frío para conservar nuestros productos y así elegir cuándo vender, sin que nos impongan un precio”, comenta.
Producir y regenerar
La organización Mayma, fundada en 2007 por dos economistas con visión social y ambiental, Margarita Carlés y Juan Sicardi, quienes acompañan desde entonces a emprendedores que buscan solucionar problemáticas sociales y ambientales, con el fin de contribuir al desarrollo local.
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“En principio trabajábamos con emprendedores urbanos”, cuenta Carlés. “Pero hace unos años, por mi decisión de irme a vivir y teletrabajar en lugares remotos, como el parque El Impenetrable, en Chaco, y o un refugio de fauna cerca de El Chaltén, en Santa Cruz, empecé a ver la necesidad de llegar a los productores de alimentos. Así nació Mayma Transición Bio”, resume.
Hoy este programa impulsa a nuevos productores agroecológicos o a aquellos convencionales que desean hacer una transición hacia un modelo sustentable y regenerativo, llevándoles herramientas de gestión y la posibilidad de contactarse con mentores e inversores.
Bapan Argentina es un emprendimiento fundado en 2020 por José Amuchástegui y Guadalupe Lucero, que se dedica a la elaboración y comercialización de harinas orgánicas y agroecológicas. En el primer caso se trata de aquellas cultivadas y elaboradas en campos y establecimientos que cuentan con la certificación de “orgánico”, y en el segundo caso, se trata de productos cultivados y elaborados cuidando el suelo y sin usar agroquímicos ni aditivos, aunque no cuentan con la certificación.
La marca se presentó con una harina 000 de trigo orgánico, durante la feria Masticar en agosto de 2020. “Nuestro modelo de negocios promueve la regeneración de ecosistemas, en particular los pastizales en la pampa húmeda”, dice Amuchástegui.
Casi dese sus inicios, Bapan participó de iniciativas de Mayma como “acelera”, para emprendimientos de impacto ambiental y social, y actualmente forma parte de Transición Bio, en busca de un modelo regenerativo de producción de alimentos, que más allá de no dañar los suelos y el ambiente, busca restaurarlos.
Triple impacto
Treeeco (con tres “e”) es un emprendimiento tandilense que produce bioinsumos para el agro a partir de material orgánico. Fundada en 2019 por Juan Manuel Farinati junto a dos socios, la firma se enfocó en brindar una solución a los desechos de productores, sobre todo los ganaderos, cuyos animales generan gran cantidad de excreta que puede ser convertida en abono.
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“Queríamos hacer biodigestores, pero no teníamos recursos para eso”, cuenta Farinati. Entonces empezaron a elaborar compost con la técnica Bokashi (materia orgánica fermentada, en japonés), que permite lograr sustratos y abono a partir de bosta y otros desechos orgánicos en cuestión de semanas, en lugar de meses como las técnicas convencionales de compostaje”, comenta el emprendedor.
Y agrega: “Otra ventaja es que no genera olor e insectos, y fortalece los microorganismos beneficiosos para el suelo. “Nos contactamos con productores y con el municipio, para ofrecerles la gestión de sus residuos orgánicos”.
Hoy son cuatro los socios del emprendimiento (Farinati, que estudió Ciencias Económicas y se dedica a la parte comercial, Jazmin Feliu, licenciada en Ciencias Ambientales, Diego Crededdio y Rocío Rolando, gestores ambientales). Además, trabajan otras diez personas.
“Nos enteramos del programa de Transición Mayma Bio por conocidos, y no sólo nos sirvió la capacitación, sino los contactos y el intercambio con otros productores. Nos brindaron herramientas para el análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), e hicimos presentaciones ante inversores”, comenta Farinati.
“Vimos que lo agroecológico no es solo ambiental, sino también social, porque al reducir los desechos generamos nuevos empleos verdes”, señala.