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Transición energética

La Argentina apuesta por un nuevo tipo de energía renovable

Si bien, actualmente, la matriz argentina depende fuertemente de los hidrocarburos, el mapa de potencial marino ofrece una alternativa para descentralizar la generación eléctrica.

La energía del mar es entre 10 y 30 veces más densa que la solar, lo que significa que se necesita menos espacio físico para generar la misma cantidad de electricidad que un parque fotovoltaico.

La Argentina apuesta por un nuevo tipo de energía renovable.

En un mundo que busca desesperadamente la descarbonización, el océano —que cubre el 70% del planeta— se perfila como la batería más grande y constante de la humanidad.

En este mapa de potencial la Argentina se encuentra en una posición privilegiada para liderar la transición energética en el Hemisferio Sur, siempre que se mantenga la inversión en investigación y desarrollo tecnológico nacional.

De hecho, el país posee una de las plataformas marítimas más extensas y con mayor potencial energético del mundo para el desarrollo de energías marinas, conocidas como undimotriz y mareomotriz.

El mapa de potencial energético de la costa nacional se divide fundamentalmente en dos grandes áreas con características distintas, pero que tienen vinculación con la presencia de una densidad energética constante; la proximidad a los grandes centros de consumo y la infraestructura portuaria existente para el mantenimiento.

De dónde se sacará esta energía

La primera en importancia se encuentra en la Patagonia, donde se puede aprovechar la energía mareomotriz (la diferencia de altura entre mareas) y las corrientes marinas.

Es considerada una de las regiones con mayor potencial mareomotriz del planeta, a punto que localidades como Puerto Deseado y la zona de la costa de Santa Cruz registran amplitudes de marea promedio de 12 metros, pudiendo alcanzar los 14 metros en condiciones extraordinarias.

Debido a este enorme volumen de agua que entra y sale cada seis horas, se generan corrientes de gran velocidad que son ideales para turbinas submarinas.

En la Patagonia se puede aprovechar la energía mareomotriz (la diferencia de altura entre mareas) y las corrientes marinas.

La segunda zona es el litoral bonaerense, donde el foco está puesto en la energía undimotriz a partir del movimiento de las olas del mar.

En este caso, la Argentina forma parte, junto al Reino Unido, Portugal y Australia de los países que están liderando proyectos piloto.

El objetivo para la próxima década es lograr la viabilidad comercial, reduciendo los costos de instalación hasta que puedan competir directamente con la energía eólica offshore.

Se trata de un área que es considerada clave y que se extiende desde Pinamar hasta Carmen de Patagones, con puntos críticos en Mar del Plata, Quequén y Necochea.

Frontera prometedora

Existen algunos estudios de campo como los realizados por equipos de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y el CONICET que ya utilizan tecnología autónoma como el W Glider para mapear no solo la fuerza del mar, sino también variables ambientales como la salinidad y la temperatura, asegurando que el aprovechamiento energético sea sostenible.

En el caso de la energía undimotriz, también conocida como energía olamotriz, es actualmente una de las fronteras más prometedoras de las energías renovables.

Esto se debe a que, a diferencia de la energía mareomotriz, que aprovecha las mareas, captura la energía cinética y potencial de las olas generadas por el viento sobre la superficie del océano.

En el caso de la energía undimotriz, también conocida como energía olamotriz, es actualmente una de las fronteras más prometedoras de las energías renovables.

Los expertos explican que el proceso comienza con el sol, que calienta la atmósfera de manera irregular, generando vientos que, al soplar sobre las grandes superficies de agua, transfieren parte de su energía al mar, creando olas.

Lo fascinante de esta fuente es su densidad energética teniendo en cuenta que el agua es aproximadamente 800 veces más densa que el aire.

Es decir, una ola concentra mucha más energía en un espacio reducido que el viento, permitiendo que dispositivos relativamente pequeños capturen grandes cantidades de potencia.

Estructuras flotantes

A diferencia de la energía eólica, donde el diseño de tres palas es el estándar mundial, en la energía undimotriz existen múltiples diseños en competencia como los llamados atenuadores (Serpientes marinas).

Se trata de estructuras flotantes segmentadas (como el famoso Pelamis) que se colocan paralelas a la dirección de la ola y donde el movimiento de las articulaciones acciona bombas hidráulicas.

Otro proceso parte del uso de convertidores de oscilación (Boyas), dispositivos que suben y bajan con la ola como parte de un movimiento vertical que se convierte en electricidad mediante generadores lineales o hidráulicos.

En la energía undimotriz existen múltiples diseños en competencia como los llamados atenuadores

Un tercer dispositivo se usa a partir de una Columna de Agua Oscilante (OWC), una estructura hueca abierta al mar por debajo que, cuando la ola entra, el nivel del agua sube y comprime el aire atrapado, que sale a presión y mueve una turbina.

Por otro lado, están los dispositivos de rebase, a modo de embalses que capturan el agua de las olas cuando rompen sobre una rampa, almacenándola a una altura mayor para luego soltarla a través de turbinas convencionales.

Cuales son las ventajas principales de este tipo de energía

Como beneficios, la energía undimotriz ofrece predecibilidad ya que, a diferencia del sol o el viento, las olas se pueden predecir con días de antelación mediante modelos meteorológicos precisos.

Además permite un bajo impacto visual, teniendo en cuenta que la mayoría de estos dispositivos se encuentran semisumergidos o lejos de la costa, manteniendo el paisaje limpio.

La energía undimotriz ofrece predecibilidad ya que, a diferencia del sol o el viento, las olas se pueden predecir con días de antelación mediante modelos meteorológicos precisos.

Al mismo tiempo, permiten eficiencia de espacio ya que requieren menos superficie que la energía solar para producir la misma potencia.

De todos modos, todavía ofrecen desafíos técnicos como el de la corrosión generada a partir de la salinidad del agua de mar que es extremadamente agresiva para los materiales metálicos y componentes electrónicos.

Además, los dispositivos deben ser lo suficientemente robustos para sobrevivir a tormentas feroces y olas «monstruo», pero lo suficientemente sensibles para generar energía con olas pequeñas.

En este sentido, realizar reparaciones en alta mar es significativamente más caro que en tierra firme.

Del mismo modo, la implementación de la energía undimotriz, que es considerada una de las más «limpias» por su baja huella de carbono, requiere una serie de importantes y costosos estudios.

Uno se refiere a los ecosistemas marinos a partir del ruido de los generadores o la presencia de cables que podrían afectar la navegación de especies migratorias.

Otra investigación se refiere a la sedimentación debido a que los expertos advierten que la extracción de energía de las olas podría alterar la forma en que la arena se deposita en las playas cercanas.

El primer proyecto

Pero, a pesar de todos estos desafíos por resolver, la Argentina acaba de dar un paso histórico en la diversificación de su matriz energética con el desarrollo del primer dispositivo de energía undimotriz diseñado y fabricado íntegramente en el país.

Se trata de una iniciativa de la UTN, que es respaldado por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, y cuyo objetivo es capturar la inmensa fuerza del Mar Argentino para transformarla en electricidad limpia.

Se trata del llamado Proyecto WEC Argentino, basado en un convertidor de energía de las olas (WEC, por sus siglas en inglés) que representa más de una década de investigación y desarrollo.

La Argentina acaba de dar un paso histórico en la diversificación de su matriz energética.

Aunque los primeros prototipos se construyeron de forma casi artesanal con piezas recicladas, la versión actual es un equipo a escala real listo para enfrentar las condiciones del Atlántico Sur.

El sistema se basa en un principio mecánico sencillo pero robusto, diseñado para resistir la corrosión y el embate del mar a partir de una boya captadora de gran tamaño que flota en la superficie y se desplaza verticalmente con el paso de las olas.

Según el proyecto, este movimiento se transmite a un brazo mecánico conectado a una estructura fija y el movimiento mecánico se traslada a una cadena cinemática (engranajes y generadores) que transforma la energía cinética en energía eléctrica.

Mar del plata, lugar clave

Originalmente proyectado para Necochea o Quequén debido a su alta densidad energética, el equipo finalmente será instalado en la Escollera Norte del Puerto de Mar del Plata.

Esta ubicación fue seleccionada por la facilidad que ofrece la infraestructura existente para realizar el montaje y el mantenimiento técnico, además de que en esa zona, la energía de las olas es entre 10 y 30 veces más densa que la solar y hasta 5 veces más que la eólica.

el equipo finalmente será instalado en la Escollera Norte del Puerto de Mar del Plata.

En el trabajo se asegura que el impacto ambiental del proyecto es prácticamente nulo, ya que no utiliza combustibles, no emite gases de efecto invernadero y no interfiere con la fauna marina.

Se agrega que, además de generar electricidad, el prototipo funcionará como un laboratorio marino capaz de probar procesos de desalinización de agua y producción de hidrógeno verde.

Los inventores del dispositivo, los ingenieros Alejandro Haim y Roberto Tulla, destacan que se trata de una iniciativa de «soberanía tecnológica», ya que utiliza patentes y componentes nacionales, vinculando al Estado, la universidad y el sector privado (como la empresa Duroll).

Se espera que la instalación definitiva en la escollera se complete a principios de 2026, marcando el inicio de una nueva era para las energías renovables en el Cono Sur.

De donde surgen los fondos

Hasta ahora, las obras avanzan a paso acelerado, con el respaldo de la Subsecretaría de Energía bonaerense y se prevé que la construcción de este dispositivo finalice durante el año próximo.

El trabajo es financiado con fondos del Programa Provincia de Incentivos a la Generación de Energía Distribuida Renovable (PROINGED), que es abastecido del agregado tarifario renovable, que los usuarios abonan en las facturas de la luz en el ámbito de la provincia gobernada por Axel KIcillof.

El trabajo es financiado con fondos del Programa Provincia de Incentivos a la Generación de Energía Distribuida Renovable que es abastecido del agregado tarifario renovable, que los usuarios abonan en las facturas de la luz en el ámbito de la provincia gobernada por Axel KIcillof.

De acuerdo a los detalles técnicos´del proyecto, el dispositivo puede generar hasta 30 kw por hora, y se estima que 100 equipos (200 boyas), funcionando se podría llegar a alcanzar una potencia instalada para suministrar energía eléctrica a 20.000 personas o 5.000 hogares.

Los autores de la iniciativa explican que la fuente de energía posee un alto rendimiento, ya que es 10 veces mas densa, comparada con la energía solar, y cinco veces más densa que la eólica.

A partir de su puesta en marcha, el dispositivo tendrá la capacidad de captar la energía de la onda marina y transformarla en energía mecánica rotatoria que, a su vez, será convertida en energía eléctrica.

Cómo es el proceso

Para lograr este proceso, las boyas y brazos instalados realizan una oscilación ascendente y decentes, dada por el movimiento del dispositivo sobre la ola entre el pico y valle de este fenómeno marítimo que se transforma en un desplazamiento circular y de rotación que genera la electricidad.

De esta manera, se convierte el lento movimiento de ascenso y descenso de las boyas en un rápido desplazamiento giratorio uniforme que ingresa a un generador que, a su vez, produce la electricidad.

El documento de presentación del proyecto también aclara que la implementación del sistema posee varias etapas y tendrá un plazo de 12 meses para su ejecución.

La primera etapa consta del diseño y desarrollo del prototipo a escala, para luego fabricar el equipo y terminar por realizar las pruebas y la logística.

Una vez finalizadas estas etapas, se estima que se llevará a cabo el montaje de instalación de las boyas y su puesta en funcionamiento, estimada para los primeros días del 2027.

Fecha de publicación: 29/12, 5:49 pm