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Profunda crisis

Un país que no fue sustentable, hoy vende su ciudadanía para no desaparecer

En su momento fue el país más rico del mundo gracias a la explotación de fosfato, un recurso que se extraía en grandes cantidades.

Aunque casi todos los países del mundo cuentan con una capital, hay algunas excepciones curiosas. Uno de estos casos destaca especialmente por su historia singular y sorprendente de haber sido poco amigable con el medioambiente. ¿Qué es de la vida de esta nación que no fue sustentable y hoy vende su ciudadanía para salvarse?

Se trata de un pequeño país que no solo llama la atención por no tener una capital oficial, sino también por haber sido, hace algunas décadas, uno de los más ricos del planeta a costa de la explotación de un recurso. Su pasado estuvo marcado por el lujo y la abundancia, pero hoy atraviesa una profunda crisis. En un intento por salir adelante, incluso comenzó a vender su ciudadanía.

Nauru depende de la «ayuda» económica del Fondo Monetario Internacional (FMI)

Nauru: un país que no fue sustentable, hoy vende su ciudadanía para no desaparecer

Se trata de Nauru, el país sin capital que alguna vez fue el más próspero del mundo gracias a sus recursos naturales. Según The Guardian, durante los años 80, este diminuto estado insular de Oceanía alcanzó una enorme riqueza gracias a la explotación de fosfato, un recurso que se extraía en grandes cantidades.

Nauru no posee una capital oficialmente designada, aunque las principales instituciones gubernamentales, incluido el Parlamento, se encuentran en el distrito de Yaren.

La isla estuvo originalmente habitada por pueblos micronesios y polinesios, y más tarde fue colonizada por varias potencias, entre ellas Alemania y Australia. Tras la Segunda Guerra Mundial, quedó bajo administración de un fideicomiso de la ONU hasta obtener su independencia en 1968.

En su momento fue un gran productor de fosfato, pero hoy vende su ciudadanía para no desaparecer

A comienzos del siglo XX, se descubrieron importantes yacimientos de fosfato en Nauru, un recurso clave para la agricultura moderna, especialmente en la producción de fertilizantes. Este hallazgo marcó el inicio de una era de prosperidad para la isla, que alcanzó su apogeo en la década de 1960. Sin embargo, con el paso del tiempo y el agotamiento de los recursos, el panorama cambió drásticamente. A principios de los años noventa, las reservas de fosfato y guano comenzaron a escasear, marcando el inicio de una profunda decadencia.

El impacto del cambio climático en Nauru

Hoy en día, Nauru es una nación en bancarrota, dependiente de la ayuda de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y profundamente afectada a nivel ambiental. Parte de su territorio es alquilado a Australia, que instala allí centros de detención para refugiados rechazados por su política migratoria.

Además, Nauru enfrenta una amenaza existencial debido al cambio climático: el aumento del nivel del mar, las marejadas y la erosión costera ponen en riesgo la habitabilidad de la isla. Ante esta situación crítica, el gobierno propuso la venta de ciudadanía por 105.000 dólares como una forma de recaudar fondos para financiar un ambicioso plan: reubicar al 90% de su población en un lugar más seguro.

Fecha de publicación: 08/05, 8:38 am