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Alerta

Investigadores afirman que la erosión de las rocas libera tanto CO2 como el vulcanismo, ¿por qué se da este fenómeno?

Además, otros procesos naturales como la alteración y la erosión de las rocas emiten también cantidades importantes de gas contaminante en la atmósfera.

La alteración y erosión naturales de las rocas, a lo largo del tiempo, desempeñan un papel crucial en la regulación del clima terrestre. Sin embargo, un estudio reciente indica que este proceso también puede resultar en la liberación significativa de cantidades de CO2 en la atmósfera.

Es importante tener presente que la actividad humana es la principal responsable de la liberación de CO2 en la atmósfera. A pesar de que numerosos procesos naturales emiten CO2, contribuyendo así a la recuperación climática, la erosión juega actualmente un papel secundario en comparación con el impacto de las emisiones humanas. No obstante, desde la formación del planeta Tierra, la erosión desempeñó un papel crucial en la regulación climática.

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Entre estos procesos naturales se encuentra el vulcanismo, donde las erupciones liberan gases de efecto invernadero como resultado del derretimiento de las rocas del manto. Los estudios sobre grandes erupciones pasadas han demostrado causar perturbaciones globales y, en algunos casos, duraderas en el clima terrestre, provocando también crisis biológicas que han llevado a extinciones masivas.

En términos generales, los cambios climáticos están intrínsecamente ligados a un proceso natural: la erosión y alteración de las rocas. Al capturar carbono en forma de carbonatos, estos mecanismos funcionan como un regulador global del clima, contribuyendo a la reducción de las temperaturas medias. Sin embargo, los efectos de este proceso natural son perceptibles a lo largo de extensos periodos, aproximadamente de unos 100.000 años.

Aunque este proceso natural, presente desde los albores del tiempo, juegue un papel crucial en la captura de CO2 atmosférico, no podemos pasar por alto su capacidad para liberarlo, conocida como «georrespiración». Las rocas sedimentarias contienen materia orgánica fósil, y su exposición al agua y al aire desencadena su oxidación, un fenómeno que, en última instancia, conlleva la emisión de CO2 a la atmósfera.

Este proceso, comparable en su liberación de CO2 al vulcanismo, plantea interrogantes sobre su impacto en el clima, especialmente debido a la dificultad para medir con precisión los flujos de CO2 generados por este fenómeno. Recientemente, un equipo de investigadores abordó esta cuestión y llegó a la conclusión de que la cantidad de CO2 liberada por este proceso es más significativa de lo que se podría suponer.

Según los investigadores, son las áreas montañosas las principales emisoras de CO2 a través de la georrespiración, liberando más CO2 del que retienen en forma de carbonatos. Precisamente, estas zonas experimentan una erosión natural más pronunciada. A pesar de que se consideraba que las montañas eran significativos sumideros de carbono, la realidad es todo lo contrario.

No obstante, los autores del estudio señalan que las cantidades de CO2 liberadas por este proceso natural son relativamente pequeñas en comparación con las emisiones anuales generadas por la actividad humana. Según los científicos, las emisiones derivadas de las acciones humanas son 150 veces mayores que las provocadas por la georrespiración.

Es esencial tener en cuenta estos nuevos elementos en la ecuación actual para obtener una comprensión más completa de la evolución del clima futuro. Aunque los seres humanos continúan siendo la principal fuente de CO2 atmosférico en la actualidad, otros fenómenos naturales como el vulcanismo o la georrespiración pueden potenciar las emisiones humanas y, por ende, acelerar posiblemente el proceso de calentamiento global inducido por los gases de efecto invernadero.

Fecha de publicación: 12/03, 3:15 pm