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Estudio

La NASA descubrió posibles océanos ocultos en Urano y Neptuno

Estudios recientes identificaron características desconocidas en gigantes helados, aportando datos clave sobre estructuras internas.

Urano y Neptuno, los gigantes helados del sistema solar, fascinaron a la comunidad científica durante décadas debido a sus composiciones inusuales y sus enigmáticos campos magnéticos. Investigaciones recientes lideradas por el científico planetario Burkhard Militzer, de la Universidad de California en Berkeley, señalaron la posible existencia de vastas capas de agua en estado supercrítico bajo sus atmósferas, lo que transforma la visión actual sobre estos planetas.

Según simulaciones computacionales avanzadas, estas capas de agua podrían tener hasta 8.000 kilómetros de espesor y formarse bajo presiones extremas, unas 60.000 veces superiores a las de la atmósfera terrestre. Este descubrimiento, respaldado por datos previos de la sonda Voyager 2, no solo podría explicar los campos magnéticos asimétricos de Urano y Neptuno, sino también ofrecer pistas sobre la formación de planetas similares en otros sistemas estelares.

La NASA descubrió posibles océanos ocultos en Urano y Neptuno

La NASA, a través de su misión Uranus Orbiter and Probe, tiene planes de futuras expediciones para explorar las capas internas de estos planetas y sus lunas. Estas misiones no solo podrían confirmar las teorías actuales, sino también abrir nuevas áreas de investigación sobre la posibilidad de entornos habitables más allá de la Tierra.

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Cómo se descubrieron los posibles océanos en Urano y Neptuno

Las simulaciones que sugieren la existencia de estos océanos fueron realizadas utilizando aprendizaje automático, lo que permitió modelar las interacciones atómicas bajo las extremas condiciones de presión y temperatura de estos planetas. Los resultados mostraron que el agua se separa de hidrocarburos como el metano y el amoníaco, formando estructuras internas estratificadas. Este fenómeno coincide con los datos gravitacionales recopilados por la sonda Voyager 2 en los años ochenta.

Además, las capas de agua en estado supercrítico no se comportarían como el agua líquida en la Tierra, sino que adoptarían una forma intermedia entre gas y líquido debido a las altísimas presiones. Esta característica sería clave para explicar los campos magnéticos inclinados y asimétricos de Urano y Neptuno, los cuales difieren de los campos magnéticos dipolares de Júpiter y Saturno.

La misión Uranus Orbiter and Probe de la NASA

La NASA incluiyó una misión al sistema de Urano como una de sus principales prioridades de exploración para la próxima década. El proyecto Uranus Orbiter and Probe contempla el envío de un orbitador y una sonda atmosférica con el fin de estudiar tanto el planeta como sus lunas.

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El lanzamiento de esta misión podría ocurrir antes de 2034, aprovechando una alineación planetaria que permitiría utilizar la asistencia gravitacional de Júpiter para acortar el tiempo de viaje. Esta oportunidad fue destacada en el informe decenal de la NASA sobre sus prioridades de exploración del sistema solar.

Las lunas de Urano, especialmente Miranda, también están generando gran interés entre los científicos. Esta luna helada podría albergar un océano subterráneo, similar al que se encuentra en Europa, luna de Júpiter, y Encélado, luna de Saturno. Los datos obtenidos durante una misión al sistema uraniano podrían ofrecer información crucial sobre las posibles condiciones habitables en estos entornos, según la NASA.

Implicaciones para la ciencia planetaria

El hallazgo de las posibles capas de agua en Urano y Neptuno está cambiando la forma en que entendemos las diferencias entre los gigantes helados y los gigantes gaseosos, como Júpiter y Saturno. Comprender estas estructuras internas podría enriquecer los modelos actuales sobre la formación y evolución de planetas, tanto dentro como fuera del sistema solar.

Las simulaciones avanzadas, junto con los datos históricos de misiones como la Voyager 2, establecieron las bases para nuevas investigaciones y misiones espaciales que amplíen nuestro conocimiento sobre los gigantes helados y su potencial para albergar entornos similares a los que podrían existir en planetas extrasolares.

Fecha de publicación: 04/12, 10:57 am