Repsol ajusta sus resultados para ser compañía cero emisiones netas en 2050
La compañía ha asumido unos nuevos escenarios de precios del crudo y el gas consistentes con los objetivos climáticos del Acuerdo de París.
Repsol se ha puesto en orden para el futuro verde hacia el que se encamina, aunque eso le haya provocado unas pérdidas de más de 3.800 millones de euros en 2019. El objetivo en 2050 es reducir totalmente las emisiones de CO2, pero el futuro inmediato ahora es 2025: hasta ese año llega el plan estratégico que ultima Josu Jon Imaz y que presentará en mayo, informó Economía Digital.
El consejero delegado de la energética ha destapado ante los inversores y analistas las líneas estratégicas del que será su plan estratégico 2020-2025. Podría resumirse en menos carbono, pues el objetivo para dentro de cinco años es una reducción del 10%; menos países —Imaz ha anunciado que reducirán perímetro— y más dividendo, reforzando el foco en el accionista y su remuneración.
Imaz ha explicado que en 2025, Repsol se basará en tres grandes áreas de negocio que deben tener un peso similar: upstream —producción de petróleo—, downstream —refino y química— y una área de negocio que ha llamado customer centric multi-energy. Esta última área agrupa todos los negocios comerciales de luz y gas, pero también de lubricantes y de movilidad.
Para llegar a que esta nueva área estratégica tenga el mismo peso que las otras dos, las clásicas de una compañía petrolera, tiene que crecer con mucha fuerza: actualmente el upstream y el downstream suponen prácticamente el 100% de los ingresos y ebitda de Repsol.
El grueso del crecimiento tiene que venir por la generación y comercialización de electricidad y gas. La compañía superó en diciembre el millón de clientes minoristas en la filial que creó tras comprar el negocio de Viesgo.
Por lo que respecta al negocio de producción (upstream), Imaz dio dos pinceladas de lo que serán los próximos años de la compañía, pero bastante claras de por dónde irán los tiros. Habló de generación de cash gracias a mayores eficiencias y a una reducción del número de países en los que explotarán y producirán.
En el downstream, anunció acciones para reducir la huella de carbono y el objetivo de crecer entre 4.000 y 5.000 megavatios anuales de capacidad de generación renovable. Repsol tiene varios proyectos de generación fotovoltaica y eólica en España, y también de eólica marina en aguas del Atlántico. Ahora se plantea seguir creciendo tanto a nivel nacional como internacional, explicó Imaz.
El plan estratégico 2020-2025 de Repsol también incluirá alicientes para los accionistas e inversores. Al presentar los resultados de 2019 ya ha anunciado un incremento del dividendo para este año. De cara al próximo lustro, sin un objetivo todavía marcado en cifras —habrá que esperar al 5 de mayo—, el consejero delegado de la energética sí que ha adelantado que tendrán una política de dividendos estables con opción de incrementos adicionales.
Repsol ha renovado en varias ocasiones su estrategia en los últimos años como consecuencia de los cambios en el sector y los vaivenes del precio del crudo. En el plan 2016-2020, se conjuró para ser rentable con petróleo barato, por lo que primaron las eficiencias.
Una rápida aplicación de dichas eficiencias y la mejora de la cotización del Brent llevaron a la empresa a lanzar el plan 2018-2022 centrado ya en el crecimiento, con la gran novedad de la entrada en el sector de la luz y el gas.
Ahora, de nuevo los cambios en el sector, la apuesta por las energías limpias, han llevado a Repsol a adelantar su nuevo plan estratégico. En el 2020-2025 el crecimiento inorgánico pasa de nuevo a un segundo plano y se pone más el foco en el accionista. Imaz explicó que no se cierran las puertas a operaciones, pero si no identifican oportunidades de crecimiento, ese dinero se destinará a más dividendo.