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Agro sustentable

Una nueva norma europea “sacude” a productores locales de commodities

Se trata de una norma que exige mayor transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro de soja, ganado bovino, cacao y café para reducir la contribución a la deforestación y achicar la contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero

La Unión Europea acaba de dar un paso importante para encarar un proceso de sustentabilidad en el agro a partir de la adopción de una nueva norma que exige mayor transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro de productos como soja, ganado bovino, cacao y café.

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Se trata de la llamada Reglamentación de Libre Deforestación (EUDR) que entrará en vigencia en el 2025 y generará complejos desafíos para los productores y operadores argentinos que colocan sus productos en ese mercado, como la necesidad de nuevas tecnologías para la trazabilidad, la generación de alianzas en la cadena de valor y la mejora en los procesos productivos, entre otras.

Qué objetivos tiene la norma europea

En nuevo reglamento tiene dos objetivos principales. Uno es reducir al mínimo la contribución de la UE a la deforestación y la degradación forestal en todo el mundo, generada por el consumo o producción de las materias primas pertinentes y productos derivados.

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La Unión Europea adoptó una nueva norma que exige mayor transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro de productos como soja, ganado bovino, cacao y café.

El segundo busca achicar la contribución de los países europeos a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causadas por la producción o consumo de las materias primas pertinentes y sus derivados.

Ambas decisiones son complementarias a las medidas que ya viene tomando la UE en su dinámica comercial, energética y de inversiones en un mundo que se mueve hacia cadenas de suministros más resilientes y estratégicas.

Más aún, en el marco del cambio climático, con normas y políticas de mitigación y adaptación para el calentamiento global con el Pacto Verde Europeo de fondo y en busca de la neutralidad del carbono para 2050.

En el caso de la producción alimentaria, la sostenida Política Agropecuaria Común (PAC) le ha permitido al bloque autoabastecerse de una amplia gama de alimentos y de disfrutar de una producción más que suficiente para abastecer su consumo interno de carnes, lácteos y cereales.

En el caso de los commodities no ha podido lograr lo mismo ya que, por ejemplo, apenas el 8% del consumo de harina de soja de la Unión se abastece con producción del bloque.

La normativa también impacta en el café.

Para peor, las estimaciones más optimistas para la producción agrícola europea esperan un recorte de importaciones europeas de soja de apenas el 15% hacia 2050.

Los expertos entienden que a partir de esta perspectiva surgen normativas sobre combate a la deforestación global, poniendo énfasis en productos de los que la UE requerirá importaciones sostenidamente.

El foco en los productos mencionados obedece a que han sido identificados como los principales conductores en el avance de la frontera agrícola sobre los bosques. Si bien en distinto grado, según el trabajo al que se refiera, el patrón es similar.

Qué posición tiene Argentina sobre la norma europea

En Argentina ya hay sectores que se encuentran analizando desde hace varios años el impacto que el EURD tendrá en las exportaciones de productos que contengan esas materias primas para evitar que se cierre un importante mercado como el de Europa.

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Es más, en septiembre del año pasado, la Embajada Argentina ante la Unión Europea, en coordinación con 16 países afines, presentó una nota oficial manifestando una “profunda preocupación” por los efectos distorsivos del reglamento.

La medida busca evitar la deforestación.

La Cancillería, en ese momento a cargo del ministro Santiago Cafiero, se sumó al reclamo de gobiernos como los de Brasil, Bolivia, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador, Guatemala, Indonesia, Malasia, México, Nigeria, Paraguay, Perú, República Dominicana y Tailandia.

La intención de la nota fue instar a la UE a entablar “una cooperación eficaz y un diálogo significativo con sus socios en las áreas de comercio y desarrollo sostenible para abordar conjuntamente el impacto de esta legislación y sus instrumentos de aplicación”.

Sustentabilidad que “distorsiona”

En ese entonces, el gobierno local consideraba a la norma europea como “controvertida” no sólo por la inclusión unilateral de los productos que involucra, sino también porque la ley prevé un “Sistema de Clasificación” por el cual los países o sus regiones van a ser categorizadas, de acuerdo con su nivel de riesgo (“alto”, “estándar” o “bajo”) de deforestación.

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La administración kirchnerista se quejaba debido a que, durante el tratamiento de la normativa, “la UE no instrumentó el pedido de diálogo sustantivo solicitado por los países productores, mientras que la Comisión avanza unilateralmente en la clasificación para la determinación de los niveles de riesgo”.

Para el entonces gobierno local, “esta legislación representaría un nuevo obstáculo para el acceso de productos agroalimentarios provenientes de países que no subsidian la producción agrícola ganadera a uno de los mercados tradicionalmente más subsidiados. Esta política tiene impacto en la sustentabilidad y distorsiona el comercio”.

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La actividad ganadera también se ve implicada.

La presentación también manifestaba la intención de los países productores por cumplir con los objetivos de protección ambiental y desarrollo sostenible acordados internacionalmente, incluida la lucha contra la deforestación, evitando causar problemas innecesarios en la producción y el comercio internacional de los productos incluidos en la normativa europea.

Ahora, un reciente informe de Accenture da por hecho que la norma será aplicada tal como la UE la redactó en el 2022 para que entre en vigencia el año próximo, por lo cual sale a ofrecer ayuda a las empresas a conseguir la trazabilidad en la cadena de suministro local, una de los principales exportadores de estos productos a Europa.

Para la consultora, las empresas agropecuarias argentinas deberán adaptarse rápidamente para cumplir con los requisitos de la EUDR y mantener su acceso al mercado europeo.

“La nueva reglamentación les exige mayor transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro de productos como la soja, el ganado bovino, el cacao y el café”, señala el paper que, de todos modos, resalta las acciones que el sector agropecuario está tomando para reducir su impacto ambiental.

“Promueve tendencias y prácticas sostenibles, entre ellas, la necesidad de brindar trazabilidad en toda la cadena de suministro, el impulso hacia la neutralidad de carbono, la adopción de prácticas de agricultura regenerativa, entre otras”, agrega Accenture.

¿Qué implica el nuevo reglamento europeo?

El informe recuerda que el EUDR, que entrará en vigor a partir del 31 de diciembre de este año, “exigirá a las empresas mayor transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro de productos y derivados específicos”. Su principal objetivo es combatir la deforestación y la degradación forestal relacionadas con materias primas y productos específicos comercializados en el mercado de la UE o exportados hacia este.

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La norma, explican desde Accenture, establece que las empresas que comercialicen o exporten a la Unión Europea productos que contengan soja, ganado bovino, cacao, café, entre otros, deben cumplir con condiciones específicas.

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La norma, explican desde Accenture, establece que las empresas que comercialicen o exporten a la Unión Europea productos que contengan soja, ganado bovino, cacao, café, entre otros, deben cumplir con condiciones específicas.

Una de ellas es la ausencia de deforestación en las áreas de origen y la conformidad con la legislación del país de producción para lo cual, las empresas deberán mejorar la trazabilidad de sus datos y la integridad de sus procesos, y requerirán la implementación de medidas correctivas para cumplir con los requisitos del reglamento.

Ante este escenario, son muchas y disimiles las acciones que pueden tomar las compañías del sector tal como explica Juan José Pestarino, Lead de Agronegocios en Accenture.

“Nuestra compañía ofrece un enfoque metodológico para ayudar a las empresas agropecuarias a cumplir con las necesidades de sostenibilidad, e ir adecuándose a la normativa de la EUDR”, detalla el experto.

Adoptar prácticas sostenibles en el agro

La visión de la consultora incluye el análisis y corrección de los procesos de recopilación y gestión de datos para garantizar su integridad y precisión, implementar soluciones rápidas para que puedan cumplimentar con la normativa a corto plazo.

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También, desarrollar modelos operativos anticipados para la sostenibilidad y la implementación de tecnología, como blockchain, para rastrear los productos en toda la cadena de suministro.

A esto le suma el desarrollo de estrategias personalizadas y la implementación de tecnología permiten a las empresas agropecuarias superar desafíos y adoptar prácticas sostenibles.

La medida apunta a adoptar prácticas más sostenibles.

Otros aspectos fundamentales para cumplir con las regulaciones y satisfacer las demandas de los consumidores son la evaluación de las campañas y riegos climáticos, la trazabilidad y transparencia en toda la cadena de suministro, apoyadas por la digitalización de los procesos.

“La EUDR es un paso crucial para la sostenibilidad del sector agropecuario u por eso desde el área de Sostenibilidad de Accenture Argentina, estamos comprometidos a trabajar con clientes y proveedores para superar sus desafíos, implementar prácticas más sostenibles y garantizar que se cumpla esta reglamentación como las futuras, y promover un futuro más sostenible para la industria y el planeta”, asegura Pestarino.

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Fecha de publicación: 01/07, 4:01 pm