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En Mendoza

Esta bodega creó una huerta colaborativa y genera conservas orgánicas y biodinámicas

Se trata de una iniciativa que lleva a cabo con los trabajadores de la empresa en la provincia. Cómo funciona y qué espíritu encierra.

Trabajar en comunidad, rotar los cultivos y cuidar la tierra para asegurar prácticas sustentables es parte de la filosofía que encierra la agricultura biodinámica en donde cada finca es un organismo vivo.

Bajo esta premisa que aplican a sus vinos, la bodega Chakana presentó su línea de conservas elaboradas con materias primas orgánicas y biodinámicas, sin conservantes, provenientes de la huerta gestionada por sus trabajadores.

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Si bien el puntapié inicial fue en 2010, cuando algunos trabajadores de la bodega pidieron un espacio para hacer una huerta, en 2017 pudieron recién comenzar el proyecto en Agrelo, Mendoza. “El viñedo tenía problemas con una enfermedad que se llama filoxera y se decidió sacarlo. Entonces nos pareció una buena idea destinar esa tierra para que la gente haga la huerta y establecer un sistema de tipo rotación y descanso de los suelos”, contó Facundo Bonamaizón, ingeniero Agrónomo de Chakana y líder del proyecto “Conservas de la Huerta” en diálogo con Economía Sustentable.

La bodega Chakana presentó su línea de conservas de la huerta elaboradas con materias primas orgánicas y biodinámicas.

Así hoy la huerta tiene dos hectáreas y se siembra en primavera, porque” es bastante difícil conseguir algunas semillas de tipo orgánica y biodinámicas”. “La producción principal es de solanáceas, que sería el tomate, pimiento, berenjenas en todas sus formas todas y las semillas que podemos encontrar. Además, algunos vegetales verdes, zapallo cebolla, ajo, como 10 hortalizas. Prácticamente no se trabajan frutas, tal vez frutilla, pero muy poquito”, sumó.

Ante la falta de conservas biodinámicas u orgánicas en el mercado, la bodega apostó por estos productos y presentó primera línea que está compuesta por 6 variedades: mermelada de tomates, mermelada de zapallos, salsa de ajíes, baba ganoush (pasta de berenjenas), zapallos en almíbar y tomates secos en oliva.

Bienestar de la comunidad

Desde la empresa señalaron que en los fundamentos de la agricultura biodinámica, la noción de comunidad es un componente muy importante, así como el de propiciar el bienestar de quienes trabajan la tierra.

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Uno de los trabajadores de Chakana con tomates que luego se transforman en mermeladas.

“Ahora en la huerta trabajan unas siete personas, que son las que le interesa llevarla adelante. Algunas trabajan en la viña, otras en la bodega y otras en el fraccionamiento, es una mezcla. Lo van haciendo cuando pueden o cuando les parece: los fines de semana, a contraturno a veces piden horario y tienen un permiso para ir a trabajar a la huerta”, precisó Bonamaizón. Además del lugar, los trabajadores tienen acceso a maquinaria agrícola, combustible, semillas y agua de riego para que puedan desarrollarla.

El proyecto cumple múltiples funciones: la más importante es la de reforzar los principios sobre cómo se cultiva en la Finca Nuna -donde está ubicada la bodega y que cuenta con la certificación biodinámica de la Fundación Demeter- inculcando la capacidad de producir una alimentación saludable. El otro motivo esencial es el de pregonar el trabajo rural en condiciones dignas, con responsabilidad social y un comercio justo.

En la agricultura biodinámica, la noción de comunidad es un componente muy importante, así como el de propiciar el bienestar de quienes trabajan la tierra.

A su vez, precisaron que la producción de la huerta tiene distintos destinos. Una vez cosechadas, las verduras y las frutas se utilizan en tres propósitos que conforman el corazón del proyecto:

  • 1) Producir bolsones de comida para los miembros del equipo
  • 2) Comercialización y venta directa por parte de los trabajadores
  • 3) La bodega les compra una parte de la producción para producir la línea de Conservas de la Huerta.

“La huerta y su producción no tiene un fin comercial para Chakana, siempre se pensó como un espacio para que en algún momento sea una fuente de ingreso extra para los trabajadores”, aclaró Bonamaizón.

En cuanto al principal desafío que tuvieron que enfrentar fue darse cuenta que no toda la gente estaba interesada en el proyecto. “Y lo que todavía nos sigue costando es poder transmitir la importancia de la nutrición, de la alimentación correcta con el trabajador rural”, dijo el líder de la iniciativa.

Bonamaizón adelantó que próximamente la bodega va a abrir las puertas al público para que se pueda visitar y vender las conservar en el lugar (por lo pronto se puede adquirir en la web de la empresa). “Es parte de demostrar qué se puede hacer, cómo se puede hacer, que hay otra calidad de conservas y con otra filosofía y que está muy alineada con lo que hacemos en Chakana”, concluyó.

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Fecha de publicación: 30/12, 8:34 pm