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Innovación sustentable

Son argentinos y crearon una Pyme que transforma botellas de plástico en eco-cabañas

El sistema constructivo no requiere moler ni lavar el plástico post consumo. Se logra un material un 30% más económico que las viviendas convencionales. Cómo lo hacen.

Una Pyme de Córdoba construye eco-cabañas con fardos de botellas de plástico

Lucas Recalde, fundador de 3C Construcciones, se define como un multiemprendedor. Estudió Medicina en la Universidad de Córdoba, vivió en Italia como jugador de rugby y al volver a su provincia se propuso emprender en un campo familiar en las sierras. Su primer proyecto, en 2014, fue crear un tambo y una granja ecológica, en la que empleaba a jóvenes ni-ni (que no estudian ni trabajan); pero no funcionó.

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Una Pyme de Córdoba construye eco-cabañas con fardos de botellas de plástico. (Crédito: 3C Construcciones)

Lejos de darse por vencido, al año siguiente creó un espacio para eventos (tanto sociales como corporativos) en la localidad de Agua de Oro, a 40 kilómetros de Córdoba Capital. Pero había un problema que lo obsesionaba: cada vez más familias, al no tener un empleo digno ni un ingreso formal, vivían de rescatar materiales en un basural a cielo abierto.

“Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés”, fue su premisa; y comenzó a estudiar las propiedades de los fardos de plástico que acopiaban los recicladores. “Se trata de un material liviano, resistente y maleable, que además tiene buena aislación térmica”, concluyó Recalde.

Los fardos de plástico con lo que construyen las eco-cabañas. (Crédito: 3C Construcciones)

Con esta idea, se acercó al CEVE (Centro Experimental de la Vivienda Económica, del Conicet) y a su unidad de vinculación tecnológica AVE (Asociación de la Vivienda Económica). Allí le mostraron prototipos y técnicas constructivas en base a pellets de plástico.

Pero el emprendedor buscaba un material constructivo que no requiriese lavar ni moler los fardos de plástico, ya que las personas que los acopian no tienen cómo hacer estos procesos. Así comenzó a desarrollar bloques con los fardos de plástico, utilizando maderas para enmarcarlos y adobe o cemento para recubrirlos.

Cabañas triple impacto

La primera vivienda construida con este sistema fue una cabaña, con aportes de su propia empresa de eventos, una tía y un subsidio del ministerio de Industria de la provincia. Con este prototipo Recalde probó que tanto los materiales como el sistema constructivo funcionaban y ese fue el germen de 3C Construcciones, una empresa que busca tanto un impacto económico, como social y ambiental en sus proyectos.

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Son argentinos y crearon una Pyme que transforma botellas de plástico en eco-cabañas. (Crédito: 3C Construcciones)

Al basarse en materiales reciclados y locales, los tiempos y costos de construcción se reducen considerablemente. Hoy el costo de construir una eco-cabaña ronda los 600 dólares el metro cuadrado, cuando las construcciones convencionales superan los 1.000 dólares el metro cuadrado. Y el tiempo promedio de obra es de seis meses.
Además, en una cabaña tipo de tres ambientes se usan 1.5 toneladas de plástico post consumo, evitando que vaya a parar a basurales o vertederos. Y a partir de la incorporación de principios de orientación, aislación y eficiencia térmica, estas viviendas consumen hasta un 80% menos de energía en iluminación y climatización.

Pero más que una tecnología para la construcción de viviendas, 3C se basa en tecnologías sociales: “apuntamos a la construcción de las personas, a través del trabajo. Por eso brindamos cursos y capacitamos sobre este sistema constructivo a mujeres jefas de hogar y jóvenes en vulnerabilidad, asociándonos con organizaciones como Las Omas (un grupo de mujeres que se unieron para la autoconstrucción de viviendas)”, comenta.

En 2024 construyeron 15 eco-cabañas, y hoy están planeando junto la empresa B Kazaró, dedicada a servicios de mantenimiento y limpieza, generar un fondo de inversión llamado Molicé para construir viviendas sustentables en distintos puntos del país.

La idea es generar acuerdos tanto con desarrolladores inmobiliarios como con municipios, para la auto-construcción de viviendas eco-sociales.

3C se basa en tecnologías sociales. (Crédito: 3C Construcciones)

Se trata de “una opción para inversores sustentables que genera una rentabilidad del 7 al 10% anual”, señala Recalde. “Las tecnologías socio productivas de carácter comunitario multiplican el rendimiento de la inversión inicial produciendo externalidades positivas que además de ser económicas también son de tipo social y ambiental”, explica.

El primer proyecto bajo este esquema ya está en marcha en Villa Luisina, un barrio cerrado de Housing Sustentable en las afueras de Córdoba capital.

“Por cada peso invertido, en primer lugar, se crea una vivienda que llega a un valor de mercado de $3. Además, se le da una capacitación en oficios a una persona en vulnerabilidad; se ahorra en recolección de residuos y contaminación de plásticos y se evita que algunas personas caigan en la delincuencia ahorrando recursos del sistema judicial, policial y carcelario. De este modo, la inversión en 3C devuelve $10 a la comunidad por cada $1 invertido”, sostiene el emprendedor.

Fecha de publicación: 13/02, 3:35 pm