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Transición energética

La principal comercializadora de energía renovable local sale a exportar aceite “made in fast food”

La empresa comenzó a vender al exterior insumos para biocombustibles líquidos producidos a partir de desechos o derivados de otros procesos productivos. Cómo lo hizo.

Los biocombustibles reúnen a todos los combustibles que se producen a partir de materias orgánicas renovables y, en los últimos años, han logrado obtener un rol relevante en la transición energética de la Argentina, si se tiene en cuenta que son una alternativa a los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas, cuyo uso excesivo ha desatado una crisis climática a escala global.

En el mercado local, se trata de un sector que ha experimentado a lo largo de la última década un notable desarrollo, logrando posicionarse como uno de los principales productores en el mundo y permitiendo la diversificación de la matriz energética mediante el uso de combustibles limpios.

La principal comercializadora de energía renovable local sale a exportar aceite “made in fast food”.

Si bien esa diversificación es aún muy limitada, su utilización constituye un gran aporte al ambiente, las economías regionales y el abastecimiento de combustibles.

Pero la selección de las materias primas adecuadas para producir biocombustibles se ha convertido en una herramienta que los expertos consideran como “crucial” para lograr una producción adecuada ya que influye directamente en la eficiencia, la sostenibilidad y la rentabilidad del proceso.

Algunos factores que se consideran a la hora de elegir estas materias primas pasan por el contenido energético por unidad o masa; la disponibilidad y accesibilidad en grandes cantidades para minimizar los costos de transporte y la huella de carbono y un alto rendimiento por unidad de superficie de tierra para maximizar la producción sin competir con los cultivos alimentarios ni invadir tierras agrícolas.

Del mismo modo se consideran las tasas de crecimiento; la selección de materias primas que no compitan con la producción de alimentos ni provoquen deforestación; que tengan bajos requerimientos de agua y nutrientes para minimizar el impacto ambiental y los costos de producción y que se adecuen a las condiciones climáticas locales para garantizar rendimientos consistentes y reducir la necesidad de insumos artificiales.

Menos impacto sobre la biodiversidad

Otra condición importante es la evaluación del impacto ambiental del cultivo de materia prima, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso del agua y los posibles impactos sobre la biodiversidad, así como la demanda del mercado de biocombustibles derivados de diferentes materias primas para garantizar un modelo de negocio sostenible y rentable.

En este contexto, en la Argentina la materia prima o feedstocks para biocombustibles que varias empresas se encuentran desarrollando son principalmente de origen 100% vegetal, como aceites de girasol, maíz, soja o mezclas.

En la Argentina la materia prima o feedstocks para biocombustibles que varias empresas se encuentran desarrollando son principalmente de origen 100% vegetal, como aceites de girasol, maíz, soja o mezclas.

Por regulaciones de los diferentes mercados, pueden ser de primera generación (virgen) o segunda generación (recuperados) pero como la mayoría de esas empresas apuntan a ingresar a Europa, sólo buscan exportar materias primas que que no compiten con la alimentación para no violar las normas de esa región.

A partir de esta premisa, hay compañías que ya recuperan productos de procesos industriales en provincias como Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba, si bien existen plantas procesadoras a lo largo de todo el país.

Aceite usado

Otra fuente importante de provisión de materias primas llega desde la recolección de aceites usados tanto a nivel doméstico como gastronómico, donde diferentes empresas cuentan con una red logística diseñada para recolectar y tratar el aceite usado de cocina (“UCO” por sus siglas en inglés: “Used Cooked Oil”).

Se trata de insumos que se obtienen principalmente de grandes cadenas de comida rápida con las que las empresas coordinan el retiro del producto; levantan el aceite y lo transportan a una planta donde se encara un proceso de filtración.

Luego se utilizan en las refinerías para iniciar otro proceso industrial, donde se le agrega valor que sirve para dos biocombustibles.

La principal comercializadora de energía renovable local comenzó a vender al exterior insumos para biocombustibles líquidos producidos a partir de desechos o derivados de otros procesos productivos

Un caso es el SAF, pensado para el combustible de aviación, y el HVO, o también el aceite vegetal hidrotratado, que se produce a partir de aceites vegetales, grasas animales o residuos y se ofrece como una alternativa más limpia al diésel fósil, con la capacidad de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y que podría también reemplazar el diésel en el transporte urbano.

Las empresas compradoras de estos insumos son principalmente petroleras y refinerías que elaboran biocombustibles a escala como parte del proceso de sustitución de combustibles fósiles en línea con La Directiva de Energías Renovables II (RED II), marco clave de la Unión Europea (UE) que fue diseñado para promover el uso de energías renovables y contribuir a los objetivos de descarbonización establecidos en el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo para alcanzar la neutralidad climática para 2050, reduciendo al menos un 55% de las emisiones para 2030 respecto a los niveles de 1990.

El negocio del “feedstock”

Además de estos usos, hay otros potenciales para el mercado como el caso de los bioenergéticos, que cuenta con un gran potencial de expansión que permite pensar en una mejor utilización y eficiencia en el uso de las materias primas disponibles.

Ocurre que, tanto los feedstocks como la biomasa son fuentes de energía que toman mayor preponderancia con el correr de los años apalancados por el avance de las tecnologías aplicadas en plantas de última generación que buscan optimizar rendimientos y desarrollar nuevos tipos de combustibles sustentables, sostenibles y escalables.

En este contexto, las proyecciones de crecimiento para ese mercado en el exterior son de un fuerte crecimiento impulsado por el lado de la demanda en el marco del proceso de transición energética y del creciente desarrollo en transporte.

Los expertos en esta materia consideran que la aparición de combustibles como SAF, HVO e hidrógeno verde impulsan esos requerimientos, no solo en Europa y Estados Unidos, sino también en otros países como Indonesia, Malasia, India y Brasil que ya comunicaron ambiciosos objetivos de consumo interno de bioenergías, aumentando las tasas de corte de sus combustibles fósiles que actualmente rondan en un 10% al 35% de biocombustibles.

País con condiciones óptimas

De acuerdo a los expertos, Argentina está en una buena posición para abastecer diferentes mercados internacionales si es que se consigue la simplificación, normalización y búsqueda de competitividad para que estas exportaciones ganen escala y se logra revertir la visión internacional sobre Argentina como un origen ineficiente por sus elevados costos operativos, imprevisible y en consecuencia poco atractivo.

El desafío, señalan los empresarios de este sector, está puesto en recuperar la competitividad y la confianza del mercado internacional, a partir de procesos claros, sencillos y eficientes, de previsibilidad y fomentando los acuerdos de libre comercio que permitan competir en condiciones similares a otros países de la región.

Se debe tener en cuenta además que el potencial local es sumamente importante, ya que Argentina es un país productor-exportador de una gran cantidad de materias primas, productos agrícolas y energías.

Para ello, se recomienda hacer foco en la correcta utilización de los diversos recursos naturales, potenciar el campo y las plantas industriales para estar en condiciones de tomar cada una de las oportunidades que se van a presentar en los próximos años.

Se reclama además comprender que la transición energética es una realidad que evoluciona a diario, abriendo más y más oportunidades para quienes estén listos para tomarlas en un mercado como el de las bioenergías que registra un crecimiento exponencial por la entrada en producción de nuevas plantas en Europa que necesitan abastecer con feedstocks para cumplir con las metas de descarbonización para el 2030.

Exportar UCO

En ese marco, la empresa SAESA abrió un nuevo negocio internacional a partir de la exportación de este tipo de materia prima que sirve para la exportación de este tipo de biocombustible con la intención de bajar el consumo de combustibles fósiles.

Se trata de los elaborados mediante aceites recuperados o, con algún tipo de refinación que provienen de algún proceso industrial o un uso principal.

La empresa SAESA abrió un nuevo negocio internacional a partir de la exportación de este tipo de materia prima que sirve para la exportación de este tipo de biocombustible.

El ejemplo más sencillo es un producto cuyo nombre más conocido es el UCO, que por las siglas en inglés es el Used Cooking Oil, que básicamente es el aceite usado de cocina para freír que después de varios usos es tirado a la basura.

Se lo califica como un componente importante y de los más limpios como materia prima para producir biocombustibles.

Protagonista del MATER

Así lo entienden los ejecutivos de SAESA, empresa referente para industrias y generadores como agregador de oferta y demanda y que desde 2019 abastece de energía renovable a industrias de distintas actividades en distintas provincias.

Actualmente es considerada como la principal comercializadora de energía renovable de Argentina a través del llamado Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable (MATER), en donde se negocia la compra y venta de este tipo de energía entre privados.

Los clientes de SAESA son empresas comprometidas con el medio ambiente, que buscan reducir la huella de carbono y los gases del efecto invernadero (GEI) que se genera a partir del proceso productivo, al mismo tiempo que cumplen con los altos requerimientos medioambientales que requieren sus proveedores.

SAESA abastece de energía renovable a industrias de distintas actividades en distintas provincias.

Actualmente, ofrece contratos en firme, con plazos entre uno y 15 años, equivalentes a un porcentaje del consumo del llamado Gran Usuario y un sendero de precios competitivo frente al costo de la energía convencional.

Es decir, SAESA diseña, financia e instala proyectos de autogeneración.y ayuda a optimizar el abastecimiento eléctrico de las empresas y dar previsibilidad al costo de energía para los próximos 20 años.

Además, la empresa ya superó las 1.000 toneladas en exportaciones bio energéticas argentinas a Europa y acaba de cerrar varios acuerdos para la venta al exterior de insumos para biocombustibles líquidos.

Se trata de acuerdos para exportar oleínas y ácidos grasos para abastecer al mercado internacional con feedstocks para cumplir con las metas de descarbonización.

Es decir, desechos o derivados de otros procesos productivos, que no compiten con alimentos y por tanto no generan huella de carbono y que cumplen con los más altos estándares de trazabilidad y sostenibilidad establecidos por la RED II de la Unión Europea ya que la empresa cuenta con la certificación ISCC que habilita a comercializarlos.

Capitalizar trayectoria

Los productos a exportar provienen de Aceite Técnico de Maíz (TCO por sus siglas en inglés); Oleinas (AO); Aceite Usado de Cocina (UCO) y Lodos de Depuración (SS), que se venderán en Chile, Holanda, España y Portugal.

Al respecto, Marcos Renard, responsable de la oficina europea de SAESA ubicada en Madrid, explica que la incipiente entrada de la cosecha gruesa, “debería generar mayor disponibilidad de oleínas, no sólo en volumen sino también de otros insumos que el país produce y que Europa demanda”.

El ejecutivo admite que desde SAESA aspiran también a sumar en los próximos meses proveedores desde otros países como Brasil, Colombia y Perú, teniendo en cuenta que la originación desde Sudamérica “tiene mucho camino por recorrer, y SAESA pretende capitalizar su trayectoria nacional e internacional para forjar acuerdos de largo plazo que contribuyan con su desarrollo”.

Advanced feedstocks son los que tienen algún tipo de proceso y por ende menor acidez. Que permite que entren más fácil en las plantas para producción de SAF/HVO. Serían: TCO, ARE, TER. Con parámetros simil UCO.

En el mismo sentido, Juan Bosch, presidente de SAESA, señala que la compañía trabaja en distintas opciones de biomasa, otro recurso enorme de Argentina y de Sudamérica.

“El desafío en este caso es logístico y llevará más tiempo, pero el apetito en Europa es alto y SAESA ya firmó acuerdos con empresas de primer nivel para desarrollar oportunidades”, agregó.

Para Bosch, “la región tiene una oportunidad muy grande para abastecer al mundo de fuentes de energía, lo cual se observa nítidamente con el crecimiento de la producción y las exportaciones de petróleo y gas que desde 2024 viene en aumento sostenido”.

El número uno de la compañía entiende que el proyecto le permite a SAESA “dar un nuevo paso en su expansión internacional que comenzó en el 2021 cuando puso un pie en Brasil con la compra de la Central Térmica Uruguaiana, y sigue trabajando con la exportación de gas natural argentino a ese país”.

En esa línea, la firma avanzó con la apertura de una oficina propia en España desde la que, a partir de este 2025, se coordinan las primeras exportaciones de bioenergía desde Argentina a terceros países de la región y a Europa.

Fecha de publicación: 23/05, 9:35 am