Se mueve un gigante: el ambicioso plan de Microsoft para reducir su impacto ambiental
La empresa liderada por Satya Nadella tiene como objetivo eliminar sus emisiones de carbono y lograr cero residuos para 2030.
El cambio climático no se ha detenido por la pandemia. Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera se encuentran en niveles récord y continúan aumentando.
Luego de una disminución temporal causada por el aislamiento y la desaceleración económica, se espera que el mundo experimente sus cinco años más cálidos registrados, según el informe Unidos en la Ciencia 2020.
El informe advierte sobre los impactos crecientes e irreversibles del cambio climático, que afecta a los glaciares, los océanos, la naturaleza, las economías y las condiciones de vida de las personas, que se traducen en peligros relacionados con el agua, como la sequía o las inundaciones.
Asimismo, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, todos los años se producen más de 11 mil millones de toneladas de residuos en todo el mundo.
Por lo tanto, emisiones de gases de efecto invernadero y residuos son dos de los mayores desafíos a nivel global.
Desde el sector privado, las compañías han tomado estos desafíos y los han convertidos en metas y objetivos, como Microsoft, que tiene como objetivos para 2030 llegar a cero residuos en las operaciones directas, productos y empaques y eliminar sus emisiones de carbono.
Para ello, desde el 2012 trabajan para reducir sus emisiones y operar de manera neutral alrededor del mundo.
En este camino fueron una de las primeras compañías en implementar un modelo global de tarifas internas de carbono, cobrando a las unidades de negocio una tarifa por el carbono (fundamentalmente a través de electricidad y del aire que circula en el ambiente) e invirtiendo en proyectos y tecnologías de energía sustentable.
Estas cuotas se usan de diversas maneras: algunas están dirigidas a proyectos de eficiencia interna a través de la compañía para manejar las reducciones de emisión de carbono, mientras otras se utilizan para fondear proyectos de energía renovable o Certificados de Energía Renovable.
Al incluir estos certificados en los cálculos, da como resultado que la compañía alimentó el 100% de su consumo de energía con energía renovable desde 2014.
Estrategia de sostenibilidad
“Nos centramos en las áreas donde podemos tener el mayor impacto, que incluyen carbono, ecosistemas, agua y residuos”, explica Marina Bericua, directora de Asuntos Externos, Legales y Públicos de Microsoft Argentina a Economía Sustentable.
Para este trabajo se basan en un enfoque que incluye ciencia, las matemáticas y los datos. Y agrega: “Las matemáticas y los datos pueden ayudarnos a entender el estado de salud de nuestro planeta, incluidas las condiciones de nuestro aire, agua, tierra y el bienestar de la vida salvaje y para ello necesitamos la ayuda de la tecnología que nos permita capturar esta vasta cantidad de datos y convertirla en inteligencia accionable”.
Con el objetivo de disminuir las emisiones, buscar invertir en nuevas tecnologías de reducción y eliminación de carbono. Para ello aportarán mil millones de dólares de su propio capital en un nuevo Fondo de Innovación Climática, para acelerar el desarrollo de las tecnologías de reducción y eliminación de carbono que ayudará a la empresa y al mundo a tener cero emisiones de carbono.
En el siguiente eje, agua, también asumieron el compromiso de ser agua positivos para el año 2030. Diseñaron un plan por el cual reducirán el uso para la producción de energía que se utiliza en las operaciones y repondrán agua en los lugares en los cuales operan y en los que se considera un recurso escaso.
Con respecto a la reducción de paquetes, Bericua informa que están en camino para reducir los plásticos de un solo uso para el empaquetado de productos, cuya lámina de plástico es la que más se usa para el embalaje hoy en día, y planean eliminarla de su negocio para 2025.
“Esto incluye todo el empaquetado de nuestros productos primarios, los bienes de tecnología en nuestros centros de datos, en todas nuestras áreas de negocio”, suma.
Trabajo interno
La estrategia de la compañía se integra de distintas maneras: al interior de la empresa es a través de programas corporativos de residuos que buscan promover la adquisición de hábitos sustentables en la vida diaria y con las oficinas inteligentes que reduzcan el impacto negativo en el medio ambiente.
Desde separación de residuos, hasta todas las áreas sensorizadas que regulen el uso de la luz, el agua, de acuerdo con la luz del día y la zona de la oficina funcionan determinadas luces, etc.
Así, los aprendizajes son sobre prevención de residuos, reutilización de materiales, economía circular y equidad de residuos.
Acciones externas
Al exterior, buscan ayudar a sus clientes a construir soluciones sustentables: “Tratamos de ayudarlos a ser más sostenibles, transformar sus negocios y fabricar sus propias soluciones que cuiden el medio ambiente”.
Desde Microsoft llaman “intensidad tecnológica” a esta inyección de tecnología que comienza a impulsar el crecimiento sustentable alrededor del mundo. Compañías como Ecolab y Ørsted, por ejemplo, mejoran la conservación del agua y la eficiencia de la energía renovable con Microsoft Azure, Internet de las Cosas e inteligencia artificial.
A nivel local realizaron un hackathon junto con AySA para crear soluciones tecnológicas que tenga impacto positivo en la preservación del agua.
En este punto, también, es clave mencionar el programa Global AI for Earth, cuya inversión de 50 millones de dólares y 5 años, aporta toda la ventaja de la tecnología de Microsoft a quienes trabajan para resolver los desafíos ambientales en las áreas del clima, la agricultura, el agua y la conservación de la biodiversidad.
Los apoyos de AI for Earth proporcionan financiación y acceso a los recursos de Microsoft para apoyar proyectos que cambian la forma en que las personas y las organizaciones supervisan, modelan y administran los sistemas naturales de la Tierra.
En Argentina, Ana Liberoff, Natalia Pessacg (CENPAT/CONICET) y Silvia Flaherty (Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco) son tres científicas que viven en Puerto Madryn y que durante casi dos años utilizaron inteligencia artificial y redes neuronales con el propósito de crear mapas de uso y cobertura del suelo para el Valle Inferior del Río Chubut, a partir de imágenes satelitales, para contribuir a la conservación y gestión del agua.
Desafíos de la economía circular
“Uno de los desafíos más importantes que vemos a mediano y largo plazo tiene que ver con los desechos tecnológicos y, también, los consumos energéticos que necesitan los centros de datos para funcionar”, resalta Bericua .
Actualmente, las tecnologías basadas en la nube constituyen la base de las sociedades y como resultado, la huella generada en los centros de datos y los 3 millones de servidores y hardware vinculados que la alimentan van en aumento.
Como respuesta, desde Microsoft están avanzando sobre la nube circular, que buscan extender el ciclo de vida de los servidores y minimizar la cantidad de residuos que generan.
Dentro de este plan, para reducir estos desperdicios, redistribuirán y reciclarán los viejos dispositivos a través de nuevos Centros Circulares de Microsoft, que se ubicarán primero en los nuevos campus o en las regiones principales de centros de datos.
De la mano de técnicas de aprendizaje automático, se procesarán servidores y hardware que se saquen de circulación en esa sede. Se clasificarán las piezas que pueden ser reutilizadas y redistribuidas dentro de la compañía, con los clientes o serán vendidas a otras organizaciones.
“Esperamos que los Centros Circulares de Microsoft aumenten la reutilización de los servidores y componentes hasta en un 90% antes de 2025”, finaliza la directora.