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Contaminación

Especialistas en climatología de la UBA advierten por la calidad del aire en CABA

Un grupo de investigadores se refirió a la importancia de establecer medidas para elevar los estándares y proteger la salud de los habitantes.

Un grupo especialistas en climatología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) advirtieron sobre la importancia de mejorar los criterios con los que se evalúa la calidad del aire en CABA.

Respecto a la calidad del aire, los incendios forestales y la contaminación afectan directamente y aumentan los problemas sanitarios relacionados a esta problemática.

“Es necesario establecer medidas más restrictivas, en especial para las personas con afecciones respiratorias o cardíacas”, dijo Leonardo Serio, docente de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía (FAUBA). 

Se sabe que el estudio llevado a cabo por la UBA encontró una relación estrecha entre los incendios, la dirección del viento y los picos de partículas de humo en el aire de la ciudad. Para ello, el análisis se enfocó en tres casos: incendio en Punta Lara, en 2017, y otros dos en el Delta del Paraná, en 2019 y 2020.

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El estudio fue hecho con datos registrados en las tres estaciones de monitoreo de la ciudad, información satelital de los incendios y registros meteorológicos. 

“También examinamos notas periodísticas que informaban la presencia de humo en las fechas de ocurrencia de los focos”, explicó Florencia Aversa, que también participó del informe.

Los resultados del trabajo revelaron que las altas concentraciones puntuales de material particulado registrados en la Ciudad de Buenos Aires coincidieron con la presencia de humo y con vientos predominantes desde los sitios donde tenían lugar los incendios.

“En todas las situaciones, los picos de material particulado superaron el nivel máximo que establece la OMS, 50 microgramos por metro cúbico de aire”, señaló Aversa.

“Sin embargo, los valores de los picos estuvieron muy por debajo del límite máximo que establece la Agencia de Protección Ambiental del GCBA, que es tres veces mayor: 150 microgramos por metro cúbico”, agregó.

Según los especialistas, los efectos más preocupantes se observan en la salud humana: “Las personas más susceptibles a sus efectos son los niños y los ancianos, sobre todo si poseen enfermedades preexistentes”, explicó.

Por otro lado, ese material particulado más pequeño puede penetrar en los pulmones y causar problemas respiratorios y cardiovasculares. Combinado con otros agentes contaminantes, los efectos podrían resultar aún más graves.

“En 2021, la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad dio un paso positivo con una nueva resolución que busca acercar gradualmente los límites de contaminación a los estándares que establece la OMS”, aseguró.

“Mientras tanto, y en ausencia de controles o de alarmas que garanticen un ambiente más saludable, una buena medida podría ser volver a usar barbijos cuando haya humo en la atmósfera”, concluyó.

Fecha de publicación: 15/08, 11:37 am