Baños de bosque: qué son, por qué mejoran la salud y dónde se hacen en Argentina
Diversos estudios muestran que esta terapia de conexión con la naturaleza "alarga la vida". Cómo y dónde practicarla en el país.
En la década del 80, en Japón, el fenómeno del estrés combinado con depresión conocido como karoshi, impulsó una ola de suicidios y se convirtió en un asunto de salud pública. Entonces el gobierno nipón decidió tomar cartas en el asunto y prescribió un tratamiento singular para la población: los baños de bosque.
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Qué son los baños de bosques y dónde se practican en Argentina
Se trata de una práctica milenaria de contacto con la naturaleza (conocida como Shinrin Yoku, inmersión en el bosque en Japonés), que los antiguos pobladores de la isla usaban para meditar y mantenerse saludables. Pero fue en los últimos cuarenta años cuando comenzaron a medirse y documentarse sus efectos en la salud física y el bienestar emocional.
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De este modo, estudios científicos demostraron que disminuye la presión arterial, fortalece el sistema inmunológico, y reduce la presencia de hormonas relacionadas al estrés como la adrenalina y el cortisol.
En los últimos años, esta terapia natural se fue extendiendo y ganando adeptos en otros países. “En el mundo, y también en Argentina, el interés por esta práctica creció exponencialmente por la necesidad de salir a espacios abiertos a partir de la pandemia del coronavirus”, dice Rocío Ferraro, guía certificada, fundadora de Baños de Bosque Argentina e integrante de la organización internacional Forestry Therapy Hub.
Inmersión en la naturaleza
“Cualquier interacción con la naturaleza tiene beneficios, pero en el baño de bosque se potencian al ser una actividad inmersiva y guiada por un profesional”, apunta Ferraro.
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Si bien esta terapia incluye caminatas y ejercicios de contemplación de la naturaleza “no se trata de un trekking ni una clase de meditación -aclara la especialista-, sino que consiste en una secuencia de actividades tanto físicas como de conexión sensorial con la naturaleza, conducidas por un guía certificado”.
Cada sesión de baños de bosque puede durar entre una hora y dos horas y media, y contiene actividades tanto individuales como grupales. Una sesión es suficiente para comprobar sus efectos en cuanto a la reducción del estrés, la ansiedad y la mejora del ánimo, la energía y la capacidad de concentración. Pero para lograr una mayor perdurabilidad de estos beneficios se recomienda cierta continuidad: una vez por semana o cada 15 días.
“Es una práctica accesible a personas de cualquier edad y condición física. Los guías preparan la sesión de acuerdo al grupo y al lugar: desde niños, hasta grupos de ejecutivos o de personas de la tercera edad”, ejemplifica Ferraro.
En cuanto a los espacios de práctica, “cualquier bosque es potencialmente apto, pero debe ser un espacio tranquilo donde se pueda disfrutar del silencio y de los sonidos de la naturaleza”, señala.
En Argentina, existen bosques terapéuticos donde se realiza esta práctica en:
- La Cumbrecita (Córdoba)
- Villa La Angostura (Neuquén)
- Cariló
- En el bosque natural de la bodega Gamboa, en Campana (provincia de Buenos Aires).
¿Hacen bien a la salud?
Ferraro, quien es Licenciada en Comunicación y trabajó como periodista en un portal de noticias y un canal de televisión antes de dedicarse a los baños de bosque, condujo un estudio sobre “percepción del bienestar” entre participantes de esta práctica en Argentina.
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Según este informe, que se presentó en las Jornadas Forestales Ambientales en 2023 y en el Encuentro Global de Ciencia, Naturaleza y Salud, el 91% de las personas (sobre una muestra de 200 casos, de entre 13 y 71 años) percibió una mejora en su salud y bienestar luego de la práctica.
Las marcas de bienestar percibido tras el Baño de Bosque fueron descriptas con palabras como Relajación (11,9%), Tranquilidad (10%) y Paz (9,5%), seguidas de Calma, Conexión, Armonía y Alegría. Los participantes también refirieron una mayor apertura de los sentidos, claridad mental, mayor concentración, menos ansiedad y un mejor sueño en días posteriores al paseo.
Los participantes destacaron como diferencial de esta práctica la orientación del Guía (22,9%), la conexión con la naturaleza (14,1%), el Paisaje (8,3%), los sentidos (8,3%), Compartir en grupo (8,3%), el silencio (2,1%), la calma (2,1%) y la Conexión con uno mismo (2.1%).
En tiempos en que la vida urbana y la sobreexposición a las pantallas generan cada vez más problemas de salud como estrés, ansiedad, sobrepeso y otras enfermedades metabólicas por el sedentarismo, y hasta un déficit crónico de vitamina D por falta de exposición a la luz solar, las terapias naturales y al aire libre como los baños de bosque ganan terreno.
En algunos países (Japón y Alemania, por ejemplo), ya hay médicos y sistemas de salud que los prescriben. A nivel local, Baños de Bosque Argentina trabaja con algunas entidades médicas, sobre todo ligadas a la salud infantil, para lograr una mayor difusión de sus beneficios.
Fotos y videos: crédito @shinrinyokuargentina