La Ley de Etiquetado Frontal “desnudó” a los productos que se creían saludables, pero no lo son
“Ahora sabemos lo que estamos comiendo”, confesó María Belén Núñez, licenciada en Nutrición e impulsora de la iniciativa, en diálogo con MDZ.
Hace pocos meses entró en vigencia la Ley de Etiquetado Frontal (Ley de Promoción de Alimentación Saludable Nº 27.642), que promueve un nuevo paradigma de consumo alimentación, según sus defensores. Sin embargo, como toda nueva ley, la Ley de Etiquetado Frontal tuvo sus detractores respecto a su utilidad.
“La gente ha empezado a valorar este etiquetado frontal que permite descubrir a esos falsos saludables”, comentó María Belén Núñez, licenciada en Nutrición e impulsora de la iniciativa, en diálogo con MDZ.
“Podemos ver excesos en los productos light que nos vendían con envases verdes, con mensajes de que son naturales. Lo mismo pasó con productos como las barritas de cereales. Hoy hay muchos productos que antes eran considerados por la población como saludables por las acciones del marketing de las industrias, hoy se están desmintiendo”, señaló.
Núñez remarca fuertemente que, “esta ley viene a informar, no prohibir”. Y agregó: “Esta ley vino a traer información para que esas personas que no sabían puedan elegir libremente lo que están consumiendo, y optar por el consumo de productos naturales reales”.
“Esta mirada crítica hay que empezar a hacerla. Sobre todo cuando el 75% de nuestras compras en el supermercado son productos procesados y ultra procesados, en detrimento de los alimentos naturales frescos, que están en un rincón, detrás de todo sin tanta etiqueta. Obviamente es más rentable vender un procesado que uno natural como la fruta, verdura, o una semilla”, aclaró.
//Mirá también: Etiquetado frontal: prohíben publicitar productos para chicos con sellos de advertencia
Respecto a la mala alimentación, explicó, “en la actualidad las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de muerte en el país, hay cada vez más grado de obesidad, de hipertensión y diabetes en poblaciones cada vez más jóvenes”.
“Es un problema que hay que empezar a afrontar y cuestionar lo que estábamos comiendo. Es una puerta de entrada para otras políticas que sigan mejorando la alimentación”, añadió.
Gracias a dicha ley, según indicó la especialista, algunas industrias han empezado a reformular sus productos. “Tenemos algunos casos en Argentina de productos como lácteos o papas fritas, que han bajado el porcentaje de azúcar”, concluyó.