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El ambicioso plan del Gobierno para promover negocios agroecológicos

El Gobierno busca poner en marcha herramientas para fortalecer la transición a sistemas productivos sostenibles.

Luego de haber definido una estrategia para reconocer a la biodiversidad como un componente clave de los ecosistemas, el Gobierno acaba de lanzar una política orientada a impulsar el desarrollo de la agroecología.

La planificación oficial busca cumplir con objetivos medioambientales y de negocios que permitan a la misma vez promocionar medidas ecológicas, sociales y económicas para sostener la transición hacia sistemas productivos que conserven y regeneren la diversidad biológica.

El mejoramiento genético; el almacenamiento y reciclado de nutrientes; la recarga de acuíferos y la protección de cuencas; la creación de suelos y su protección frente a la erosión; el control de plagas y la polinización forman también parte de esta nueva  política que impulsa el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

El plan se complementa con el lanzamiento del llamado “Programa de Promoción de la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad en Agroecosistemas”.

Las autoridades entienden que los agroecosistemas brindan importantes servicios como la polinización, el control de plagas, la fertilidad del suelo, la disponibilidad de agua y la captura de carbono. Y que la biodiversidad es clave en la resiliencia de los ecosistemas y su conservación depende de los modelos de producción y manejo.

Por eso, el programa promueve herramientas para fortalecer la transición a sistemas productivos sostenibles, así como medidas de manejo en agroecosistemas que sean capaces de conciliar la conservación de la biodiversidad con la provisión de servicios ecosistémicos y de alimentos, en un marco de sostenibilidad ecológica, social y económica.

Así lo admitieron desde la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales en donde agregaron que los fundamentos del plan se encuentran condensados en la Resolución 1/2021 publicada por el organismo el 4 de febrero pasado.

Fuentes del ministerio que lidera Juan Cabandié explicaron que el nuevo programa busca promover la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en los agroecosistemas, a través del fortalecimiento de la agroecología y otras medidas que impulsan la mitigación al cambio climático y la inclusión social.

En este sentido, a partir de ahora se lanzarán medidas para promocionar el manejo y conservación de la biodiversidad en los agroecosistemas y en las actividades de producción de agroalimentos.

También para elaborar criterios de sostenibilidad que promuevan la conservación de la biodiversidad; la diversificación de la producción y la incorporación de prácticas de manejo sostenibles, fomentando la transición agroecológica.

Las autoridades buscarán además incentivar la articulación interinstitucional para la investigación, la innovación en procesos de transición agroecológica, en tecnologías para la producción sostenible, así como en medidas para la conservación de la biodiversidad y la restauración de los servicios ecosistémicos.

Según detalla la Resolución que hace unos días fue publicada en el Boletín Oficial (BO), hacen falta estrategias productivas agroecológicas para fortalecer el arraigo de la población rural, la generación de trabajo digno y el desarrollo sostenible de agricultores familiares, pequeños y medianos productores y comunidades de pueblos originarios.

Habrá además estrategias oficiales para facilitar el acceso a bienes, insumos y tecnologías que promuevan la reconversión y/o transición a sistemas de producción agroecológicos y que permitan la capacitación en prácticas de manejo para apoyar los procesos de transición hacia la agroecología y la conservación de la biodiversidad.

Las nuevas medidas se lanzaron bajo el amparo  de la Ley General del Ambiente Nº 25.675 en la cual se establecieron los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable.

En el artículo 2º se definen los objetivos de la política ambiental nacional, destacándose la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la calidad de los recursos ambientales; la promoción del uso racional y sustentable de los recursos naturales; el mantenimiento del equilibrio y dinámica de los sistemas ecológicos; la conservación de la diversidad biológica y la sustentabilidad ecológica, económica y social del desarrollo y la promoción del mejoramiento de la calidad de vida.

A esto se suman las metas para llevar a cabo la estrategia de desarrollo de la diversidad que expresa como objetivo prioritario “fomentar las producciones sustentables en las economías regionales junto con las producciones de agricultura familiar y de pueblos originarios mediante el desarrollo de planes de manejo, que incorporen producciones agroecológicas, ganadería integrada y otros junto con el uso sustentable y conservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos”.

Desde el Gobierno entienden que es necesario alcanzar estas premisas teniendo en cuenta que la deforestación, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de los suelos y las emisiones de gases de efecto invernadero deben ser tenidos en cuenta al momento de analizar los impactos de los modelos agropecuarios convencionales.

“Deben implementarse y fortalecerse estrategias que permitan conservar y recuperar la biodiversidad, los servicios ecosistémicos que de ella se derivan y mantener la resiliencia y mantener una equitativa distribución de sus beneficios entre los actores involucrados”, se asegura en la reciente resolución ministerial.

También se recuerda que, en el marco de los compromisos de Argentina con la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, la agroecología está reflejada en diversas metas como Hambre Cero; Trabajo Decente y Crecimiento Económico; Consumo y Producción Sostenible; Vida de Ecosistemas Terrestres; Ciudades y Comunidades Sostenibles; Acción por el Clima, entre otras.

Por eso mismo insisten en poner énfasis en impulsar el uso de la biodiversidad en lo referente al aprovechamiento sostenible de especies, productos y subproductos con valor agregado, en involucrar a las comunidades locales, generar información y medidas de trazabilidad; como así también fortalecer la gobernanza para la implementación de la Estrategia Nacional sobre la Biodiversidad.

En este marco, el nuevo programa incluye: a) Acciones de promoción; b) Capacitación y difusión; y c) Articulación institucional para la investigación e innovación.

Impactos  y estrategias 

Las autoridades entienden que la intensificación de la agricultura convencional y la expansión de la frontera agrícola amenazan tanto la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas naturales como de los propios sistemas agrarios convencionales que han contribuido a la deforestación, la escasez de agua, la alteración de los ciclos de nutrientes, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de los suelos y a elevar los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs).f

Como ejemplo se sostiene que el sector de la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra representan el 37% de las emisiones, siendo el segundo sector responsable de las emisiones totales con el liderazgo de las que generan la fermentación entérica del ganado vacuno y la deforestación para la conversión de ambientes forestales en tierras de cultivo.

De acuerdo a datos oficiales, actualmente la tasa de deforestación anual ronda el 0,35%, siendo los cambios de uso de suelo, para desarrollar actividades agrícolas y ganaderas extensivas, una de las causas más importantes.

“Durante el 2020 se han producido una serie de incendios, de proveniencia antrópica con el propósito de realizar cambio de uso de suelo que han originado una importante pérdida de bosque nativo y su  biodiversidad asociada”, argumenta un informe de la cartera que orienta el ministro Cabandié.

Estos impactos, agrega el trabajo, reconocen la necesidad de promover prácticas que mitiguen las emisiones, preserven los recursos como el suelo y el agua y sostengan la biodiversidad de los ecosistemas para asegurar su funcionamiento y la producción de alimentos.

En este sentido, destacan la diversificación como clave en las transiciones agroecológicas para conservar servicios ecosistémicos, garantizar la soberanía alimentaria y proporcionar sistemas con mayor equidad social y económica.

“En este marco conceptual se desarrolla el Programa de Promoción de Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad en Agroecosistemas con un enfoque holístico que engloba las tres dimensiones del ambiente y del desarrollo sostenible: ecológica, social y económica; con el principal objetivo de impulsar transiciones hacia sistemas productivos que conserven y/o regeneren la biodiversidad necesaria para el mantenimiento de los agroecosistemas y sus servicios ecosistémicos.”, asegura el documento en otro de sus párrafos.

Los fundamentos del programa se establecen en la ya mencionada Meta 7 de dicha estrategia en la que se expresa como objetivo nacional prioritario “fomentar las producciones sustentables en las economías regionales junto con las producciones de agricultura familiar y de pueblos originarios”.

El plan se basará en sumar producciones agroecológicas, ganadería integrada y otros junto con el uso sustentable y conservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos.

En términos ambientales, se centra en principios vitales como la biodiversidad, el reciclaje de nutrientes, la cooperación e interacción entre los diversos cultivos, animales y suelos, además de la regeneración y conservación de los recursos naturales. 

Se explica que la agroecología integra sistemas de producción más resilientes ante el cambio climático, incorporando la silvicultura, la cría animal, la pesca y la agricultura.

Que la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en los ecosistemas implica reducir la carga de agroquímicos vertida en el ambiente y su impacto en el suelo, agua y aire y en la salud de la población.

En términos sociales y económicos, aseguran que minimiza los costos de producción al aumentar la eficiencia del uso de los recursos disponibles, fortaleciendo el arraigo y los medios de vida de pequeños productores, comunidades rurales, pueblos indígenas, y constituye una importante herramienta de combate al hambre y la pobreza.

En términos económicos se hace referencia a ejemplos de prácticas de manejo exitosas en diferentes experiencias sostenibles, que permiten la convivencia de objetivos productivos con los de conservación de la biodiversidad. 

Estos enfoques aseguran que los diferentes ejes de acción se orienten a cumplir con los principios de la Estrategia Nacional de Biodiversidad Plan de Acción y de la política ambiental establecidos en la Ley General del Ambiente.

Fecha de publicación: 23/02, 8:00 am