Qué es la refrigeración sostenible y por qué puede ser clave para frenar el cambio climático
Con las olas de calor cada vez más intensas, la ONU impulsa un modelo de enfriamiento más eficiente y menos contaminante. Cómo funciona.
Con el aumento de las olas de calor y la creciente demanda de refrigeración, en distintos países del mundo ya se habla de la refrigeración sostenible como una solución “verde”, de bajo consumo y basada en tecnologías híbridas, que permitiría reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), esta tendencia también podría generar ahorros billonarios y garantizar el acceso a sistemas de enfriamiento esenciales para las comunidades más vulnerables.
¿Qué es la refrigeración sostenible?
La refrigeración sostenible busca satisfacer las necesidades de enfriamiento —ya sea en hogares, hospitales, industrias o transporte— sin comprometer el medioambiente ni agravar la crisis climática. Implica una combinación de tecnologías limpias, refrigerantes con bajo potencial de calentamiento global, eficiencia energética y soluciones pasivas, como el aislamiento térmico o la ventilación natural.
El objetivo no solo es reducir el impacto ambiental de los sistemas de refrigeración actuales, sino también garantizar que las poblaciones más vulnerables tengan acceso a un “enfriamiento limpio”, fundamental para conservar alimentos, medicamentos y proteger la salud frente a las olas de calor extremas.
¿Una solución sostenible?
El informe Global Cooling Watch 2025, presentado durante la Conferencia sobre Cambio Climático (COP30) en Belém, Brasil, advierte que la demanda mundial de refrigeración podría triplicarse para 2050 si se mantiene la tendencia actual, impulsada por el crecimiento poblacional, el aumento de ingresos, la intensificación de las olas de calor y la expansión de sistemas ineficientes y contaminantes.
De no cambiar el rumbo, “las emisiones derivadas de la refrigeración alcanzarían 7.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero para 2050, casi el doble de los niveles de 2022, ejerciendo además una fuerte presión sobre las redes eléctricas”, alertó la ONU.

El estudio propone una Ruta de Refrigeración Sostenible, capaz de reducir las emisiones un 64%, hasta 2.600 millones de toneladas, en comparación con los niveles proyectados. Si se combina con la descarbonización acelerada del sector eléctrico, la reducción podría llegar al 97%.
“A medida que las olas de calor se vuelven más frecuentes y extremas, el acceso a la refrigeración debe considerarse una infraestructura esencial, al igual que el agua, la energía y el saneamiento”, sostuvo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
“La crisis del calor no se puede resolver con aire acondicionado; se necesitan soluciones eficientes que protejan a las personas, las cadenas alimentarias y las economías”, agregó.
Según el informe, casi dos tercios de las reducciones de emisiones podrían lograrse mediante soluciones pasivas y de bajo consumo, claves para garantizar el acceso a refrigeración a 3.000 millones de personas adicionales para 2050. Su adopción podría generar ahorros de hasta 43 billones de dólares en costos energéticos e inversiones en infraestructura eléctrica.















