Cómo funciona GEA Sustentable, la empresa B que gestiona residuos reciclables
Con más de 30 empleados y presencia en Buenos Aires y Rosario, la compañía familiar ofrece más que un servicio de recolección de desechos.
Florencia Benedicto y Ciro Panizo detectaron que había una oportunidad de negocio en la gestión de residuos, el reciclaje y las empresas que necesitan que alguien se hiciera cargo de los materiales.
Así, en 2015, crearon GEA Sustentable, una “empresa B” que brinda un servicio a los grandes generadores de residuos, como son las compañías, ONG, asociaciones civiles, para que puedan gestionar la mayoría de desechos reciclables.
Hoy GEA Sustentable tiene dos centros operativos, uno en Buenos Aires y otro en la ciudad de Rosario, Santa Fe, cuenta con más de 30 empleados y brinda un servicio de gestión de residuos reciclables a más de 120 empresas argentinas.
Desde capacitaciones presenciales y en línea, servicios de eficiencia energética, de medición de huella de carbono, biogás hasta compostaje, la empresa familiar busca algo más que brindar sólo un servicio: dar una solución a una problemática ambiental y social urgente, ante la cantidad de residuos generados y enviados a enterrar a un relleno sanitario.
“Lo primero que hacemos es brindar una capacitación a los empleados de la organización para que entiendan el por qué de la decisión de la empresa de separar los residuos, que entiendan el problema que los residuos generan en todo el mundo. Después, les explicamos cómo tiene que ser una correcta separación para que los materiales que recupera la empresa que nos contrata tenga un destino de reciclaje y además podés maximizar el valor económico de esos material”, explica Ciro Panizo, cofundador de la Empresa B.
Y ejemplifica: “No es lo mismo un papel con resto de tuco que uno que está limpio, o sea, va perdiendo valor comercial el material cuando se lo trata de manera incorrecta”.
Tras la capacitación, desde GEA Sustentable detallan que se encargan de retirar el material reciclable que generan las organizaciones, lo llevan a sus centros de clasificación y ahí, con personal propio, se separan todos los materiales reciclables de acuerdo a lo que pide la industria recicladora.
“Esos materiales, una vez separados, se enfardan generalmente y se venden a la industria recicladora. Empezamos con los materiales más simples que son papel, cartón, metal, plástico y vidrio, -los más comunes de recuperar-, y luego incorporamos otros materiales que se pueden reciclar pero que no tienen un destino tan comercial, como telas, maderas, que tratamos de darles un destino sustentable”, detalla Panizo.
Orgánicos, la apuesta
Con el paso de los años desde GEA Sustentable notaron que también debían darle solución a la corriente más grande de reciclables: los desechos orgánicos. Así, empezaron a ofrecer servicios de compostaje y de biodigestión corporativa.
“Son equipos biodigestores, donde en un tanque biodigestor se generan naturalmente un grupo de bacterias que descomponen la materia orgánica y la transforman en gas metano. Con los restos de comida, bosta de animales, resto de poda, en vez de mandarlo al relleno sanitario contaminando la napa y la atmósfera, podés meterlos a un equipo, y generar gas y fertilizante líquido”, precisa el cofundador de la Empresa B.
A su vez, alertaron que las empresas buscaban una solución con el tema de los orgánicos y no comprar equipos directamente. “Por eso les cobramos un abono mensual, le dejamos el equipo y a los dos años el equipo queda para ellos”, apunta Panizo.
Servicio diferencial y trazabilidad
Desde GEA Sustentable explican que lo que los diferencia de las demás empresas que ofrecen este tipo de servicio es el hecho de ser “eficientes y estrictos” en el cumplimento de los procesos así como también la trazabilidad de todos los productos.
“En lo que es reciclable, nuestra competencia son las cooperativas y nuestro diferencial con las cooperativas de cartoneros es que brindamos un servicio por ahí un poco más eficiente y tenemos trazabilidad de todos los productos y todos los clientes”, señala Panizo.
Y destaca: “Si a una empresa le retiramos cinco bolsones, los pesamos de acuerdo a los distintos tipos de materiales que generaron y después les hacemos un informe mensual con la trazabilidad de todo el material que recuperaron, el equivalente en el material de origen que se ahorró y una mini huella de carbono”.
Panizo destaca que si bien la pandemia afectó al negocio en general, sobre todo por el impacto que tuvo en las empresas contratantes, afirma que “repuntó notablemente los últimos meses”.
“Estamos recibiendo un montón de consultas y dando de alta a más de 10 empresas por mes”, dice el cofundador de GEA Sustentable y afirman que las compañías, en general, “están abiertas a hacer estos tipos de cambios”.
“Nosotros somos una Empresa B y la mayoría de nuestros clientes tienen una conciencia ambiental y otros no, lo hacen simplemente por un ahorro de costos”, explica.
Falta de industria recicladora
En cuanto al desafío que hay en Argentina para ofrecer este tipo de servicios al resto de las provincias, Panizo destaca la falta de industria recicladora “a lo largo y ancho del país que haga que tengas para vender el material que recuperaste, y que ese precio que obtuviste, no sea mayor al costo logístico de llevarlo a la industria recicladora”.
“Y por otro lado, es difícil encontrar empresas que estén dispuestas a pagar por este servicio”, apunta Panizo.
Y concluye: “Lo que a muchas les cuesta todavía es entender por qué se les cobra por esto”.