La NASA revela que más espacios verdes pueden reducir el calor urbano
Utilizando datos satelitales, estos espacios se presentan como una solución fundamental para refrescar el ambiente y ofrecer alivio.
Un reciente estudio publicado en Nature Communications, basado en datos satelitales de la NASA, reveló una importante desigualdad climática: las ciudades del Sur Global tienen menos espacios verdes y, por lo tanto, una menor capacidad de refrigeración, en comparación con las del Norte Global. El estudio utiliza los términos «Norte Global» y «Sur Global» para diferenciar entre los países desarrollados (en su mayoría en el hemisferio norte) y los países en desarrollo (principalmente en el hemisferio sur).
El cambio climático no solo está alterando las temperaturas globales, sino también agudizando las desigualdades entre regiones. Las ciudades del Sur Global, que ya enfrentan climas más cálidos y economías más débiles, son especialmente vulnerables a los extremos de calor.
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Debido a sus materiales de construcción y estructuras, las ciudades suelen ser más cálidas que las áreas rurales circundantes. Este fenómeno, conocido como isla de calor urbana, ocurre cuando superficies como calles, edificios y aceras absorben y retienen el calor del Sol, elevando las temperaturas locales.
Este fenómeno no solo afecta la comodidad, sino que también puede provocar estrés térmico, deshidratación e incluso problemas de salud graves. Aquí es donde los espacios verdes urbanos juegan un papel clave: árboles, parques y jardines no solo brindan sombra, sino que también enfrían el aire al liberar humedad, ayudando a reducir la temperatura.
El estudio destaca que, lamentablemente, no todas las ciudades tienen un acceso equitativo a estos beneficios. Mientras que las ciudades del Norte Global disfrutan de una capacidad de enfriamiento promedio de 3,6 °C gracias a su vegetación urbana, las ciudades del Sur Global apenas alcanzan los 2,5 °C.
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Un equipo internacional dirigido por Yuxiang Li, de la Universidad de Nanjing, analizó 500 grandes ciudades de todo el mundo utilizando imágenes satelitales del Landsat 8, un proyecto conjunto entre la NASA y el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Para evaluar la capacidad de enfriamiento de cada ciudad, midieron la temperatura promedio de la superficie terrestre durante los meses más calurosos y calcularon la cantidad de vegetación mediante el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), que, al basarse en cómo las plantas reflejan ciertas longitudes de onda de luz, permite mapear la densidad y salud de la vegetación.
Los resultados son reveladores: las ciudades del Sur Global cuentan con solo el 70% de la capacidad de enfriamiento proporcionada por la vegetación en comparación con las del Norte Global. En promedio, los espacios verdes en las ciudades del Sur reducen las temperaturas en 2,5 °C, mientras que en las del Norte Global logran reducirlas hasta 3,6 °C.
Esta desigualdad se agrava porque muchas ciudades del Sur Global están situadas cerca del ecuador, donde se prevé que las olas de calor sean más frecuentes e intensas en las próximas décadas. Además, en estas regiones, el acceso al aire acondicionado es limitado y los cortes de electricidad son más comunes, lo que deja a las poblaciones más vulnerables a los riesgos de temperaturas extremas.
Por qué hay menos espacios verdes en el Sur Global
Las ciudades del Sur Global suelen tener menos espacios verdes debido a limitaciones económicas y de planificación urbana. Este patrón también se refleja dentro de las propias ciudades, donde los barrios más acomodados cuentan con más árboles y parques que las áreas más empobrecidas, lo que se conoce como el “efecto del lujo”.
Esta desigualdad no solo se da entre regiones del mundo, sino también dentro de las propias ciudades. En muchas de ellas, los barrios de mayores ingresos disponen de más áreas verdes, mientras que los sectores más pobres, con acceso limitado a estos espacios, sufren las consecuencias del calor extremo de manera más intensiva.
La ciudad con el peor desempeño en el estudio, Mogadiscio (Somalia), enfrenta un reto particular: su clima seco limita el crecimiento de la vegetación, reduciendo aún más su capacidad de enfriamiento. Por el contrario, Charlotte (Carolina del Norte, Estados Unidos), la ciudad con el mejor desempeño, demuestra cómo una planificación urbana adecuada puede marcar una gran diferencia.
Soluciones verdes y sostenibles
A pesar de estas disparidades, el estudio destaca que cada ciudad tiene la capacidad de mejorar su refrigeración al aumentar tanto la cantidad como la calidad de sus espacios verdes. Los investigadores calcularon que, con la implementación de estrategias verdes de manera sistemática, las ciudades podrían reducir sus temperaturas en hasta 10 °C.
Christian Braneon, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, subrayó que la efectividad de estas soluciones depende del clima y las características particulares de cada ciudad. Por ejemplo, las ciudades con baja densidad poblacional en Estados Unidos y Canadá suelen tener más espacios verdes, pero enfrentan retos como la alta dependencia del automóvil y la ineficiencia de las viviendas.
En las regiones en desarrollo, donde aún existen áreas urbanas por construir, surge una oportunidad para planificar ciudades más resilientes y sostenibles. Gracias a los datos satelitales y estudios globales, los urbanistas pueden comparar estrategias de ciudades similares y adaptar soluciones a sus contextos locales.