Lanzan una “Biblia” para que las empresas se conviertan en carbono neutral

En los últimos años las emisiones de dióxido de carbono o CO2 se han multiplicado generando consecuencias totalmente negativas a nivel local y mundial debido a que contribuye al calentamiento del planeta.

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Según los expertos, este gas inodoro e incoloro permanece en la atmósfera en una proporción media de 380 partes por millón marcando una de las estaciones del llamado ciclo planetario del carbono que circula entre la atmósfera, la biosfera, la hidrosfera (fundamentalmente los océanos) y la litosfera (la capa superficial sólida de la Tierra), que juntos construyen la ‘casa’ del CO2.

Y si bien su proporción en la atmósfera es la menor de estos cuatro reservorios, desempeña el papel más trascendente frente al resto de los que forman parte de los tan mentados gases de efecto invernadero (GEI).

De hecho, su aumento en la atmósfera es lo que desencadena el cambio climático, la crisis climática o la emergencia climática, tres términos que se utilizan para describir el calentamiento global que sufre la Tierra.

Es más, las estadísticas confirman que no han bajado las emisiones de CO2 durante los últimos años, con excepción de los meses de confinamientos por el Covid-19 o los afectados por una drástica caída de la actividad económica, también debido a la pandemia.

El año pasado, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), presentó en Nueva York el informe United in Science 2020, donde se hace referencia a los principales efectos y causas del cambio climático y se advierte que el mundo está lejos de cumplir el Acuerdo de París, que fija como objetivo que el aumento de la temperatura media mundial quede entre 1,5 y 2 grados respecto de los niveles preindustriales.

En el apartado del documento referido a las emisiones de CO2, se señala que la caída mundial en el 2020 respecto de 2019 fue de 7% debido a las medidas de confinamiento.

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Pero se anticipó un ritmo ascendente de emisiones mundiales diarias que ya volvieron a situarse cerca de los niveles de 2019, cuando la reducción era de alrededor de 5%, según cálculos de la organización Global Carbon Project.

De hecho y a pesar de que muchos países industrializados realizaron nuevos compromisos sobre sus emisiones, un informe de Climate Action Tracker (CAT), ente que hace un seguimiento sobre la temperatura y el progreso acordado a nivel mundial de mantener el calentamiento global en torno al 1,5°C, advirtió que para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán siendo el doble de lo que se necesita para llegar a ese objetivo y que se está avanzando a un aumento de temperatura de 2,4°C.

Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono

En este marco, y como forma de recordar los compromisos sobre reducción de gases del efecto invernadero, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó al 28 de enero como el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono.

La idea es crear conciencia sobre el cambio climático y la importancia del cuidado ambiental, apelando a que la población mundial y las empresas tomen decisiones relacionadas con la concienciación y sensibilización sobre el cambio climático y los impactos ambientales.

De este modo, sostiene la ONU, se logrará la disminución de los gases de efecto invernadero, que son los responsables de la crisis climática. También se conoce a este día como el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre.

En este marco, el Grupo de Manejo Forestal GMF Latinoamericana elaboró un manual sobre los siete pasos para desarrollar una estrategia climática corporativa y así colaborar con la reducción de emisiones de C02.

7 pasos para ser carbono cero

El trabajo, firmado por Natalia Quintana, Senior PR Specialist de GMF, sostiene que aunque cada vez son más las empresas que asumen su compromiso de alcanzar la neutralidad de Carbono, es necesario establecer ciertos requisitos para lograrlo.

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La ejecutiva de esta empresa considerada líder en la región en mitigación de cambio climático definió los siete pasos de este modo:

• 1) Establecer objetivos cuantitativos de corto, mediano y largo plazo. Se recomienda basarse en las metas alineadas a nivel mundial para reducir las emisiones de carbono y limitar la temperatura del mundo a 1.5º; y establecer objetivos de neutralidad de emisiones para 2050 o antes.

• 2) Desarrollar una hoja de ruta hacia la descarbonización. Las acciones deben ser realistas y relevantes para la empresa. Además, deben promover la biodiversidad, la economía circular, la preservación de recursos hidráulicos, entre otras.

• 3) Incluir las proyecciones financieras del proyecto. Deben demostrar la compatibilidad del negocio con una economía neutra en emisiones.

• 4) Realizar un análisis exhaustivo por cada sector de la organización. Debe incluir una descripción de riesgos climáticos, un análisis de escenarios climáticos, medidas para la futura asignación de inversión, etc.

• 5) Crear un proceso transparente e inclusivo para divulgar y revisar la descarbonización de la empresa. El plan debe describir la metodología utilizada para su desarrollo e implementación.

• 6) Desarrollar evaluaciones regulares. Deben estar basadas en indicadores cuantitativos y contar con protocolos para monitorear y reportar sobre los avances del proceso.

• 7) Designar a una persona o a un comité para el seguimiento interno. El objetivo es que se pueda monitorear el correcto desarrollo e implementación de las medidas de reducción de emisiones.

Para la experta, la guía puede ayudar a las empresas a cumplir con el objetivo establecido por la ONU de ser carbono neutral como meta hacia 2050 y así impulsar a las empresas a invertir en el desarrollo de estrategias de medición, mitigación y compensación de emisiones de gases de efecto invernadero.

“También es posible alcanzar el balance cero neto en sus operaciones y su cadena de valor, siempre recordando que la concentración de CO2 ha aumentado un 40% desde la era preindustrial, debido a las emisiones derivadas de los combustibles fósiles y al cambio de uso del suelo”, comenta Fátima Corbi, CEO de GMF.

Para la ejecutiva, “el camino a la neutralidad de carbono tiene tres pasos: medir, reducir y compensar la huella de carbono”. Y en ese marco sostiene que los proyectos forestales son la mejor vía por la cual se logra mitigar el cambio climático mediante la captura de carbono.

“Es importante que el proyecto demuestre adicionalidad, es decir, que fije o evite emisiones de CO2 que no se hubieran logrado sin la implementación del proyecto”, agrega la principal ejecutiva de GMF.

Desafíos ambientales

Con el mismo objetivo, la empresa se asoció a Sistema B Argentina y Seamos Bosques para desarrollar un programa que permite a las empresas medir las emisiones de carbono que generan con su actividad para luego poder mitigarlas y finalmente compensarlas, llegando a la neutralidad antes del año 2030.

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El programa explica que las Empresas B son pioneras en transformar los negocios en una fuerza para el bien común y que vienen desarrollando y promoviendo soluciones para que los negocios enfrenten los desafíos sociales y ambientales.

Por su parte, Sistema B, es responsable de ampliar y potenciar el liderazgo de las Empresas B y a su vez se encarga de informar e inspirar a todas las empresas que deseen unirse con este propósito. Bajo esta premisa, surgió el programa que busca reunir tanto a Empresas B Certificadas como muchas otras empresas comprometidas con el Triple Impacto (social, ambiental y económico) para lograr la neutralidad en sus emisiones.

El programa consta de tres instancias que concluyen con un reporte sobre las emisiones que cada empresa genera, junto a las opciones de mitigación más apropiadas para cada una -considerando su tamaño e industria- y las distintas alternativas de compensación que existen y que estén dentro de su alcance.

El primer paso del proceso se basa en capacitar y profundizar en la temática para que las empresas participantes comprendan la problemática, su impacto y cómo esto puede ser modificado a partir de la acción de las personas y las empresas.

El segundo paso consiste en capacitar a las empresas en los aspectos prácticos de la medición para que, una vez finalizada esta instancia, entiendan cuál es la mejor forma de recolectar la información y qué datos son necesarios para la correcta medición de su huella de carbono, lo cual les permitirá obtener una huella robusta y confiable.

El tercer y último paso de este programa consiste en presentar y discutir los resultados de las huellas de carbono para comprender la situación de cada empresa, así como sus posibilidades de mitigación y compensación para el desarrollo de un plan de acción futuro.