Nuevas fibras, inteligencia artificial y cuidado de la salud: todo sobre la “nueva generación” de ropa que promete transformar la industria
Ningún objeto hecho por el ser humano es más omnipresente o está expuesto a datos más vitales que la ropa que la gente usa a diario.
Vestir con “ropa inteligente”, que pueda monitorizar continuamente la temperatura, la frecuencia cardíaca y otros signos vitales, es una realidad más cercana que lo imaginado. Un grupo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha analizado el desarrollo espectacular que tuvo este tipo de tecnología en el último tiempo.
En un artículo publicado en la en la revista ‘Matter’, los miembros del grupo de investigación Fibers@MIT han establecido una visión detallada de cómo el campo de las fibras y tejidos avanzados, que se encuentra en rápido crecimiento, podría transformar muchos aspectos de la vida.
Este equipo se encuentra desarrollando fibras y tejidos con propiedades computacionales avanzadas y que, aparte de “vigilar” el estado físico del usuario, pueden advertir, de manera temprana, de posibles enfermedades u otros problemas de salud.
Según Gabriel Loke miembro del grupo de investigación Fibers@MIT, explica que este tipo de “ropa inteligente” podría servir para detectar pandemias con antelación. “¿Qué pasaría si tuvieras una manera de acceder a tus signos vitales de forma continua? Ningún objeto hecho por el ser humano es más omnipresente o está expuesto a datos más vitales que la ropa que todos usamos. ¿No sería genial si pudiéramos enseñar a nuestras telas a sentir, almacenar, analizar, extraer y comunicar esta información potencialmente útil?”, se preguntó Loke.
Avance rápido
Bajo su perspectiva, las capacidades de una sola hebra de fibra avanzarán rápidamente con el tiempo a través de nuevos diseños de materiales y enfoques de fabricación de fibra escalables.
Posteriormente, hay que realizar un ensamblaje sinérgico de estas fibras en una tela posicionada de forma única para capturar, almacenar y procesar grandes cantidades de datos liberados por nuestros cuerpos.
Una vez hecho esto, se deben desarrollar tejidos artificialmente inteligentes, donde algoritmos de aprendizaje automático, especialmente diseñados y programados en los tejidos, puedan descubrir y obtener nuevas perspectivas sobre patrones corporales ocultos. Finalmente, esos tejidos se convierten en plataformas sofisticadas para servicios de valor añadido que atienden a una gran población.
Según los investigadores, en este proceso es clave que las fibras estén compuestas de múltiples materiales, dispuestos con precisión dentro de una sola sección transversal de fibra para producir dispositivos de diversas funcionalidades y ser más sustentables.
El campo de las fibras multimateriales es joven, en relación con el de la tecnología de película delgada para dispositivos de microchip, pero ahora se está observando un gran crecimiento en el número de funciones que una fibra puede exhibir.
Por ejemplo, en los últimos años, el método de fabricación llamado dibujo de fibra térmica ha dado lugar a una variedad de combinaciones de materiales y funciones, como la monitorización de la frecuencia cardíaca y la comunicación óptica.
Oportunidades de negocio
Según Loke, al igual que ha ocurrido con la evolución de la informática personal, hay grandes oportunidades para nuevas empresas en este espacio.
“Anticipo que las fibras ingresaran en el mundo digital, con una puerta de entrada y salida, como tienen los ordenadores modernos, que representa el primero de muchos pasos hacia el logro de capacidades informáticas completas en fibras y tejidos”, afirmó el investigador.
Para esta “ropa inteligente”, el paso más significativo a corto plazo será el desarrollo de arquitecturas de tela que permitan que las fibras se comuniquen entre sí conservando las cualidades convencionales de los tejidos y, después, la recopilación de enormes cantidades de datos del cuerpo para alimentar a la inteligencia artificial.
Por ello, según Loke, “es necesario que los sensores en las telas no tengan costuras y sean los más resistentes posible para que puedan ser usados durante tiempo prolongado” y que se haga un gran trabajo para “mejorar la flexibilidad, la facilidad de lavado y los requisitos de potencia de los sensores de la fibra“.