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¿Se despiden de los cigarrillos?: tabacaleras se reinventan para sostener sus negocios

Realizan estudios para comprender los hábitos y reemplazar los cigarrillos con alternativas para reducir el impacto en la salud y el medio ambiente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), habrá más de 1.000 millones de fumadores para el 2025. Con los datos actuales de población, representarían cerca del 15% de los habitantes de todo el mundo.

Semejante cifra lleva al organismo a recomendar dejar de consumir este tipo de productos, abandonar el hábito de fumar para ayudar a mejorar la salud de la población y del medio ambiente.

Más en la actualidad, la pandemia del Covid-19 coloca a los fumadores como uno de los grupos de riesgo y con mayor posibilidad de contagiarse el virus.

“Es probable que los fumadores de tabaco (cigarrillos, pipas de agua, bidis, cigarros y productos de tabaco calentado) sean más vulnerables al Covid- 19, ya que el acto de fumar supone arrimar los dedos a los labios, lo que aumenta la posibilidad de transmisión del virus de la mano a la boca”, asegura la OMS en uno de sus últimos informes.

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Además, como fumar reduce la capacidad respiratoria, el hábito conlleva un mayor riesgo de sufrir afecciones pulmonares que le dificultará a un fumador contagiado poder luchar contra el coronavirus.

“Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la Covid-19”, agrega el documento de la ONU.

¿Qué piensan las tabacaleras?

En este contexto sanitario adverso para los fumadores y sumando los problemas operativos que vienen atravesando por las medidas económicas tomadas para combatir la pandemia, las principales tabacaleras del país ponen en marcha estrategias de negocios que les permitan alcanzar mejores estándares de sustentabilidad del medio ambiente.

Además, realizan estudios de conducta para comprender los hábitos de los fumadores, con la esperanza de evitar regulaciones más estrictas a las que ya deben adaptar sus operaciones locales y a la espera de la llamada “nueva realidad” post coronavirus.

Los planes de Massalin Particulares (MP), controlada por la norteamericana Philips Morris; y de la filial local de British American Tobacco (BAT) anteriormente denominada Nobleza Piccardo, se basan en tres objetivos.

El primero es alcanzar una menor emisión de dióxido de carbono. El segundo, reducir el consumo de electricidad y agua, y el tercero llegar a una utilización total de energías renovables en un proceso gradual que se extenderá por los próximos 10 años.

Estrategias que incluso abarcan la posibilidad de reemplazar los cigarrillos con alternativas menos dañinas para reducir el impacto negativo de los productos fabricados por Massalin y BAT en la salud de sus consumidores.

Ambas firmas buscan contribuir a reducir el daño en la salud a partir de la investigación, desarrollo y promoción de una gama de productos de tabaco y nicotina “innovadores” para que los consumidores puedan tener una elección de alternativas de menor riesgo a los cigarrillos regulares.

También, reducir los impactos ambientales del cultivo de tabaco; fabricar con bajas emisiones de carbono; encarar un diseño ecológico de los cigarrillos y de los programas de reciclaje.

Otro objetivo se basa en mantener los programas de neutralidad de carbono en las operaciones y programas de combustibles de curado renovables en la cadena de suministro de hojas de tabaco para mitigar el riesgo del cambio climático.

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A esto se le agrega la necesidad de gestionar de forma sostenible la cadena de suministro y promover buenas prácticas agrícolas para mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria de los agricultores.

“Nuestro compromiso es siempre el de mejorar constantemente las actividades del negocio para alcanzar los estándares más altos de sustentabilidad medioambiental”, aseguran en Massalin Particulares, la líder del sector con más del 75% del market share.

Para lograrlo, la compañía trabaja en colaboración con productores de tabaco, proveedores, vendedores, ONGs, y entidades públicas para lograr este año un 30% de reducción de las emisiones de dióxido de carbono en todas sus operaciones; el 40% de reducción de consumo de energía y agua para el 2022 y alcanzar una utilización total de energías renovables para el 2030.

En su planta bonaerense de Merlo ya logró reemplazar el 8% de la energía convencional por renovable. Adicionalmente, adquirió certificados globales de energía renovable (iREC), equivalentes al 100% de la energía eléctrica consumida durante el 2019, lo que conlleva un ahorro de alrededor del 50% en las emisiones de dióxido de carbono generadas.

A esto le suma que entre el 2018 y el año pasado, bajó un 15% el consumo de energía (térmica y eléctrica) mediante mejoras como la reducción de presión en la generación de vapor para el proceso productivo.

En el mismo lapso de tiempo, logró también reducir un 12% el consumo de agua y recertifico el estándar internacional de gestión ambiental ISO 14001.

“Este año, seguiremos trabajando e invirtiendo en nueva tecnología y proyectos para poder alcanzar los targets globales para 2022 y profundizaremos iniciativas que ya llevamos adelante con nuestros equipos de trabajo, como la separación de residuos orgánicos para transformarlos en compost en la planta y oficinas”, agregan desde Massalin Particulares.

La estrategia de BAT

Por su parte, desde BAT consideran a la sustentabilidad como “un pilar fundamental” de la estrategia de su negocio y explican que las políticas de medio ambiente se trabajan con indicadores con objetivo anual.

De este modo, en la compañía miden la energía eléctrica y gas natural consumidos; la generación de residuos (comunes, peligrosos, patogénicos, reciclables); el agua consumida y reciclada; el combustible consumido por flota y kilómetros recorridos por camiones que entregan mercadería o traen materiales (huella de CO2).

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“Durante el 2019 logramos que la mitad de la energía utilizada en fábrica sea renovable, mientras que en las oficinas, es el tercer año consecutivo que se baja el consumo eléctrico, y en fábrica, la generación de residuos peligrosos”, argumentan desde la empresa cuya planta se encuentra ubicada en el Parque Industrial de Pilar.

En dicho establecimiento, se superaron los objetivos propuestos a excepción del agua que es el foco de trabajo para este año, junto al uso de energías renovables y una mayor conciencia de reciclado en los centros de distribución del interior del país.

En BAT también recuerdan que en el 2007 empezaron a desarrollar la agenda de sustentabilidad; en el 2014, perfeccionaron el enfoque con el desarrollo del nuevo programa centrado en tres áreas claves de compromiso.

“De esta forma, la sustentabilidad pasó formalmente a ser parte de nuestra estrategia corporativa junto al crecimiento, la productividad y una organización ganadora”, sostienen.

En el caso del desarrollo de una agricultura sustentable, al igual que Massalin, trabajan directamente con 100.000 agricultores en el largo plazo para lograr seguridad en el abastecimiento de tabaco, y al mismo tiempo, promover altos estándares que ayudan a generar un impacto social y medioambiental positivo.

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Fecha de publicación: 19/08, 7:20 am