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Estudio

Un científico de Oxford reveló qué animal reemplazará a los humanos

Ante una posible extinción de las personas, el pulpo aparece como un posible sucesor debido a sus atributos.

Tim Coulson, profesor de biología evolutiva en la Universidad de Oxford, plantea en su libro The Universal History of Us una pregunta inquietante: ¿Qué especie podría ocupar el lugar de los humanos si llegáramos a desaparecer? La historia de la Tierra demuestra que ninguna especie es eterna; la extinción forma parte del ciclo natural de la vida.

Los pulpos son quienes podrían dominar el mundo ante una posible extinción de los humanos

La posibilidad de un planeta sin seres humanos genera tanto temor como fascinación. Imaginar qué organismo podría convertirse en dominante invita a reflexionar sobre nuestra permanencia, la fuerza de la evolución y el rumbo incierto de la vida en la Tierra. La ciencia no ofrece respuestas definitivas, pero sí marcos para especular en escenarios posibles, tan sorprendentes como verosímiles.

Desde la aparición del Homo sapiens hace unos 300.000 años, la transformación del planeta fue profunda: deforestación, urbanización, emisiones masivas de gases de efecto invernadero y alteración de ecosistemas enteros forman parte de nuestra huella.

Sin embargo, la historia natural impone una verdad incuestionable: ninguna especie perdura para siempre. Aunque la extinción humana no parezca inminente, la crisis climática, los conflictos por recursos y la pérdida acelerada de biodiversidad nos recuerdan que no estamos exentos de ese destino.

Tim Coulson, profesor de biología evolutiva en la Universidad de Oxford, plantea un interrogante que trasciende la ciencia ficción: si los humanos desaparecieran, ¿qué especie podría ocupar nuestro lugar?

Desde la perspectiva evolutiva, el motor del cambio es la mutación genética. Estas variaciones, cuando ofrecen ventajas, se expanden a través de la selección natural. Así avanza la vida: adaptándose, transformándose y, en muchos casos, desapareciendo. La evidencia es contundente: la mayoría de las especies que alguna vez existieron hoy están extintas.

La vida avanza adaptándose, transformándose y, muchas veces, desapareciendo

Más allá de los simios: un candidato inesperado

Aunque podría parecer lógico que otros primates asumieran nuestro papel dominante, Coulson advierte lo contrario. Su gran dependencia de estructuras sociales complejas y su vulnerabilidad a cambios bruscos de hábitat los vuelve menos resilientes frente a un colapso global.

La sorpresa llega desde el mar: el pulpo aparece como un posible sucesor. Sus atributos lo convierten en un candidato singular:

  • Sistema nervioso descentralizado y altamente desarrollado.
  • Habilidad para resolver problemas complejos.
  • Comunicación visual sofisticada.
  • Curiosidad activa y uso de herramientas.

Estos rasgos revelan no solo inteligencia, sino una forma de conciencia distinta a la humana: más distribuida, sensorial y adaptativa.

Vida inteligente en las profundidades

En un escenario post-humano, con océanos recuperando protagonismo tras la reducción de la actividad industrial, los pulpos podrían dar un salto evolutivo hacia sociedades más complejas, tal vez a través del aprendizaje social o el desarrollo de una forma rudimentaria de cultura.

Algunas investigaciones en Australia y Nueva Zelanda ya documentan comportamientos grupales en especies como Octopus tetricus. En laboratorios, además, demostraron abrir frascos, resolver laberintos e incluso reconocer a personas.

Su gran limitación, sin embargo, es física: carecen de esqueleto, lo que hace muy difícil la vida fuera del agua. Aun así, Coulson no descarta que, con millones de años de evolución, surjan adaptaciones hoy impensables. Tal como en el pasado los peces dieron origen a los primeros anfibios, la biología siempre encuentra caminos.

¿Una civilización submarina?

La idea de pulpos construyendo estructuras, comunicándose mediante bioluminiscencia o desarrollando tecnologías adaptadas al medio acuático ya no parece pura fantasía. Incluso podrían interactuar con otras especies, aprovechar fuentes de energía geotérmica y generar un conocimiento enraizado en el océano.

Curiosamente, la ciencia ya se inspira en ellos: los avances en robótica blanda, basados en su biomecánica, muestran cómo estos animales ofrecen soluciones tecnológicas. La pregunta es inevitable: ¿y si, en el futuro, fueran ellos quienes se inspiraran en nosotros?

Fecha de publicación: 04/09, 9:48 am